Horizontalizacion de una doctrina.,.

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La respuesta no la da claramente el pasaje de Mateo 23:23; no es malo hacer lo que hacemos en nuestra liturgia, pero es importante hacer esto (juicio, misericordia y fe) sin dejar de hacer aquello (sacrificios y holocaustos); G. Bromley Oxnam en su libro “el ético ideal de Jesús en el cambio del mundo” dice:

Jesús creía que la personalidad era de un valor supremo. Puso al hombre sobre todas las cosas. La cuestión sobre el bien y el mal se decidió al referirla a su estimación del valor de la persona. Enriquecer la personalidad es hacer el bien. Destruirla es hacer el mal. El hombre tiene un valor infinito.

En su enseñanza Jesús revela la gran importancia que le da al individuo, Jesús (el único ser digno de abrir los sellos, el cordero que fue inmolado apocalipsis 5:1-7) entrego su vida por toda la humanidad que por naturaleza es indigna.

¿Qué es hacer misericordia con el prójimo? Es el resultado de un recto creer y un recto sentir, es un recto hacer; el recto hacer no es solo el estilo de vida en santidad o la abstinencia de los apetitos de la carne. La misericordia es una virtud que mueve a compasión ¿Qué es la compasión? Lo mismo que sintió Jesús al momento de estar frente a una multitud de seguidores hambrientos y cansados (Mateo 15:33), la compasión, según el diccionario de la real academia de la lengua española, es la aflicción por los males ajenos. Vemos claramente que Jesús no solo tuvo una emoción de compasión, también tuvo una acción cuando multiplico los panes y los peces (vers. 34 cap. 15).

Nosotros, la iglesia, como miembros del cuerpo de Cristo debemos de elaborar programas para la atención de personas en estado de frustración o depresión (y no solo a personas en ese estado, debe de ser una manera general), podemos hacer dispensarios médicos, brigadas médicas, visitas a hospitales, donar despensas, hacer visitas domiciliarias, regalarles Biblias, compartirles nuestra fe, comer con ellos, mostrarles el amor de Dios a ellos a través de nuestras acciones de misericordia sentirnos afligidos por ellos y movernos a una acción aunque sean indignos, aunque sean pecadores.

Nahúm Hernández Urbina