Suplemento del Boletín Oficial del Obispado de Mallorca

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QUEREMOS SER PROA.

Núm. 86, Enero de 1946.

«Año nuevo, vida nueva, dice el refrán, y haciendo pie en tal sentido botamos hoy nuestra publicación encabezando sus páginas con ese título que sabe a espuma marinera y a sol, a tormenta y a calma.

»Queremos ser “PROA”, avanzada en la barca de nuestra Obra [la Juventud de Acción Católica]; avanzada de una juventud que sepa vincular a su quehacer habitual el manejo garboso y alegre del arte de pescar almas para Aquel que hizo a los suyos pescadores de hombres, y que erguido en lo alto de la barca de Pedro hizo amainaran el viento y el mar. También hoy nosotros gustando del reposo del Señor en la intimidad de nuestros corazones, nos lanza y nos lanzamos, como la red de Cefas, a surcar los mares de la indiferencia y frialdad. ¡No tememos! como aquellos en el mar de Galilea, ante la posible zozobra, ya que por nuestra vinculación a la Barca de Pedro gozamos de su compañía y nos asegura una calma profunda, agosteña en el atribulado mar de un mundo que no le conoce ni le quiere conocer.

»PROA, encaja en nuestro estilo viril y difícil, conoce y sabe y da a conocer la ruta a seguir para llegar al puerto de la eterna calma. Queremos hacer de Mallorca proa de España en ruta a Tierra Santa, avanzada del mundo hispánico que anhela la arribada feliz a las playas de un mundo mejor.

»Seremos peregrinos de la mar porque somos isleños, y por entre las aguas azules que con el otro azul, el del Cielo, nos circundan, llegaremos en gracia al puerto donde Santiago, para salvar a España, arribó. Libraremos su POSSUMUS en tierra compostelana ante nuestros hermanos de tierra adentro, y porque es nuestro afán haremos para Él de nuestra Mallorca, proa, avanzada, vanguardia de España en ruta a Santiago, por la gloria y la gracia de Santa María de Lluch».

HABÉIS MEJORADO MUCHO VUESTRA PUBLICACIÓN

PROA Núm.99, Febrero de 1947

«Sí. Habéis mejorado mucha vuestra publicación diocesana [dice Juan Marqués Marcel, Decano y Primer Presidente de la Juventud de Acción Católica de Mallorca, en la entrevista que le hace PROSA]. Pero creo le falta extensión. Ya sé, no me lo digáis: ¡Pesetas! Si es este el problema de siempre … También aquí se anda escaso de dinero. Pero me gusta la dirección que le dais a vuestra PROA. Creo que os queda mucho por recorrer; le quedan muchos cabos a doblar, muchas singladuras a seguir a la PROA de vuestra Unión Diocesana. Ten la seguridad que se hace leer. Lo sé».

¡AVANTE Y A BOGAR!

PROA Núm. 100 (extraordinario), Marzo de 1947.

«Al llegar a esa cumbre difícil –esribe– reafirmamos, ante el Señor, nuestra erecta voluntad de esfuerzo y superación, fieles al lema de “siempre más y mejor”».

«El hombre es una entelequia que se afana por una quimera, y en sus momentos de soledad busca recurso de evasión en el ensueño. Este era el iluso pretexto que justificaba indolencias en aquellas jornadas inolvidables de la guerra, en aquellas horas sin sal y sin pena de las pausas insospechadas, cuando la dun-dun se enrocaba por el castizo “pa co” en un insulso tiroteo, y el tábano de ziguizagues rápidos ponía arrestos de competencia con su bordoneo irritado. El que descubría un pájaro, un insecto o una nube caprichosa, era feliz. Dejaba escapar su fantasía a lomos de corcel insospechado y a voluntad de musa inquieta desmadejaba nostalgias o asaltaba castillos imposibles, Jamás una duda, nuestra juventud lo salvaba todo, y en nuestros pensamientos se encontraba fácil decisión al dilema hamletiano: ¡SER!

»Para nosotros, amigos, la meta debe ser siempre principio, arranque para la conquista. Tenemos que saber alternar cielo y tierra y engarzar sueño y realidad con un nexo de fe esperanzada. Lo demás, abandonar, decaer, es faltar a la suprema consigna; que la victoria de Cristo se afirmó en la hora de irreparable derrota, en el Gólgota. Tenemos que trabajar sin descanso por esa cosecha que no veremos, que el gran día la victoria extenderá sus alas de triunfo a la sombra de la Cruz.

»PROA ha cumplido su mayoría de edad periodística: Cien números. Venciendo dificultades, derribando obstáculos, allanando barreras. Y así, sólo así, puede sentir orgullo de su primera época. Y yo me siento orgulloso de pertenecer a su cuerpo de redacción, y todos nos sentimos fecundos de gozo inefable en esta hora de triunfo. Sólo siento no haber vivido los días iniciales, las jornadas difíciles en las que se puso a prueba la tenacidad de sus paladines.

»Recuerdo que en los días de la guerra era toda mi ilusión abandonarme en la contemplación de la tajamar. Ver como la nave se lanzaba a la conquista de un mundo presentido. ¡Avante y a bogar! Todos a una hasta el relevo, que no hasta el fin. En singladuras espirituales no existe arribada. Y esta es mi alegría en este momento en que escribo para PROA. Puede ser que alguien me ataque este colaborar en una revista de “pocos vuelos”, y perdonad el inciso, pero siempre tengo para la vanidad de la nobleza humilde la defensa de aquel obrero que esculpía en la más alta aguja de la Catedral de Colonia. “¿Para qué te esmeras tanto -le dijeron- si tu trabajo nadie lo verá? Y el contestó rápido y seguro: “Alguien lo verá: DIOS”.

»Levantemos gallardete de amor, desatraquemos la nave de nuestra esperanza, y boguemos mar adentro, hacia la verdad, sin importarnos temporales ni calmas engañosas. ¡Avante y a bogar, amigos!

»Y perdonadme este pésimo trabajo. Soy sólo un simple periodista que corresponde a vuestra atención. Son las seis de la mañana y el runrún de la máquina, dando las últimas entregas me recuerda no sé que motor marino en su avante toda. Y una vez más me he sentido feliz de asomarme a vuestra PROA, la mar es más azul y todos bogáis a una, aceptadme como marinero, yo también quiero poner mi hombro junto al vuestro y bogar hacia el norte de vuestras ambiciones» (Enrique LABORDE y V., Sub-Director de “Correo de Mallorca”).

PROA ORIENTADORA.

PROA Núm. 101, Abril de 1947

«Por poco observador que seas, habrás notado que los escaparates de las tiendas están a tono con nuestras necesidades. Así, calificarías de disparate que con dibujitos ingeniosos se expusieran las innumerables pastillas para la tos en pleno verano, a menos que se trasladara al 18 de Agosto la fiesta de San Blas

»Pues bien, la Providencia