UN ENCUENTRO RADICAL
Enviado por tomas • 5 de Septiembre de 2018 • 2.095 Palabras (9 Páginas) • 300 Visitas
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1.3 Sinceridad en la mujer
Por fin las palabras de Jesús habían logrado despertar la incertidumbre de la mujer, causando interés de ella hacia el agua viva que le ofrecía Jesús, la mujer le dijo al Señor: “La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla”. (Juan 4:15). Pude apreciar de aquel versículo, la aceptación de la mujer acerca de la necesidad de aquella agua, aunque pareciera que no se ha dado cuenta que es una verdad espiritual. De mi punto de visto llegue a suponer que ella espera un agua física que sacie su sed.
Continuando Jesús la sorprende con una respuesta perdida del hilo de toda la conversación, pidiéndole que llamara a su marido. ¿Por qué Jesús le ordeno que fuera por su marido para recibir el agua viva? En lo personal veo muy innecesaria la presencia de su conyugue para recibir el agua viva, dado que el inicio de una relación con Dios, me parece algo muy personal. Esto me hace entender que el propósito de el Señor Jesús era otro, siendo perfecto conocedor de la vida de la mujer samaritana, quería enseñarle que antes de gozar de la salvación debe enfrentar el pecado a través de la confesión.
La mujer respondió a la petición de Jesús de una manera muy cortante diciendo “No tengo marido”. Pero Jesús tenía todo conocimiento acerca de su vida, por lo que sabía que aquella afirmación era una verdad a medias; y le respondió: “Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad" (Juan 17:18) La respuesta de Jesús fue muy directa, no lo hizo sutil para que la mujer no se incomodara, lo cual era muy particular de Jesús de llamar las cosas por su nombre y no camuflarlas. Por supuesto, esto para la mujer tuvo que ser muy incómodo, incluso hasta doloroso para ella. Llegue a pensar la culpabilidad y fracaso que debió sentir la mujer.
Todo esto me hace pensar el estado emocional de aquella mujer aquella mujer. Y es muy probable que además del dolor y sufrimiento por sus continuos fracasos con sus conyugues, Supongo que a esto añadirle también el rechazo de las personas, razón por la cual habría ido a la hora sexta de tanto calor a buscar agua del pozo para así no tener que sufrir y ser juzgada por las demás mujeres. Pese a esto no negó lo que el Señor le dijo, lo acepto y reconoció a Jesús como un enviado de Dios. Pienso yo que en ese momento Jesús vio la disposición de la mujer, pues sólo los que reconocen que están perdidos pueden ser salvados.
1.4 La profecía de Jesús
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Aquí pude ver como la mujer intenta desviar la conversación acerca de su situación a una discusión muy común entre los Judíos y Samaritanos, o tal vez indicando una frustración acerca de la confusión que le causa la religión.
A esto Jesús termino la confusión de la mujer de una manera muy clara y concisa, en el debate sobre cuál era el lugar correcto para adorar, la afirmación de Jesús: “La salvación viene de los judíos” quizás lo dijo porque Dios había escogido a Jerusalén, entonces se entiende que hablaba de sí mismo.
El señor Jesús no dio una respuesta ambigua, sino dijo que los samaritanos adoraban lo que no sabían. Era una forma de decir que estaban completamente equivocados en lo que ellos consideraban su religión.
Entre las cosas que Jesús le dijo a la mujer samaritana pude interpretar una profecía de lo que el mismo haría a través de su muerte, que la salvación ya no sería exclusiva para los judíos. De lo cual la mujer le respondió demostrando que tenía conocimiento de que vendría un salvador, nombrándolo “El Cristo”. Demostrando que aun los samaritanos esperaban al Mesías de parte de Dios.
A lo cual Jesús afirmo ser el Mesías, no imagino la sorpresa que se llevó aquella mujer al saber que aquel que hablaba con ella era el enviado de Dios. Aunque pudo haber no creído lo que Jesús le había afirmado, pienso yo que fue la fe de ella que la impulso no solo creer si no de ir a la ciudad y dar testimonio de Jesús. Me atrevo a pensar que era una mujer muy conocida en la ciudad por su indiscutible pasado, incluso la debían tener como una mujer deshonrosa, pero ella no escatimo eso, si no que dejo su cántaro y fue a la ciudad.
2. No debemos escatimar
Como aquella mujer cada uno de nosotros debe aceptar los errores y pecados que cargamos, aunque se nos dificulte mucho como personas. Algo muy rescatable de aquella mujer a pesar de lo doloroso que imagino que haya sido cargar con ese pasado se puso en una postura muy sincera ante Cristo. De lo contrario no mostraríamos un total arrepentimiento de lo que hemos hecho y no permitiríamos que Jesús actué en nuestras vidas.
No debemos tampoco subestimar lo que cada uno puede hacer, en muchas ocasiones se ve en las iglesias que toman a los recién convertidos como inexpertos o con falta de conocimiento para participar en un evento envangelístico; subestimar el poder de un testimonio puede llegar ser un error ya que vemos en la historia de la mujer samaritana como ella con solo el hecho de sembrar la duda en las personas diciendo “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?”. (Juan 4:29) pudo lograr grandes cosas, hacer que todas las personas crean, ya no solo por lo que ella les dijo si no porque lo vieron.
Así mismo nuestra palabra pueden tener mucho poder si tenemos fe y certeza en lo que creemos, y habrá personas que sientan curiosidad en porque creemos en algo que no vemos.
De esa manera pronto sus ojos se abrirán y verán las grandezas que nosotros vemos y hemos sido llamados a proclamar.
3. Bibliografía
- Santa Biblia, revisión (Reina Valera 1960)
- Santa Biblia, Traducción en lenguaje Actual. (Sociedades Bíblicas Unidas) (2008)
- Santa Biblia, Dios Habla Hoy.
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