¿Cómo trabajaría la formación cívica y ética en la escuela primaria?

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Por las razones antes mencionadas, son importantes en el quehacer educativo, es necesario que el docente presente este conflicto de valor y que a través de preguntas se llegue a la solución del

dilema.

En lo particular en mi jornada de práctica docente estos dilemas morales me resultaron muy efectivos, pues los niños siempre opinaban, proponían, comentaban sobre las situaciones, aunque en ocasiones era difícil descontextualizarlos, pues aunque estos se presentaran lejos de su contexto, los relacionaban con el suyo. Creo importantísima esta estrategia pues los alumnos conocen, discuten, amplían su concepción ante diversas circunstancias fomentando así una manera coherente de actuar en sociedad.

Pero ¿de qué manera pueden plantearse estos dilemas morales?, pues principalmente y hablando desde mi intervención educativa, los dibujos, los cuentos, los videos, las fabulas etc., son una importante herramienta para trabajar los dilemas morales, en lo particular estos materiales resultaban aparte de atractivos, muy efectivos pues a partir de la observación, el niño se adentra al dilema, comenta, opina y reflexiona.

Una de las metas que me he propuesto respecto al trabajo que un futuro realizaré de Formación cívica y ética, es hacer de mis alumnos, ciudadanos conscientes de su papel en sociedad, capaz de hacer valer sus derechos, de responsabilizarse de sus acciones y de convivir armónicamente en su sociedad. ¿Pero cómo lograré lo anterior? Pues principalmente y basándome en los autores Olac Fuentes Molinar y Antonio Gil Cantero, debo hacer de los derechos humanos la base de todos los contenidos de la práctica educativa, es decir, trabajarlos desde todas las asignaturas, aprovechando situaciones imprevistas, utilizando un método informal, relacionando experiencias etc.

Para finalizar, una meta también del trabajo de la Formación cívica y ética es la generación del patriotismo en los alumnos, considerando como una acción que se encuentra en decadencia Pero, ¿cómo se debe trabajar el civismo y fomentar el nacionalismo y patriotismo en los alumnos? Pues tomando como referencia a los autores, Carlos A. Carrillo, Daniel Delgadillo y Celestin Freinet, el civismo debe fomentar a los alumnos ese sentimiento de pertenencia, ese amor a la libertad, a defender la nación, a ser humanos que amen la patria y no solo aquellos de la que ni siquiera pueden sentirla. Estos objetivos, se pueden desarrollar y fortalecer con actividades como representaciones de los alumnos sobre sucesos históricos que marcaron la identidad como nación, debates sobre temas actuales del país, propuestas de cambio, exposiciones, maquetas (“Mi México” donde expresen el ideal de país que ven o quieren), manifestaciones de pensamientos entre otras actividades. Con esto se pretende que los alumnos desarrollen un conjunto de capacidades que contribuyan a la conformación de su identidad nacional así como integrantes de una colectividad.

Sin duda estas son actividades y estrategias que pueden ser utilizadas en el aula, donde el maestro también exige una intervención. Dicha intervención

deberá ser lo más humanista posible, conocer que los niños con los que trabaja son personas con sentimientos y no solo objetos o cosas que hay que llenar, es necesario que el docente abra su corazón hacia esos seres pequeñitos que esperan lo mejor de nosotros. Deben los docentes, ser humildes, crear una atmosfera de confianza, comprensión y simpatía en la cual los alumnos se sientan libres de aprender conjuntamente, donde no haya trabas, ni humillaciones, solo así se lograrán aprendizajes verdaderamente significativos.

Es de vital importancia que nosotros como docentes promovamos los valores mediante actividades y estrategias didácticas que los definan, creando situaciones donde sea posible aplicarlos. Es importante saber que los valores desarrollados en el niño, le ayudaran a crear un criterio, un juicio propio sobre las diversas situaciones que se le presentan, el niño, será libre de expresarse, de decidir por sí mismo, de responder por lo que hace, de autolimitarse, de decidir lo que le conviene así como ser capaz de reconocer la diversidad, generando que logremos ciudadanos libres en una sociedad tan demandante.

Además de lo anterior prepararemos al nuevo ciudadano hacia una práctica de sus acciones de manera autónoma y sobre todo reflexiva. Por tanto una educación de la formación cívica y ética en la escuela primaria, permite despertar sueños, propiciar proyectos, alinear esfuerzos y sobre todo cumplir expectativas.