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EL PECADO TIPOS DE PECADOS.

Enviado por   •  24 de Abril de 2018  •  1.494 Palabras (6 Páginas)  •  496 Visitas

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prefieren un bien inferior. El pecado mortal, que ataca en nosotros el principio vital que es la caridad, necesita un una nueva iniciativa de la misericordia de Dios, y una conversión del corazón que se realiza en el marco del sacramento del sacramento de la Reconciliación.

Cuando la voluntad se dirige a una cosa suyo contraria a la caridad a la que estamos ordenados al fin último, el pecado es objeto por si mismo, tiene causa para ser mortal…, cuando sea contra el amor de Dios, como la blasfemia, el perjurio, etc., o contra el amor del prójimo, como el homicidio, el adulterio, etc.…. (Santo Tomas de A., s. th. 1-2,88,2)

Para que el pecado sea moral se requieren de tres condiciones:”el pecado mortal lo que tiene como objeto es una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento”

La materia grave es la precisada por los diez mandamientos, según la respuesta de Jesús al joven rico: “no mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes testimonio falso, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre” (Mc 10, 19). La gravedad de los pecados es mayor o menor: Un asesinato es más grave que un robo, la cualidad de las personas lesionadas cuenta también: la violencia ejercida contra los padres es más grave que la ejercida contra un extraño.

El pecado mortal requiere de una plena conciencia y entero consentimiento. Presupone le conocimiento del carácter pecaminoso del acto, de su oposición a la ley de Dios. Implica también un consentimiento completamente deliberado para ser una decisión personal. La ignorancia afectada y el endurecimiento del corazón (Mc 3, 5-6; Lc 16, 19-31) no disminuyen sino que aumentan, el carácter voluntario del pecado.

La ignorancia involuntaria puede disminuir, si no excusar, la imputabilidad de una falta grave, pero se supone que nadie ignora los principios de la ley moral que están inscritos en la conciencia de todo hombre. Los impulsos de la sensibilidad, las pasiones pueden igualmente reducir el carácter voluntario y libre de la falta, lo mismo que las presiones exteriores o los trastornos patológicos. El pecado más grave es el que se comete por malicia, por elección deliberada del mal.

El pecado mortal es una posibilidad radical de la libertad humana como lo es también el amor. Entraña la pérdida de la caridad y la privación de la gracia santificante, es decir, del estado de gracia. Si no es rescatado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la exclusión del Reino de Cristo y la muerte eterna del infierno; de modo que nuestra libertad tiene poder de hacer elecciones para siempre, sin retorno. Sin embargo, aunque podamos juzgar que un acto es en sí una falta grave, el juicio sobre las personas debemos confiarlo a la justicia y a la misericordia de Dios.

EL PECADO VENIAL

Los pecados veniales no nos conducen a la muerte espiritual como los mortales pero siempre serán castigados aunque no sea de igual manera (Mateo 11:22, 24; Lucas 10:12, 14)según San Agustín destruyen nuestra belleza de tal modo que nos apartan de nuestro esposo celestial, el pecado venial si bien no nos destruye afecta al alma manchándola

Se comete un pecado venial cuando no se observa en una materia leve la medida prescrita por la ley moral, o cuando se desobedece a la ley moral en materia grave, pero sin pleno conocimiento o sin entero consentimiento.

El pecado venial debilita la caridad; entraña un afecto desordenado a bienes creados; impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y la práctica del bien moral; merece penas temporales. El pecado venial deliberado y que permanece sin arrepentimiento, nos dispone poco a poco a cometer el pecado mortal. No obstante, el pecado venial no nos hace contrarios a la voluntad y la amistad divinas; no rompe la Alianza con Dios. Es humanamente reparable con la gracia de Dios. ‘No priva de la gracia santificante, de la amistad con Dios, de la caridad, ni, por tanto, de la bienaventuranza eterna’:

El hombre, mientras permanece en la carne, no puede evitar todo pecado, al menos los pecados leves (Romanos 3:23). Pero estos pecados, que llamamos leves, no los consideres poca cosa: si los tienes por tales cuando los pesas, tiembla cuando los cuentas (Santiago 2:10). Muchos objetos pequeños hacen una gran masa; muchas gotas de agua llenan un río. Muchos granos hacen un montón. ¿Cuál es entonces nuestra esperanza? Ante todo, la confesión....

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