Pautas de oración
Enviado por Eric • 28 de Noviembre de 2018 • 13.428 Palabras (54 Páginas) • 340 Visitas
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"Ahí tienes a tu Madre" 32
Cita Central: Jn 19,27 32
Jueves, 23 de agosto de 2012 32
Viernes, 24 de agosto de 2012 34
"Hagan lo que Él les diga" 34
Cita Central: Jn 2,5 34
Sábado, 25 de agosto de 2012 35
"Hágase en mí según tu Palabra" 35
Cita Central: Lc 1,38 35
INTRODUCCIÓN
Revístanse del hombre nuevo, la vida de fe es una continua opción por el evangelio, por la fe, or el proyecto de Dios sobre nuestras vidas, implica el camino de no perder de vista el objetivo, el ideal de Dios con nuestras vidas.
Ideal, una palabra poco usada en el mundo de hoy, que se interpreta de 2 formas: la primera, la meta que uno quiere y sabe que puede alcanzar y por eso corre para alcanzarla; la segunda, la utopía que le gustaría vivir pero para la cual ya perdió la esperanza de poderla alcanzar y por eso ya no se mueve para alcanzarla. Este cuadernillo, parte desde la fe, desde esa fe en que “la esperanza no falla” (Rom 5, 5), y presenta el Ideal de Dios para nuestra vida, una meta muy alta, pero que podemos alcanzar, porque Jesús siendo tan humano como nosotros, la vivió.
El plan de Dios con nuestra vida lo resume Jesús en Mt 5, 48, “Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo”; ser perfectos como Dios, entrar en el camino de perfeccionar nuestra vida, correr por alcanzarla, como Pablo, “No creo haber conseguido ya la meta ni me considero un “perfecto”, sino que prosigo mi carrera hasta alcanzarla, puesto que ya he sido alcanzado por Cristo” (Fil 3, 12); correr por la meta de ser perfectos como Dios, ¿cómo es Dios?, Juan nos lo resume en Jn 4, 16 “Dios es Amor”.
Estamos llamados a vivir la perfección en el Amor, y este amor tiene un modelo de vida que no falla, un modelo que vale la pena conocerlo con todo el lujo de detalles que merece: Ser Cristo, “A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su Hijo y semejantes a Él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos” (Rom 8, 29).
Este Ideal, de ser Cristo, no son sólo teorías, ni sólo reflexiones, es una vivencia que sólo llena a quien se lanza a vivirla con fe de poderla alcanzar, una fe que sólo se tiene desde la experiencia de ser llamado por Dios a vivir este ideal, si uno no profundiza en la grandeza de esta vida, si no nos hacemos conscientes de ella, si sólo escuchamos este llamado a ser Cristo del Discípulo o el misionero de mi grupo, y no nos confirma Dios este llamado, con mucha seguridad nos podrá entrar por un oído y salir por el otro.
No basta tener el ideal en la mente, para lanzarnos a vivirlo hay que llevarlo al corazón, y eso sólo Dios lo puede hacer, en la medida que le dejemos contagiarnos de todo lo que Él sueña de nuestra vida
SEMANA I
Acogida - Vida y amor
XIX DOMINGO ORDINARIO 11 de agosto de 2013
A ti se te ha dado el Reino
Cita Central: lc 12,32-48
HOMILÍA
El gran regalo que el Señor nos hace nos lo muestra hoy al principio de este evangelio. El objetivo o el fin de Jesús en la tierra era instaurar el Reino, propagarlo, darlo a conocer y, por eso, a nosotros continuadores de sumisión, nos confía el Reino: “No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino.” Creo, que ante este regalo, nos quedamos sorprendidos, es de esos regalos o responsabilidades que, cuando nos la dan, nos quedan grandes, nos superan. ¿Cómo, Jesús, tu nos confías lo más grande en nuestras manos? Y la respuesta de Jesús es que si, que nos confía el Reino, por eso nos dice primero que no temamos, que no es por nuestras fuerzas que lo vamos a salvaguardar y proteger, que no depende de nosotros solamente, es a nuestro Padre Dios que le ha parecido bien darnos el Reino. No temas pequeño rebaño, el Señor ya sabe de nuestra pequeñez, de lo que carecemos, sabe que en nuestras pequeñez él es grande porque los valores del Reino no son de fuerzas humanas, ni de prepotencias. El reino actúa bien y crece en lo humilde y pequeño, por eso contamos con todas las calificaciones para que se nos confíe el Reino.
Nos lo confía y por eso nos pide estar atentos a aquel que sabe llevar el reino hasta el final y que es garantía de que el Reino avance es Jesús, es la escucha a su Palabra, cada vez que oramos, comulgamos, estamos introduciéndonos en su Reino, lo vivimos en el interior y de ahí lo expresamos a los demás.
“Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Que tu única riqueza sea el Reino, tener a Dios en tu vida, como la mayor de las riquezas la que nadie te puede quitar, son actitudes para vivir el Reino para optar por lo definitivo.
¿Dónde está tu tesoro? A que le inviertes tiempo, fuerzas en el día a día, porque ahí está tu corazón, ese es tu reino.
«Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.
Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa.
También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.» Lc 12,33-40
Estemos atentos pues hay muchos reinos falsos en el mundo, hay muchos reyes falsos que nos quieren confiar su reino, el reino del poder, del manipular, de la mentira… y que en el fondo nos quitan al vida de Dios.
Vivir el Reino es vivir en esa actitud de estar a punto para acoger su Palabra
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