RESUMEN CAMINO A CRISTO “AMOR SUPREMO”

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No hay padre tal que sea paciente al ver a sus hijos caer constantemente en el pecado y que momento tras momento se acerque para tratar de salvarle, solo hay un poder maravilloso que convence y ese es el hecho que nuestro padre amante quiere vernos felices y que vivamos en este mundo pasajero de manera tal que podamos hacerlo plenamente con la convicción que un día estaremos cerca como lo estuvimos antes.

“PARA OBTENER LA PAZ INTERIOR”

El perdón que nos ofrece nuestro señor, no es el que muchos piensan, que hay que hacer cosas humillantes o penitencias que agredan a nuestra integridad física, ese perdón que encontramos en Jesús es ese mismo al verlo en la cruz siendo sometido por nuestros pecados, dicho sacrificio debemos de observarlo como algo que hizo especialmente por mí y ese mismo sacrificio no debemos ni verlo, ni tomarlo en vano.

Día a día Dios nos insta a un verdadero arrepentimiento y que abandonemos una vida llevadera por los afanes que sufragan a nuestras almas. Y para ello es necesario que busquemos a Dios, así como él nos busca a nosotros y confesemos cada una de nuestras faltas, ya que por ese medio Dios reconoce a los corazones quebrantados y conduce a una vida fuera de los placeres del mundo.

Cuando nosotros como humanos experimentamos un verdadero arrepentimiento de nuestras faltas y caminos de pecado, comprobamos que la maldad esta en nosotros y que es algo que no proviene de Dios, así como muchos piensan, de esa manera se reconoce que sin hipocresía ni engaño la necesidad de Cristo en nuestras vidas.

“LA CONSAGRACION”

Una vez hemos buscado a Cristo y así como su promesa lo dice “me buscaran y me encontraran, cuando me busquen de todo corazón”, debemos procurar que cuando estemos en esos momentos no tener un corazón dividido, es decir no desear estar con las cosas de mundo y pensar mezclar una cosa con la otra, abandonar la idea de aparejar ambas cosas en nuestra mente es necesario si y solo si se quiere vivir eternamente con Dios.

Muchas veces se mantiene la idea que el abandonar muchas cosas que nuestra a precepción parecen buenas es no dejar que Dios quiera vernos felices, es ahí cuando debemos levantar más la vista y tratar de ver que las bendiciones que Dios nos quiere dar son mejores que las que por nuestros propios medios lleguemos a obtener.

Nosotros no podemos cambiar nuestros corazones, no tenemos ese poder, y Dios no puede hacerlo sin que estemos de acuerdo con el cambio, ya que él no nos obligara a hacerlo, porque no quiere tener hijos sometidos sino hijos consagrados y transformados por el Espíritu de Santo, es por eso que día a día el elegir servirle a Dios debe de ser nuestro deseo más profundo, de esa manera el otorgara fuerzas provenientes de lo alto para sostenerte firme ante cualquier tribulación y mantenerte en una vida de fe.

“MARAVILLAS OBRADAS POR LA FE”

Cuanto más se vive una vida en el Espíritu Santo, más se reconoce la perversión del pecado, se comienza a aborrece y pensar que por culpa de la maldad es que nos distanciamos de Dios por tanto tiempo, y lo que más anhelas es estar en paz con Dios reencontrarte nuevamente con él o experimentar una vida al lado de un padre amante.

Creer en las promesas, confesar mis pecados, entregar mi vida, el elegir servirle, tales cosas son necesarias para ver a un Dios obrar de manera que pueda efectuar un cambio radical en mi vida y así cumplir sus promesas, el vivir pensando que Dios está obrando en mi vida es un reflejo anhelar vivir con él una eternidad.

Nadie es tan pecador, impuro y malvado que no pueda hallar perdón en Cristo Jesús y ni imposible que él pueda cambiar, ya que el murió no solo por mí, sino que, por toda una raza, pero de la manera en la que yo puedo personalizar esa gran promesa es el pensar que el solo lo hizo por mí, así de esa manera ver ese sacrificio con ojos enternecedores y querer anhelar estar en vez de el en esa cruz, sufriendo por pecados que él no cometió.