Adolescentes del poblado de tres palos y el narcotrafico
Enviado por Ninoka • 19 de Septiembre de 2017 • 2.721 Palabras (11 Páginas) • 644 Visitas
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“(Además) tenemos un sistema económico que asocia la imagen del éxito con el poder de consumir, y (el gobierno) no da acceso a lograr estos objetivos de una manera apegada a la ley”, refirió la investigadora.
¿Por qué el narcotráfico recluta adolescentes?
La guerra contra el narcotráfico que se libra en México desde casi una década ha causado un serio problema, del que poco se conoce su magnitud; el reclutamiento forzoso o voluntario de miles de adolescentes y niños para trabajar en las redes del tráfico de drogas.
Actualmente unos 75000 menores de edad están integrados a grupos de delincuencia organizada, y participan abiertamente en sus actividades. Un fenómeno que también se vivió en los años 90´en Colombia, cuando arreciaba la guerra del Estado contra el crimen organizado.
Las razones por las que tantos menores se encuentran en la delincuencia organizada son diversas.
Muchos fueron víctimas de secuestros masivos; en otros casos sus familias recibieron amenazas para obligarles a trabajar para delincuentes, algunos mas se unieron por miedo o porque era su única alternativa de empleo.
Según especialistas pretenden aprovechar que en México antes de los 14 años las personas no son legalmente responsables de sus delitos, y después de esa edad hasta los 18 años reciben sentencias mínimas.
También es una forma de recuperar las tropas que perdieron durante los años más intensos de la guerra contra el narcotráfico, sobre todo porque el sector más abundante de la población mexicana es joven.
Más allá de la polémica, el reclutamiento de menores por parte de los carteles revela el vacío legal que existe en el país para abordar el problema, señalan asociaciones civiles como la Red por los Derechos de la infancia.
Narcotráfico modelo a seguir de los adolecentes
Los narcotraficantes son modelos ha seguir y an creado una moda que va más allá de los narco-corridos que cuentan sus supuestas hazañas. Esta moda incluye la ostentación de alhajas (como mujeres portando uñas decoradas con cristales preciosos), el portar varios radios y teléfonos a la vez, un corte de cabello distintivo (hombres con estilo militar y mujeres largo y lacio).
Investigaciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) revela que buena parte de los jóvenes en México no les disgustaría abrazar la vida del narcotraficante y del sicario; el estudio muestra también que, por desgracia, 4 de cada 10 jóvenes no tienen expectativas de ningún tipo.
El narcotráfico en México ha sido en los últimos años una de las circunstancias dominantes de la vida pública, una dolorosa realidad que lamentablemente se ha vuelto cotidiana y persistente. De ahí también que, luego de al menos diez años de presencia continua, sus efectos comiencen ha ser palpables en las nuevas generaciones que nacieron o crecieron ya plenamente en este contexto.
De acuerdo con una investigación dirigida por José Del Tronco Paganelli de la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales (FLACSO) e ocho entidades del país, los adolescentes de México muestran una creciente identificación con narcotraficantes y sicarios, por encima de otros modelos como empresarios, profesores o miembros del ejército.
El estudio se realizó entre agosto y noviembre de 2012 en Baja California, Chihuahua, Colima, Durango, el Estado de México, Guerrero, Tabasco y Tamaulipas.
Estados en los que se pretendió cubrir la diversidad demográfica y socioeconómica de México, encuestando a 1400 alumnos de escuelas secundarias, esto es, de entre 13 y 15 años de edad.
Según los resultados generales, 26.3% de estos jóvenes piensan que ellos mismos, sus amigos o personas de su edad les gustaría parecerse a narcotraficantes y sicarios. Después de esta figura viene el empresario, con el 17% de preferencia, 12.4% se inclinó por el profesor, 10.7% por el policía o militar, 4.4% por funcionario de gobierno y 1.4% por un migrante.
Y si bien esto puede hablar con elocuencia de una situación social delicada, quizás todavía más preocupante sea el hecho de que, de los entrevistados, casi cuatro de cada diez (39.7%) dijo no aspirar a ninguna de estas alternativas (quizás si la metodología hubiera sido distinta y se hubiera incluido profesiones como la de futbolista, los resultados no hubieran sido tan alarmantes, pero de cualquier forma son un reflejo del deseo y de los modelos sociales en un tejido social descompuesto).
Por supuesto que esto último es mejor que sintiese atraído por el modo de vida de narcotraficantes, pero la nada, la carencia de expectativas, sugiere muchas cosas de la situación que se vive en México.
La “retribución” a sus comunidades de origen consiste en aportar dinero para construir templos religiosos o donaciones para causas que demuestren su “generosidad”. Su santo patrono es Jesús Malverde, un antiguo bandido justiciero que en la tradición, roba a los ricos y ayuda a los pobres.
El culto incluye largas horas de música de tambora cada vez que un “jale” o negocio del narcotráfico ha tenido éxito. Aquí no hay miedo a parecer narcotraficante. Por el contrario, se busca parecer y, así, ilusoriamente evadir la realidad de pobreza, o crearse un falso “respeto” al convertirse en un “pesado”, es decir, un personaje que provoca rechazo pero a la vez infunde miedo, temor fundado. Situación que, en un ambiente corrupción judicial, crea en el ciudadano normal una sensación de malestar permanente, de impotencia ante la brutalidad que imponen los criminales.
Este es el modelo a seguir de los adolescentes, un modelo que a primera vista es y toma forma casi como el de un súper héroe, el cual no lo es porque a pesar de verse con autoridad, vestirse con ropa de marca y alhajas costosas, tener carros, dinero, es algo subliminar, es solo como la fachada, fachada que no refleja nada de su interior si no que es todo lo contrario.
Causas por las cuales los adolescentes del ejido de tres palos se integran al narcotráfico.
Los jóvenes, una parte considerable de ellos ingresan al narcotráfico, esto se debe a la falta de dinero y por no querer trabajar una jornada en la cual le paguen el sueldo mínimo, pues entran al camino según para ellos fácil, que es el del narcotráfico. La verdad es que en la actualidad empiezan a realizar este tipo de actividades ya que se considera que ofrece muchas ganancias, por lo regular se sienten que pertenecen a un grupo social privilegiado,
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