Análisis económico de la corrupción en México
Enviado por mondoro • 6 de Enero de 2019 • 1.942 Palabras (8 Páginas) • 290 Visitas
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La corrupción no es sólo un mecanismo ineficiente de asignación de recursos que perjudica el crecimiento económico. La corrupción tiene efectos negativos sobre la distribución de la riqueza ya que permite que los individuos mejor posicionados obtengan ventajas imponiendo costes sobre los demás miembros de la población. Aparte del ejemplo de los procesos de privatización en algunas de las antiguas economías del este mencionadas en la introducción, existen distintos estudios empíricos que demuestran de un modo fehaciente que los mayores niveles de corrupción están positivamente correlacionados con mayores niveles de desigualdad y elevados niveles de pobreza (por ejemplo, Gupta et. al. 1998). 17 Los mecanismos a través de los cuales la corrupción aumenta la desigualdad, aunque variados, son todos ellos el resultado de las distorsiones que produce en la eficiencia económica. En primer lugar, la corrupción reduce la capacidad del estado para jugar su papel regulador en los monopolios existentes, aumentando las rentas y reduciendo los excedentes de los usuarios. En otros casos conduce a la creación deliberada de monopolios sobre licencias o derechos limitando deliberadamente el acceso con el fin de crear rentas. La corrupción reduce los ingresos públicos y actúa como un impuesto regresivo, ya que las personas que están en mejor posición de capturar rentas son probablemente también las que se encuentran en mejores condiciones para evadir el pago de impuestos. Al mismo tiempo, a través de diferentes mecanismos la corrupción aumenta y distorsiona el gasto público, utilizando la capacidad del estado para contratar se pueden pagar favores políticos o transferir dinero al sector privado que luego pueda capturarse en la forma de sobornos. El efecto combinado conduce a un aumento del déficit público y de las necesidades de financiamiento que, tarde o temprano, deberán cubrirse con mayores niveles de tributación o mediante el también regresivo impuesto de la inflación. La necesidad de financiamiento público adicional además disminuye la inversión y el crecimiento económico.
Pero además, la corrupción distorsiona el gasto público en favor de aquellas alternativas de gasto que ofrezcan mayores posibilidades de corrupción. Para maximizar el valor de los ingresos los responsables públicos pueden desviar los recursos limitados por ejemplo, hacia proyectos de infraestructura o de defensa, donde las oportunidades de corrupción son mayores, en detrimento de los gastos corrientes en educación o salud, donde estas oportunidades son más limitadas. Del mismo modo, las oportunidades de corrupción son mayores en los contratos de construcción de obras, que en los gastos corrientes que permiten mantener las obras públicas en condiciones adecuadas de uso. Por ese motivo, los costes económicos de la corrupción resultan difícilmente observables ya que, en su mayor medida se refieren a la rentabilidad social perdida por los proyectos alternativos. En cualquier caso, dada la rentabilidad social de los proyectos en educación y en salud, su carácter de impuesto regresivo y el aumento que conlleva del déficit público, quedan pocas dudas sobre el efecto negativo que genera la corrupción sobre la distribución de la renta y de las oportunidades en la sociedad.
Otro tanto puede afirmarse a nivel de las empresas. Las pequeñas empresas que operan en contextos competitivos tienen pocas posibilidades de aprovechar las ventajas privadas de la corrupción debido a los menores márgenes de beneficios. Mientras que las empresas de mayor tamaño pueden dedicar equipos de relaciones públicas y mantienen un trato más cercano a las autoridades del gobierno. La liberalización comercial ha servido para remover una gran cantidad de restricciones para las empresas que operan en mercados internacionales y ha servido para llamar la atención respecto a los efectos negativos de la corrupción sobre la competitividad. Paradójicamente, sin embargo, las empresas de menor tamaño siguen expuestas a las barreras internas y las restricciones administrativas típicas de los mercados locales. Por todo ello puede plantearse como hipótesis plausible que la corrupción aumente la concentración empresarial.
- Conclusión
Aunque la corrupción no es un fenómeno reciente, existen razones históricas que hacen comprensible el mayor interés de las ciencias sociales por comprender sus causas y aportar alternativas que permitan su solución. Aunque el análisis económico, puede aportar elementos de análisis que ayuden a entender la racionalidad y la dinámica de los sistemas de corrupción, las soluciones que pueden proponerse desde la economía no son diferentes de las que pueden aportar otras ciencias sociales.
De acuerdo con las ideas expuestas, la corrupción no es más que un arreglo institucional para asignar los recursos de la economía, que sirve para la creación y la captura de rentas en detrimento de la eficiencia económica, del crecimiento y que aumenta la desigualdad. Los incentivos presentes en ese arreglo institucional no sólo permiten explicar que las personas opten a comportamientos corruptos, perfectamente racionales en sentido económico estricto, sino también para mantener, adaptar y mejorar la “eficacia técnica” del sistema de corrupción. Consecuentes con ello, debemos admitir que es improbable que la corrupción se reduzca sustancialmente con medidas simples como, por ejemplo, el aumento de los salarios de los funcionarios o la privatización de empresas públicas. La reducción de la corrupción, si la interpretamos como un cambio institucional está íntimamente ligada a la reforma del estado que, entre otras cosas, debe servir para reducir la discrecionalidad en las decisiones públicas, aumentar la claridad y la transparencia de las normas de las que se dote la acción del gobierno, resolver los problemas de financiación de los partidos políticos y aumentar el control de la sociedad sobre las decisiones políticas. Esta reforma es aún más urgente cuando en muchos países la frustración por las expectativas puestas en los procesos de transición política, democratización y liberalización se percibe, de un modo comprensible pero equivocado, como una consecuencia de la economía de mercado y del sistema democrático.
4. Bibliografía
http://www3.uah.es/econ/Ensayos/Corrupcion03.pdf
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