¿Corrupción Inevitable en Costa Rica?

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Es un hecho que combatir la corrupción indistintamente del país, es todo un reto, ya que las personas cuentan con distintos valores, y la ética se ve de manera subjetiva dependiendo del tipo de educación y cultura en la que se fue criada la persona. Estas luchas son cada vez más altas con medidas donde se trata en lo posible penalizar y detectar de manera oportuna cualquier irregularidad que afecte a todos como sociedad.

Toda acción individual es, al menos potencialmente, inmoral. Pues en toda acción humana está presente un cierto grado de inmoralidad innata, que se hace más visible en la acción política que en la acción no política. La potencialidad inmoral de la acción humana, sin importar el nivel y el grado, se hace más evidente cuando se mide no una acción con otra (ejemplo: política y no política), sino toda acción por su intención original. (Berthin, 1999)

Según lo descrito en el párrafo anterior el ser humano tiene de forma innata el instinto de cometer actos de corrupción, la pérdida de valores y de ética conlleva a que cada vez se realice de manera más común dentro de las organizaciones públicas de Costa Rica donde el “no importan los medios para lograr los fines” ha hecho que como país no se obtengan los objetivos que se quieren y el avance no sea lo suficiente para una nación tan pequeña como lo es ésta; sin embargo esta no es razón para dejar que las cosas sucedan de esa forma siempre, la cultura del costarricense necesita un cambio sustancial, convertir los valores en el quehacer patrio.

Pero como menciona Calderón**** “La función pública debe ser inseparable de la ética, como único modo de responder íntegramente a la confianza que los ciudadanos han depositado en el Estado para la realización del bien común” esto debe ser aplicable siempre para lograr el mayor bienestar no solo en la sociedad, sino también para mejorar el progreso como país.

Ser funcionario Público debe de implicar un sin número de consideraciones, ya que su trabajo no está hecho para beneficio individual, sino para beneficio colectivo, algo que de forma egoísta cuesta adquirir cuando se presentan muchas “oportunidades” ya sea con beneficios económicos o de poder dentro de la gestión para realizar actos de mala fe. Al final de cuentas es algo inevitable porque siempre van a existir muchas personas con malas intenciones, pero se puede mejorar tratando de cambiar la cultura de las personas inculcando valores y principios éticos a lo largo de su vida ya que con imposiciones de leyes o reglamentos con delimitaciones siempre tienen sus fallos por más elaborada que sean, y siempre se va encontrar la forma de evadirlos.

Referencias biliograficas