El suicidio,Durkheim
Enviado por Rebecca • 8 de Junio de 2018 • 944 Palabras (4 Páginas) • 429 Visitas
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El hombre fuera de lo social no existe, éste es el ámbito que lo define como tal. No hay libertad sin regulación.
6-Que la sociedad humanice a los individuos va a depender de la integración y regulación.
En una integración deficitaria va a haber un suicidio egoísta, los hombres no perciben ya la razón de estar en vida. Falta de integración del individuo con la sociedad (intelectuales)
En una integración superlativa va a originarse un tipo de suicidio altruista, donde la razón de vivir parece encontrarse por fuera de la misma vida. Exceso de integración del individuo con la sociedad.
En una regulación deficitaria va a haber un suicidio anómico, el individuo tiene una actividad desorganizada lo que le genera sufrimiento.
En una regulación superlativa va a haber un suicidio fatalista, se da por un exceso de reglamentación que comprime violentamente las pasiones.
7-La situación y entorno de pobreza genera un freno contra el suicidio. Lo que se tiene sirve como punto de mira para determinar lo que se quiere tener, por consecuencia, cuanto menos posee uno, menos intenta extender el círculo de sus necesidades.
Un entorno social de este tipo desempeña un papel moderador entre las ambiciones individuales del hombre y la autoridad moral reflejada por la sociedad.
Por el contrario, la riqueza disminuye la resistencia que nos oponen las cosas y nos induce a creer que pueden ser indefinidamente vencidas.
8-Hay una esfera de la vida social que se encuentra permanentemente en estado de crisis: la del mundo del comercio y la industria. Se encuentran libres de toda reglamentación y fuera de todo disciplinamiento moral.
El poder gubernamental, en vez de ser el regulador de la vida económica, se ha convertido en su instrumento y su servidor.
Se proclama que las naciones deben tener por único y principal objetivo prosperar industrialmente. La industria en vez de continuar siendo considerada como un medio al servicio de un fin que le sobrepasa, se ha convertido en el fin supremo de los individuos y de las sociedades. Entonces ha ocurrido que los apetitos que pone en juego se han encontrado libertados de toda autoridad que los limite colocándolos por encima de toda ley humana. De aquí es donde proviene ese estado de crisis y anomalía constante. Se tiene sed de cosas nuevas, de goces ignorados, pero que pierden todo su atractivo cuando son conocidas. Entonces al menor revés que sobrevenga, faltan las fuerzas para soportarlo.
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