FORMACIÓN HUMANA II EL SER HUMANO COMO SER SOCIAL
Enviado por Mikki • 2 de Enero de 2019 • 10.678 Palabras (43 Páginas) • 344 Visitas
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LA APERTURA DE SÍ MISMO
Entre dos o más personas puede haber comunicación artificial, defensiva, mecanizada y puede también haber comunicación fluida, abierta, espontánea, confiada y cordial. La primera es de cerebro a cerebro, Ia segunda, de corazón a corazón; la primera es fría y formalista, la segunda es cálida y vívida. En la primera el individuo comunica cosas, como le podría hacer también una máquina, en la segunda se comunica. Esto no depende tanto de temperamento y rasgos de carácter cuanto de Ia voluntad de compartir, de participar, de tender puentes, de involucrarse, de darse. .
La comunicación abierta no tiene nada que ver con la "verborrea" o abundancia compulsiva de palabras superficiales; sí tiene que ver, y mucho, con la decisión de quitarse las máscaras que congelan, esconden o impiden crecer; o, dicho de otra forma, de abrir la puerta de nuestro yo para que el otro tenga acceso a nuestro mundo interno, y no se quede sólo con la fachada.
La comunicación genuinamente interpersonal es "hablar con", más que "hablar a", "hablar de" o "hablar sobre", y exige sacar y externar algo de lo más íntimo y personal del ser humano: los sentimientos.
LA PROFUNDIDAD DE UNA COMUNICACIÓN CORRE PAREJA CON LA AUTENTICIDAD DEL INTERCAMBIO DE SENTIMIENTOS Y AFECTOS
Además, son éstos los grandes facilitadotes del autoconocimiento, porque es ley psicológica que, para saber quiénes somos, debemos tratar de decirle a los demás quiénes somos, si no se los decimos, tampoco nosotros lo podremos saber.
Es importante, además de conocerme a mí mismo, conocer a los demás; para ello hay cuatro puntos clave:
- No hay dos seres humanos que sean idénticos.
- Todos aspiramos a sentimos alguien.
- Hay que considerar a la persona en su integridad de ser humano.
- Las necesidades motivan la conducta.
Mucha práctica y mucha paciencia son necesarias para tener buenas relaciones todo el tiempo.
La riqueza de la comunicación está en su paradoja: aceptar totalmente al otro, y sin embargo permanecer totalmente yo mismo, sin diluirme; darme, pero conservar y retener mi individualidad, o bien, usando la analogía del yo con la casa: poner en torno a mí una cerca que delimite mi yo y lo distinga de mi medio, pero no levantar una muralla que me encierre.
EL INDIVIDUO EN EL GRUPO: COLABORACIÓN, CONFLICTOS
Si un contexto natural de comunicación es el de dos personas, no menos natural y frecuente es la comunicación simultánea de varios con varios. La comunicación es crisol de muy variadas y heterogéneas experiencias, ideas, necesidades propósitos, gustos, carácteres y mil otros hechos psíquicos, donde el conflicto es natural, por más que no siempre resulte visible para alguien superficial.
Toda institución, todo equipo, todo grupo de trabajo o de simple recreo, son redes densas de comunicación. Pero nada garantiza la buena comunicación: la que es poner en común, compartir lo positivo de cada uno. Sabemos que se cae fácilmente en comunicación que es rivalidad, hostilidad, agresión y destrucción.
Por lo mismo, incumbe a cada uno la tarea de cultivar:
- La cooperación (cum operare: actuar en conjunto)
- La colaboración (cum laborare: trabajar juntos)
- La convivencia (cum vivere: vivir en conjunto)
- La compañía (cum panis: comer el pan juntos)
- La colegialidad (cum légere: elegir juntos, elegido junto con)
Sólo así será factible trascender las comunicaciones formales, de rol a rol, de papel a papel, y se pondrán en contacto genuino las personas, escuchándose mutuamente y aceptándose como seres humanos y no como piezas de una estructura mecánica o números de un catálogo.
COMUNICACIÓN, HIGIENE MENTAL E HIGIENE SOCIAL
La buena comunicación interpersonal crea un clima psicológico de bienestar que puede compararse a la buena respiración, a la buena digestión y a la correcta circulación sanguínea. Los hombres no somos islas; por esencia íntima, según diría Aristóteles, somos animales sociales; nuestra condición humana es de "individuos en sociedad".
Si sentimos que el medio nos responde, nuestra vivencia es de safisfacción, de armonía, de expansión y de activación de nuestras fuerzas psíquicas; en una palabra, vivencia de salud y bienestar.
Si, por el contrario, sufrimos sistemáticamente experiencias de choque, de incomprensión, de rechazo y de falta de respuesta, entonces sobreviene la frustración, la agresividad crónica y amarga, la involución en vez de la evolución, y la neurosis. Y, lo más dramático, es que de individuos mentalmente enfermos no puede nunca resultar una sociedad mentalmente sana.
- EL ENCUENTRO. LAS RELACIONES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS EN LA SOCIEDAD
OBJETIVO: El alumno distinguirá las diversas relaciones que puede tener en la sociedad.
Las relaciones secundarias son aquellas en las se trata a la persona de acuerdo al rol que cada uno desempeñamos en la sociedad. Las primarias, en cambio, son aquellas en las que se trata a la persona por la persona misma y no por su función o porque nos preste determinados servicios.
Un criterio práctico para diferenciarlas es que las secundarias son substituibles y las primarias no. Si invito a mi hermana y a su familia a que vengan a pasar conmigo el fin de semana y me dice: "yo no podré ir, pero te enviaré a algunos vecinos en mi lugar", mi reacción será de sorpresa y de disgusto.
¿Cuál de los dos tipos es el más importante? Desde luego, ambos son necesarios. La sociedad está hecha de modo que todos somos "madejas de necesidades", y que los unos podemos, queremos y necesitamos ser satisfactores para los otros, y así nos ganamos la vida.
Pero la vida moderna, con sus dimensiones macroscópicas, ha originado una "hipertrofia" de las relaciones secundarias, y va reduciendo, y hasta marginando, las relaciones primarias. Esto crea desequilibrio, porque en el fondo todos ansiamos la relación primaria:
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