La creación del banco de la república

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MISIONES FINANCIERAS INTERNACIONALES

En un país con precarias condiciones económicas y ante la urgencia de hacer algo al respecto los gobernantes podrían decir “La solución de nuestros problemas financieros ha demostrado ser tarea imposible para nuestro pueblo, a menos que reciba apoyo. Por lo tanto es menester obtener los servicios de consejeros extranjeros, exponerles los hechos más íntimos de nuestra vida económica y financiera, y seguir al pie de la letra el consejo que ellos emitan”.”[11], de esta manera surgen las misiones financieras internacionales.

Existen varias razones de peso para pedir la ayuda de un economista financiero extranjero, entre estas está la imparcialidad política, ya que, al ser extranjero, el economista “puede mirar los problemas con absoluta objetividad, puesto que siendo desinteresado no tiene ambiciones políticas y está libre por lo tanto de los correspondientes compromisos.”[12]. A la vez, muchos gobiernos han preferido que estos consejeros sean estadounidenses y según Kemmerer las razones para que los prefieran son tres “1. La creencia de que los Estados Unidos están relativamente libre de ambiciones de engrandecimiento político, sobre todo en Europa y en el Oriente; 2. La prosperidad económica y financiera de los Estados Unidos en años recientes; y 3. El deseo de atraer capitales americanos.”[13]

En una misión financiera no todos los consejeros han de ser iguales, Kemmerer propone que el primer tipo de consejero “es el facultativo general que diagnostica la enfermedad, prescribe el medicamento y luego cuida al enfermo hasta tanto que haya recobrado la salud.”[14], y así mismo existe un segundo tipo de consejero “el diagnosticador o consultor que se limita a diagnosticar las dificultades, prescribir los remedios del caso y luego retirarse dejando en manos de los ciudadanos del país la completa responsabilidad de administrar el tratamiento, o recomendado en nombramiento de consejeros del tipo de facultativo general que ayuden a aplicar el tratamiento recomendado.”[15]. En el caso colombiano Kemmerer actúa como el primer tipo.

ECONOMÍA DEL PAÍS

La guerra de los mil días le dio la bienvenida al nuevo siglo con la destrucción de la riqueza pública, la cual “se calculaba en 25 millones de pesos oro””[16]; las riquezas del Estado iban directamente al financiamiento de la guerra y “para ello se recurrió a impuestos que gravaban las exportaciones, obligando a los productores de café a vender al Estado una parte de la producción pagadera en papel moneda, al tiempo que las rentas debían ser pagadas en oro.”[17]. De esta manera la economía colombiana inicia el siglo XX.

Gracias a la guerra de los mil días Colombia recibe una economía con “la paralización de la agricultura, el rompimiento del comercio y de las comunicaciones y un desvertebramiento total de la circulación monetaria y de la esfera financiera”[18]. Ante esta situación, en 1904 Rafael Reyes llega a la presidencia y bajo su régimen “la moneda se estabilizó en una base de 100 a 1 y se emitieron billetes respaldados con oro o su equivalente en moneda legal.”[19], luego, Reyes realizó varias reformas “comenzando por fortalecer el presupuesto: se nacionalizaron algunas rentas a costa de los presupuestos departamentales, engrosando los ingresos del gobierno central” [20] además de organizar al Banco Central para “manejar las rentas de gobierno con criterio casi de empresa privada y se centralizaron en él las emisiones monetarias, se le faculto para el cobro de los giros por derechos de importaciones y para atender el servicio, de la deuda pública, saneando ésta en los mercados internacionales de valores y aumentando en. ellos (sic) la credibilidad en la capacidad de pago del país.”[21]. La economía parecía haberse regulado.

Dieciséis años más tarde viene sobre Colombia la crisis comercial y financiera de 1920-1921, la cual según Nicanor Restrepo vino por las siguientes razones:

“a) Una guerra de casi cinco años que conmovió al globo entero y trajo ruinas, desigualdades y sorpresas nunca vistas [la Primera Guerra Mundial, 1914-1918]”[22]

“b) Una alza de precios sin precedentes, seguida de una baja fatal”[23].

“c) Una prosperidad súbita, como nos vino en 1919 y principios del 20. Llegó el oro de Estados Unidos por millones, se amonedó el del país, trabajando día y noche la casa de moneda. Sobraba el dinero y se invertía en negocios que dejaban siempre margen, sin reparar en precios, lo que hizo más grande el desequilibrio de ellos”[24].

“d) Halagados con esta repentina prosperidad, el país todo se lanzó en especulaciones desatentadas. Surgieron compañías de aeroplanos; hoteles gigantes; alza de la propiedad raíz sin justificación; y, síntesis de todo, un abuso del crédito, en que no sabe uno que admirar más, si la audacia de los que contrajimos compromisos o la confianza de los que concedieron esos créditos “[25].

“e) El gran pedido, la mala administración en la Aduana, y otras causas, produjeron la demora de la carga en la Costa, por meses y hasta por años; no venía la mercancía; se cumplían los cortos plazos que da el exterior; llegaban los artículos cuando ya se tenía noticia de que valían la mitad o menos en los países de origen, y entonces hubo que dar a menosprecio y perder en proporciones enormes.”[26]

“f) Bajó el café, de cinco pesos o más en que se pagó en algunas poblaciones, a ochenta centavos la arroba. Faltó este valor de exportación; hubo que devolver el oro que habíamos traído y todo el que producíamos y quedó el país exhausto, sin dinero y sin créditos.”[27]

“g) Finalmente...coincidió nuestra crisis con la del mundo entero y los créditos se cerraron para casi todos”[28]

La crisis del 21 obligó al Presidente Marco Fidel Suárez a renunciar, y “se llegó al convencimiento de que la causa de esa, y de las anteriores crisis colombianas desde 1886, residía en la carencia de un sistema administrativo y financiero.”[29]; está creencia era compartida por Kemmerer, quien al llegar a Colombia afirma: “Es posible que tarde o temprano haya problemas y no sería extraño que los bancos locales explotaran en cualquier momento.”[30]

Antes de la creación del Banco de la República los primeros años de la década de 1920 “fueron de una lenta expansión ferrocarrilera.” [31], además, la firma más poderosa era la casa López, quien “en el momento de la quiebra del Banco López controlaba el 70% de la exportación de café colombiano,