Las memorias de un loco
Enviado por tomas • 23 de Octubre de 2018 • 3.190 Palabras (13 Páginas) • 356 Visitas
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Me siento devastado por la soledad, esa soledad que se apodera de todo y a todo le hace daño, estoy solo, y sola esta le gente que se encuentra alrededor mío, yo lloro, y si lloro, es porque el cielo, deja caer unas gotas de agua sobre el rostro mío. Ayer, hoy y mañana ha llorado el cielo junto a mí, noches espeluznantes de fantasmas que, atrapan brazos y piernas, y halan, y halan, y halan, ¡y halan duro!
He sentido, he sentido la muerte traspasar el alma, y no es hermoso, mujer, dame tus manos para ponerlas en mi espalda, pero no, me dejes marcas, pues quiero, deseo, anhelo, hacer más cálida esta cama, a la que estoy nuevamente atado, y ya no de pies y manos, si no de alma, alma que pide salir para dar paso en el mar donde escribí, tu nombre junto al mío, y te prometo que está escrito con tinta indeleble, donde ni las holas del mar, borraran la belleza que he dejado plasmado ahí, ahí, donde estoy dispuesto a volver, después de salir, vivo de aquí.
En el mar, según mi visión, el sol se esconde, siempre en el horizonte, casi besando el agua, en mi corazón, sí, el sol se esconde, pero sin besar el rojo escarlata de la vida, sin darse cuenta, que lo llamo, ¡que me es indiferente con todo el mundo! Pero no importa, yo ya estoy muerto aquí, en este pequeño cuarto donde tengo, a nadie, y nadie me tiene a mí, nada, más que imaginación, la que me hace, me hace llorar, y lloro, ¡Dios yo lloro!, pero lloro, sin que las lágrimas rueden externamente, no tengo heridas, pero aun así, duele, y duele más, que una cortada, por una espada
Los recuerdos son hermosos, como las estrellas, hay millones, y cada noche te das cuenta que hay una nueva, y esa nueva te hace reír con su belleza, pero así mismo, hay lágrimas, como cada gota que existe en el mar, con doble ración de sal.
Estoy triste mujer, no quiero volver aquí, sácame en hombros, soy un hombre derrotado y de esos no se ve muchos, ¡no me dejes en este sitio!, toca el piano mi amor, ¡toca el piano!, como tocaste mi alma y vuelve a caminar de la mano conmigo, no hagas más larga esta espera, no convirtamos en pergaminos viejos y sucios nuestra vida, no nos merecemos esto, es ilógico que hagamos esto, es extraño, tengo mucho frio –el pobre hombre pedía clemencia a su imaginación extensa, entre llantos de niño y acurrucadas de su madre, clamaba perdón por no estar en casa con su amor, Ángeles- ya sé, no me escuchas, en sueños estoy mejor.
Niccolo Paganini - Sad romance violín- escuche como lloraba en mis sueños, entonces entraron hombres, con terno blanco y corazón negro, llevaban, telas en el cuello, telas de colores, ¿porque estoy con estos locos!, yo no soy ningún psiquiatra, ni psicólogo para dar conejos ni explicaciones a este gente, ¿porque quieren saber de ti?, ¿porque quieren saber de mí? Acaso creen que soy un libro abierto para estar contando a todos, mi historia, o como te conocí; están hablando incoherencias estos, me dicen que: ¡yo te he matado! Yo no he matado a nadie señor, suélteme, ¡SUELTEME! A mi amor, nunca le haría daño. -Los dientes del pobre hombre, se estropeaban por el chirrido que hacían al sentirse enfurecido por el comentario descortés del mayor de todos los que habían entrado a su habitación-
II PARTE
Mujer: amor o dolor
El amor es insolente, a las 6:00 de la mañana te ama, 16 horas después te mata
4 de abril de 1994, 6:00 de la mañana, ¡ring….! –buenos días amor, ya es tarde, tenemos que salir de esta cama- mientras él me tocaba mi suave cabello y pedía: cinco minutos, dale solo cinco minutos y nos bañamos después juntos.
-mi niña, estas hermosa, dime que te has hecho -me dijo-
- ya vas con lo de niña no, desde los trece años me decías así.
-no te gusta amor.
-si no me gusta, que dices loco, eso es lo que me va enamorando todo los días, todos los años, todos estos 26 años tuyos. Es más mira, tengo algo que te compre…
-mi amor, ya sabes que las sorpresas no me gustan.
-¿desde cuándo?
- desde que me sorprendió el amor, y de ahí no he podido alejarme de ti, tontita.
Ella bajo las escaleras corriendo, y después de un minuto retomo el retorno hacia la alcoba. Ella traía en su cuerpo solo una camisa, toda desnuda y bañada en un aroma de chanel para hombre, él la miro entrar, y solo abrió la boca, y puso sus ojos fijos en la belleza de los ángeles.
-cierra la boca –mientras hacía muecas-
-¡Ah!, ¿Qué?, ah sí, perdón –se rio de la vergüenza- que linda camisa niña, ¿es mía?
-Claro guapo, pero tienes que sacar la envoltura, y quedarte con migo todo el día.
-Mi amor, mejor esta noche, tengo una reunión muy importante de trabajo, y voy con la camisa nueva, para que me de suerte.
Ella, soltó la camisa en la cama y salió del cuarto, mientras él se quedó poniendo el mejor terno frac, ni muy caro ni muy barato, miro su reloj, eran cinco para las siete, bajo las escaleras de cinco en cinco, tomo el café, una tostada a medio hacer, un beso rápido. Solo se le escucho decir un esta noche te llevo a cenar amor.
Los defectos de las personas son visibles desde los ángulos más alejados, a el amor de mi vida, no le encuentro defectos, más el de amarnos infinitamente, hasta el punto de volar sin despegar.
Ella se quedó suspirando, el viento vacío de la soledad inmensa, mientras un sudor frio corrió por su cuerpo, como que el mundo estaba conspirando contra ella. Se metió a la ducha, un baño rápido y sin paro, a lo que salió, una sombra en el lado izquierdo de su cuarto… dio un grito, y se tranquilizó de otro. Rápidamente se vistió con un traje elegante y hermoso, color negro, con una blusa rosada, tacos altos, su collar más caro, aretes hermosos, y claro, el anillo de bodas. El trabajo espera se dijo, mientras manejaba un carro del año. Después de media hora de conducir de su casa a la ciudad, aun le faltaba una para llegar al trabajo, entonces el tráfico fue acosador y desalado, como que no tenía clemencia, vio de reojo el periódico “El comercio” un esposo muy confundido es internado en el hospital para enfermos mentales por haber matado a su mujer”. Como era de esperar, se asustó, pero no presto mucha atención a lo leído,
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