Pensamiento de Walafrido

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En el año 821, Tatto dirigió las clases de Dialéctica. A este le gustaba crear debates así mostrando las diferentes opiniones de cada alumno. Durante el verano, les introdujo en la vida real ofreciendo a la misma vez, material para las actividades de dialéctica y retorica.

En el año 822, durante todo el invierno se destinaron a realizar ejercicios de las reglas, estas eran tanto de forma oral como escrita. Se ejercitaban en el arte de la persuasión así formando su propio vocabulario. También relataban vidas de santos, escribir, recitar descripciones y discursos de carácter laudatorios. Por orden del Abad comenzaron hacer diccionarios. El retiro del Abad Tatto causa que el joven discipulo empiece a apasionarse por la poesía y la ciencia.

En el año 823, continuaron con los estudios de Boecio. Utilizaban el monasterio para aprender a hacer mediciones de líneas, superficies y cuerpos. Al año siguiente, comenzaron con el estudio de la música, las composiciones, instrumentos, canto, notas musicales, iniciación paulatina y su significación. Pese a estar motivado, Walafrido vió que la música no iba con él, por lo tanto Dominius Tatto le propone estudiar griego instruido por dominus Wetino, quien comenzó a descubrirle las lecturas de Homero.

Después de estar 10 años de vida monástica, en el año 825 se produce la muerte de Wetino, la cual le afectó mucho y perdió concentración en sus estudios. Abad le dijo que era necesario que antes acabara sus lecciones. Tampoco Tatto podía dedicarles mucho tiempo ya que ocupaba el lugar de de Wetino y dirigía toda la escuela. De todas formas, aprendieron astronomía; el curso del sol y la luna, los planetas y las estrellas.

En mi opinión, me ha parecido muy interesante esta lectura, a través de la experiencia en primera mano de Walafrido Strabo escrita en su diario personal. He descubierto sobre las metodologías, educación y dedicación en los monasterios en el siglo IX. Además, conocer el estilo de vida a lo largo de una vida monástica. En el diario podemos observar las lecciones que impartían según progresaban en sus estudios y así, las asignaturas que eran de mayor importancia y utilidad durante tiempos pasados.