Racionalidad Económica y Liberación Femenina

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es un claro ejemplo de como la mujer se ve en la obligación de mantener una relación porque no le queda alternativa, y el costo que implicaría divorciarse, es mayor al beneficio que obtendrían al hacerlo, y es por ello que no tienen otra opción que mantenerse casadas.

Todo esto está relacionado con las teorías que exponen que la naturaleza del ser humano es egoísta, es decir, al momento en que podamos obtener un beneficio propio, y que este no suponga un riesgo a nuestra integridad mental o física, no dudaremos en optar por hacer aquello que nos traiga satisfacción.

En contraparte, hay personas que afirman que esta racionalidad económica proveniente del egoísmo, no es parte de la naturaleza humana sino que es inducida por la sociedad. Antonio Acevedo (2015) en su artículo Sobre la naturaleza egoísta del hombre afirmaba que:

Los individuos son egoístas en la medida que la sociedad fundamenta su racionalidad ideológica o política en esa dirección individualista. La racionalidad que se internaliza en la conciencia de los individuos, no viene de adentro, es decir, no está en la naturaleza humana, viene de fuera, es decir, está mediada por la sociedad.

Lo que hace pensar que entre más una sociedad proponga vías en las cuales alcancemos un grado de independencia mayor, nuestro nivel de egoísmo aumentará y por ende seremos menos susceptibles de lo que de nuestras acciones pueda derivar y como éstas tienen un impacto en la sociedad.

De una forma u otra, es en hecho que la libertad en la sociedad moderna tiene un carácter más universal, y beneficia a aquel grupo social que en la antigüedad no tenía vías para proyectarse en un futuro de manera independiente, y que permite que la individualidad que caracteriza al ser humano tome forma y cree un ambiente en donde el equilibrio social dependa exclusivamente de las decisiones derivadas de la racionalidad económica.