SEGURIDAD Y SOBERANÍA ALIMENTARIAS
Enviado por Jillian • 11 de Enero de 2019 • 909 Palabras (4 Páginas) • 358 Visitas
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Los campesinos mexicanos, con esa escasa tecnología avanzada, no han podido competir con el precio de los productos importados; en muchos casos han tenido que dejar sus tierras y emigrar, cambiar su actividad y abandonar el campo.
La meta para alimentación consistió en que para 2015 se debía reducir a la mitad la cantidad de personas que padecen hambre.
- Sin embargo, la seguridad alimentaria es una cuestión compleja, transversal y multidimensional. La FAO le atribuye cuatro dimensiones: 1) disponibilidad, 2) acceso físico y económico, 3) utilización y 4) estabilidad.
La preocupación es mayor si analizamos de cuales alimentos proviene esa energía y como ha ido variando la composición de la dieta.
El hecho de que los alimentos suban de precio más rápidamente que el resto de los productos es un asunto grave si consideramos que en nuestro país los alimentos representan un 40% del gasto total de 10% de los hogares. Si solo consideráramos el ingreso monetario de la población por cada $1.00 peso que cada hogar obtuvo en 2012 gasto $1.10 pesos en alimentos.
Este rubro puede asociarse con la soberanía alimentaria y es donde nuestro país arroja los resultados más preocupantes. Como por ejemplo vemos La dependencia de importación de alimentos. La tasa de dependencia subió de 22% en 1990-1992 a 35% en 2009-2011. Esto quiere decir que más de un tercio de los alimentos que consumimos no se produce en el país.
Podemos decir que de 1990 a la fecha han mejorado en nuestro país los indicadores de seguridad alimentaria. En ese sentido, y de acuerdo con la FAO, México alcanzó la meta del milenio. No obstante, hemos entrado a una paradoja peligrosa: el aumento de la seguridad alimentaria ha disminuido la soberanía alimentaria.
Las políticas neoliberales que conducen la economía del país desde hace 30 años han postulado que sea más eficiente comprar los alimentos en el mercado internacional que producirlos por nosotros mismos.
Un país que depende en gran medida de las importaciones de alimentos se hace más vulnerable a situaciones externas: una subida inesperada en los precios internacionales, los conflictos bélicos, los cambios en el uso de los recursos para fines no alimenticios sobre la inocuidad de los alimentos.
Es necesario que se vuelvan los ojos al campo a partir de políticas públicas que apoyen la investigación y el desarrollo de sistemas productivos organizacionales; impulsar nuevas tecnologías y prodúcelos que hagan eficiente la producción; fortalecer los mercados internos y mejorar las redes de distribución.
Por otro lado, es necesario modificar las políticas salariales para dejar de utilizarlas como mecanismos anti-inflacionistas, así como detener la caída del poder adquisitivo para que los salarios, atendiendo la disposición constitucional, sean suficientes para proporcionar una vida decorosa a las familias.
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