San Agustín, en la frase señalada, establece lo que es el pilar fundamental de lo que a él respecta la felicidad. Profundiza más acerca del origen de esta, le da significado y relevancia a su relación con Dios.

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disfruta más el que, aún sabiendo o teniendo menos que el que es vanidoso, hace de Dios su único fin. Habla también del gozo de la verdad y de cómo le es inútil al ser humano querer hallar la verdad de todo sin aceptar la absoluta verdad de Dios, como creador de todas las realidades y como parte de del alma. Este gozo de la verdad se encuentra en el interior del hombre y no hay necesidad de buscar verdad diferente a esta, ya que solo con esta se logra la felicidad, y no hay motivo para hacer algo que no sea la felicidad. Por lo tanto solo el conocimiento de Dios importa para el hombre.

“Porque así es mejor el que sabe poseer un árbol y te da gracias por su utilidad, aunque ignore cuántos codos tiene de alto y cuántos de ancho, que no el que lo mide y cuenta todas sus ramas, pero no lo posee, ni conoce, ni ama a su Creador, así el hombre fiel –cuyas son todas las riquezas del mundo y que, no teniendo nada, lo posee todo por estar unido a ti, a quien sirven todas las cosas-...”

“... hay gozo que no se da a los impíos, sino a los que generosamente te sirven, cuyo gozo eres tú mismo. Y la misma vida bienaventurada es -y no otra cosa- que gozar de ti, para ti y por ti (guardere de te, ad te, propter te). Pero los que piensan que es otra, otro es el gozo que persiguen, aunque no el verdadero.”

"Bienaventurado será, pues, si libre de todo impedimento se alegra de sola la verdad, por quién son verdaderas todas las realidades.”

El sentido que le da San Agustín a la felicidad es que esta solo se encuentra en Dios. El hombre, tiene entonces, que vivir según su camino, o sino nunca logrará plenitud. Dios es el por qué de la existencia del humano, por lo tanto no es más que en él donde se puede hallar el sentido y razón de su vivir, y por ende, su felicidad.