Sistema penitenciario en la República Dominicana

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Los reclusos que poseen aspectos de convertirse en maestros toman cursos técnicos y los sábados obtienen formación didáctica y metodológica. Existen treinta y siete cárceles dominicanas a las cuales se les ha implementado a lo que le llaman el “Nuevo Modelo”. Las prisiones poseen un cambio drástico e histórico que aportan a la ideología que conllevan la generación actual del siglo veintiuno. El personal de las cárceles que utilizan el nuevo modelo, consiste en concentrarse en que la cárcel se encuentre desmilitarizada, dirigida por jóvenes que asumen más de una disciplina a la vez y que están especializados en áreas como medicina, educación, derecho, psicología y la conducta humana.

Es importante saber que todo el personal (civil) es entrenado para este caso por la es- cuela penitenciaria la cual es vigilada y dirigida por el Sr. Roberto Santana quien forma parte de los creadores de esta reforma junto a Radhamés Jiménez y Manuel de Jesús Pérez Sánchez. Como el objetivo de las cárceles que forman parte del modelo nuevo en curso es resocializar a los condenados, estas intentan de que el sistema no tengan carácter de venganza ni que las personas se sientan en un nivel de degradación, para que así, las personas no están resentidas luego de salir de estas cárceles y no tengan la intención de aportar un aspecto negativo en la sociedad.

Luego de implementar estos métodos en algunas cárceles, muchos medios se han mostrado interesados por el cambio y existe una sensación de recuperación que los sistemas pasados no brindaban a la sociedad dominicana. El nuevo sistema penitenciario cumple con la tarea de respetar la dignidad de cada ser humano, y los mantiene ocupados para que no se sientan distantes a la humanidad con actividades positivas que los haga sentirse vivos.

Todo parece estar perfecto en este sistema penitenciario nuevo, pero según el periódico “Hoy Digital” “Apenas el 20 por ciento de los presos de todo el país están en los diez recintos donde se ejecuta el nuevo modelo, incluido el de San Pedro de Macorís”. (Hoy Digital, 2009). El cambio es arduo de aceptar en un país que lleva haciendo las cosas de una manera por mucho tiempo, pero es un aporte positivo que debería esparcirse un poco más para que el país pueda seguir evolucionando.

El nuevo sistema penitenciario no solo ofrece respeto a los reclusos en la relación del personal civil con el delincuente, sino que también en caracteres de terminología podemos observar como en el nuevo sistema se refieren a los ingresados como “internos” mientras en el sistema original le llaman “presos” o “convictos” siendo este un término más despectivo y degradante. Aun las cárceles de “Nuevo Modelo” parezcan superiores, las que mantienen el sistema original se encuentran sobrepobladas.

La capacidad que tienen las cárceles que utilizan el “Nuevo Modelo” no ha sido alcanzada, más bien la población de reclusos en solo una de todas las cárceles del sistema original compensa la población de todas las cárceles del modelo en implementación juntas. La organización en la cantidad de presos por cárceles que hay no solo debería ser mejor distribuida entre las cárceles del antiguo sistema penitenciario sino que también deberían tomar aumentos o igual en cuenta las cárceles del nuevo modelo donde no se les está alcanzando su máximo potencial y capacidad de espacio.

Podemos ver que en el antiguo sistema, o sistema original, mitad de los presos cumplen condena definitiva, un caso totalmente diferente a las estadísticas de las cárceles del modelo en implementación, donde más de la mitad cumplen un tiempo de condena preventiva, siendo esto relevante en materia electoral, donde después de las últimas elecciones presidenciales los que cumplen cárcel preventiva tienen derecho al voto.

Evidentemente el estado ayuda a los internos en las cárceles del “Nuevo Modelo”, siendo esto un apoyo a la evolución dominicana. Viendo esto, estas carceles deberían tener una prioridad más un sentido mejor de la expansión, con un objeto de reemplazar el antiguo sistema y eliminarlo por completo en el país.

Este nuevo sistema ha agregado el cumulativo de años, pero todavía no se implementa la pena de muerte o cadena perpetua. La pena de muerte es vista como la privación de la vida o la supresión radical de los delincuentes que son considerados como incorregibles o altamente peligrosos. Este castigo usualmente es utilizado para los violadores. Este sistema utiliza la decapitación, la cámara de gas, la inyección letal, electrocución, fusilamiento, ahorcamiento y lapidación. Los delitos por los cuales estos son impuestos son: el delito sexual, homicidio, delitos militares, delitos contra la salud y los delitos del orden político.

La objetividad de la pena de muerte en la República Dominicana como castigo capital se dice que debería de ser merecida. Esta dio lugar en la Suprema Corte de Justicia en el pleno que formara parte de las Comisiones Militares en el Artículo 210 de la Constitución de la República. Esta fue creada en el 1847, para el fusilamiento de los hermanos Jose Joaquín y Gabino Puello. Se dio a conocer otra en el 1848 que fuera forzudo para el descargo de los acusados. Pero se dictaba que ambas era una oportunidad para comprometer a la seguridad del Estado. La realidad es que el país no se encuentra tan avanzado para asimilar la pena de muerte de manera total, este sistema penitenciario es incapaz.

En el año 1908 se decidió suprimir la pena de muerte por causa de una cuantía de delitos políticos. En la reforma del 1924 se consagró la inviolabilidad de la vida lo cual descarto por completo la introducción de la pena de muerte n la constitución. Lo que se hizo fue sustituir la pena de muerte por la pena de trabajos públicos por la ley 64 del año 1924. Pero, también fue suprimida por la ley 224 del 1984, antes mencionada.

La cadena perpetua se conoce como la pena privativa de libertad de carácter indefinido. Este se impone por un grave delito que puede implicar la privación total de por vida. Este es uno de los castigos severos que puede recibir una persona. En la República Dominicana, actualmente no existe cadena perpetua. Por la razón de que nuestras prisiones no se encuentran totalmente capacitadas para tener a un recluso para toda la vida. Tener a una persona encarcelada es un gran gasto y el punto de esta es la resocialización, no la total eliminación de la sociedad.

Muchas personas se encuentran de acuerdo con la nueva rectificación del Código Penal Dominicano, que esta instaure la cadena perpetua igualmente del cumulativo de penas. Ya que la pena de muerte es un sistema muy costoso para su implementación