ANÁLISIS DEL DOCUMENTAL LA DESAZÓN SUPREMA DE LUIS OSPINA

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Vallejo nos habla de por qué dejo el cine, mencionándonos que lo hizo debido a su desencanto con el lenguaje que éste le ofrecía, y que hubiera preferido la música por sobre la literatura, pero que, de él, el lenguaje de la literatura salía con mayor brevedad y facilidad, como si hubiera nacido para olvidar a través de las letras.

En ‘El rio del tiempo’ <<capítulo del documental y obra de Vallejo>> se nos cuenta que es este libro se divide en cinco etapas, las etapas de la vida de Vallejo, su niñez, su adolescencia, su época como estudiante de cine en Roma, así hasta llegar a su presente. Este capítulo muestra el impacto de los textos de Vallejo en diferentes contextos, por ejemplo, el francés en donde se le compara con Bloy o con Celine. Aunque lo tipológico de Vallejo es que no da concesiones respecto a sus opiniones ni respecto a sus posiciones (i.e la respuesta por su homosexualidad o los temas mismos de sus libros y presentaciones). Y, entre otra de sus características se encuentra también la reiteración de sí mismo y de su estilo (i.e es propio de Vallejo la crítica hacia la tercera persona en la escritura y la adopción del ‘yo’ o la primera persona en su estilo), es una persona que no se detiene ante la crítica y que tampoco se detiene ante los que él siente que tiene que criticar.

Finalmente, en ‘La parábola del retorno’, se parte por la pregunta de la partida de Vallejo de Colombia, y de su respuesta. La cual corresponde a que él siente que se le cerraron las puertas en este país para hacer lo que a él le apasiona, y solo le quedaban las puertas abiertas hacia los más vergonzosos caminos: la política, el narcotráfico, la guerrilla, el camino del secuestrador....

Después, Ospina, nos muestra la posición política de Vallejo, mostrándonos la pronunciación de su discurso ’ un monstruo bicéfalo’ en donde intrépidamente se condensan las corrientes políticas del país: la izquierda, la derecha, la guerrilla y los paramilitares, sus fusiones y mezclas en un monstruo que parece ser un tipo de hiedra de cinco cabezas. Fernando nos propone que esta mezcla política y mezquina debe terminar, por lo que les propone que se marchen del país. Luego de esto, finalmente vemos como Vallejo se nos muestra un poco satírico con su vida, con sus entrevistas y nos deja ver -por fin- su baúl, tal vez, de lo poco sagrado de él que se nos abre como un regalo. De este cofre sale una cinta que es con la que finaliza el documental, que resume perfectamente la actitud irreverente e iconoclasta de Vallejo, su vida misma.

Un análisis gramsciano tiene poca compulsación con el documental de Vallejo y consigo mismo, puesto que él no se considera ‘representante de nadie’, por eso mismo no puede la categoría de intelectual orgánico hacer parte de sí, como tampoco puede establecerse una relación con los subalternos con los que poco tiene que ver su vida o sus obras. Vallejo es más un outsider, un retratista de una realidad y lo que produce es enfrentarla consigo misma.