Antecedentes y marco teorico.

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Antecedentes de Investigación.

La cultura de la paz es un tema que ha sido abordado en una multitud de ocasiones ya que como especie inteligente buscamos vivir en armonía para poder desarrollar nuestro potencian, sin embargo la naturaleza bélica que tenemos ha hecho imposible que se cree una verdadera cultura de la paz.

Uno de los primeros trabajos realizados para la creación y la implementación de la cultura de la paz fue la resolución 53/243 de las naciones unidas, este es un documento el cual cuenta con 9 artículos los cuales hacen referencia a la resolución de conflictos y a la implementación de la paz como forma de educación

En el manifiesto del 2000 se refuerzan los parámetros anteriormente mencionados y se incluyen ítems fundamentales los cuales ayudan al desarrollo de la cultura de la paz estos son que el mundo sea un ligar más libre digno, armoniosos y solidario, bajo estas normativas se fundamentó dicho manifiesto.

MARCO TEORICO.

EDUCACION PARA LA PAZ Y EL ORIGEN DEL CONCEPTO 'CULTURA DE PAZ'

El origen del concepto 'cultura de paz', recoge originalmente la UNESCO, se remonta a la búsqueda de una educaci6n para la paz. La institución no gubernamental que aporto de manera decisiva a la elaboración del concepto de cultura de paz, a través de su presidente el Padre Felipe Mac Gregor, fue la Asociación Peruana de Estudios para la Paz creada en 1983. La APEP fue fundada con el encargo explícito de:

L1evar a cabo actividades tendientes a profundizar el conocimiento y difundir la importancia de la ciencia de la paz. Estudiará la violencia, el armamentismo, el desarme, las relaciones internacionales, la guerra, la seguridad y la soberanía nacional, los derechos humanos, el derecho internacional humanitario, y todos los otros temas que resulten relevantes para el desarrollo de la ciencia de la paz. La Asociación procurara intercambios y convenios con instituciones académicas dentro y fuera de país, así como son todos los organismos dedicados a promover y desarrollar la investigación, la difusión y la educación por la paz.

Ciertamente la creaci6n de la APEP se inscribía totalmente en el espíritu de los innumerables esfuerzos desplegados desde Naciones Unidas y otras instituciones interesadas en estudiar y propagar las ideas de paz como el International Peace Research Association, IPRA2. Surgida en Perú.

Las Naciones Unidas definen la Cultura de Paz, “como un conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que rechazan la violencia y previenen los conflictos atacando a sus raíces a través del diálogo y la negociación entre los individuos, los grupos y los estados”.

La paz se presenta como algo a construir y a asegurar mediante principios éticos compartidos y valores que sirvan de asidero a las generaciones futuras. El eje central es el conflicto. Aprender a prevenir y gestionar correctamente los conflictos, es avanzar en esta tarea que depende del trabajo responsable y comprometido de toda la humanidad. Forjar una nueva cultura de paz es colocar la vida en el centro de la cultura. Esta cultura de paz se promueve por medio de procesos y estilos de vida que contribuyen al cambio. La búsqueda de bienestar, recursos y seguridad; es importante en el trascurso del proceso a través de la estrategia “educar para el conflicto”, abrir espacios de debate, analizando desde otra perspectiva el conflicto y mirar su complejidad. Así de esta manera poder encontrar soluciones que nos permita enfrentar los conflictos sin violencia. (Fisas, 1998)

La cultura de paz según la teoría de (Fisas, 1998) es una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia. Es así como esta cultura tiene características determinantes tales como conflictos, violencia, cultura y paz y lo que cada uno de ellos lo caracteriza.

Una estrategia que plantea Fisas es la “educación para la cultura”. Esta tiene mucha relación con el diario vivir, ya que se puede enriquecer por medio de la educación, la ciencia, la comunicación, valores éticos basados en una solidaridad intelectual y moral de la humanidad con un gran objetivo de poder llegar a grandes ejes para forma la cultura de paz. En el desarrollo del proceso los medios de comunicación son actores determinantes para la consolidación o fracaso del desarrollo de una cultura de paz. “Necesitamos imperiosamente no solo que los medios actúen como intérpretes educativos de esa realidad que es ciertamente compleja, sino también como actores de primera línea en la tarea de crear una cultura de “estar juntos” a nivel planetario, y de educar para una acción de justicia” ( Fisas, 1998)

La actitud de los jóvenes hacia la cultura de la paz en Colombia varía dependiendo de la región donde se tomen las muestras para la investigación, mientras que los jóvenes que viven la guerra en carne propia y viven en sectores de conflicto añoran con la llegada de la paz y la implementación de un sistema de educación que ayude a resolver las diferencias, los jóvenes que viven en zonas donde no hay conflicto se ven poco interesados o sencillamente aludidos por el tema.

Un ejemplo claro de este fenómeno es la experiencia que llevan a cabo los jóvenes de Tumaco quienes han sufrido las atrocidades de la guerra y el narcotráfico. En este escenario y ante una problemática compleja de violencia alrededor de los y las jóvenes, Global Humanitaria en un trabajo articulado con la Gobernación de Nariño, PNUD a través de su programa ART Redes, y la Alcaldía Municipal de Tumaco como aliado estratégico vienen desarrollando el Proyecto Jóvenes Promotores de Cultura y Paz, en una apuesta clara por disminuir los índices de violencia alrededor de la población joven del Municipio, y repercutir en la generación de ambientes pacíficos que impulsen su desarrollo como hombres y mujeres constructores de paz y artífices de su propio desarrollo social y económico .

Como se puede ver las personas más afectadas por el conflicto son los que están empeñados en un cambio de actitud, pero que hay de los jóvenes que simple mente no les interesa la paz, Los porcentajes de desinterés del sector joven por cuestiones de su propio desenvolvimiento, desencadena una pérdida cultural, respecto a la generación pasada y una mutilación en las herramientas lingüísticas necesarias para expresar y observar el sistema en el que estamos. Esto nos pone en contexto y nos da una noción del por qué los jóvenes de las regiones que no tienen conflicto están tan apáticos a la cultura de la paz.

En las principales capitales del país