Aprendizaje de la Bioética por competencias

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Las tecnologías de la información y comunicación, han irrumpido con velocidad en nuestro ámbito educativo, sin tener cabal certeza de las disposiciones -o predisposiciones- de profesores, así como de su formación docente. Esas herramientas poderosas, como cualquier herramienta, no posee un valor intrínseco, sino que uno como sujeto le confiere su utilidad, riesgo o perjuicio. Es decir, si nuestra visión es clara y está al día con bases filosóficas, pedagógicas y personales básicas, el uso de estas tecnologías será sin duda muy provechosa, ya que no desplazará ni usurpan el papel que como docentes tenemos el privilegio de desempeñar con los alumnos.

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Si por el contrario, el quehacer docente tiene insuficiente firmeza teórica, instrumental y reflexiva, esas herramientas tecnológicas tomarán ese importantísimo papel de modo complaciente, desplazando la figura central del sujeto que las debe utilizar para beneficio del ejercicio reflexivo, que es una de las capacidades más elevadas e irrenunciables del quehacer no solamente académico, sino más ampliamente, social de todo ser humano. (5,6)

Es precisamente, a partir de esos cambios en el contexto multinacional y al interior de nuestro país, que se difundió ampliamente el concepto de “sociedad de la información”, que va venido transformándose por el de ‘sociedad del conocimiento’.

Este panorama reciente por sí mismo representa un doble reto, ya que la información se multiplica cada día en forma muy rápida y resulta indispensable desarrollar habilidades para poder reconocer, seleccionar y abordar las fuentes necesarias de modo correcto y útil.

Situándonos en el vasto campo de la bioética y sus variados ámbitos, siendo multidisciplinaria, se torna más claro que debemos tener mayor claridad y aptitudes para poder desarrollar criterios que nos permitan orientarnos en la búsqueda y recuperación de la información pertinente en esas fuentes, sean primarias o secundarias, para no confundirnos o ‘intoxicarnos’ con excesiva información que no tenga un sentido claro - y aplicable- una vez que la poseemos.

Por el contrario, la finalidad es que nuestro aprendizaje, en este caso de la bioética, resulte de la reflexión y la participación activa de los alumnos, fomentada por el docente en un microambiente deliberadamente propicio y creado con el propósito de desarrollar habilidades para leer críticamente, tanto informes de investigación en publicaciones periódicas, o lo que sigue siendo habitual, el leer libros de texto en esta materia de una forma superable al acto de leer y estudiar de modo común, con alcances limitados con frecuencia respecto a un aprendizaje efectivo o significativo, según la perspectiva. (2,7)

De este modo, podemos ir estableciendo algunas nociones cruciales:

- Información y conocimiento.

- Enseñar y aprender.

Sin las bases brevemente bosquejadas, es frecuente que se confundan ambos términos en la primera dupla, que en realidad son conceptos bien distintos. Es muy común y generalizada la creencia de que los profesores “transmiten sus conocimientos”, como se se tratase de una transferencia de algo que es genérico, en calidad de cosa, de

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un sujeto a otro(s), cuando en realidad y de manera cierta o epistémica, el conocimiento es algo que solamente puede elaborar o construir cada sujeto cognoscente.

Lo que es únicamente factible, sin duda, es que los profesores transmitan experiencias e información, con las cuales cada alumno puede elaborar su propio conocimiento en la medida que sea facilitado por la labor docente en un microambiente educativo apropiado para ese fin. De este modo, se resuelve una confusión largamente arraigada por no haber sido cuestionado ese supuesto en el ámbito educativo, hasta hace relativamente poco tiempo. (8)

La elaboración y construcción del conocimiento propio, son concepciones epistemológicas bien definidas que dan lugar a enfoques educativos correspondientes o correlatos, que comportan prácticas educativas desde estas vertientes, muy distintas, a veces hasta opuestas, a las tradicionales que prevalecen de manera muy amplia y predominante aún.

- Teoría y práctica.

Esta es una relación que se ha estudiado largamente y todavía no se logra culminar como un vínculo lo suficientemente fuerte como para poder dar cuenta en el desempeño, de que el aprendizaje ha sido efectivo.

Las explicaciones pueden ser numerosas, superficiales o bien sustentadas, y dependerán del marco teórico que se posea y, desde luego, de la experiencia que se tenga en el quehacer educativo y en esta materia, profesional, tanto en el campo de la clínica como en otros relacionados con esta disciplina, que por esencia es multidisciplinaria. La bioética es así necesariamente.

Una de las causas por las que no se alcanza una fuerte y congruente relación teórico- práctica, es por el enfoque y las estrategias educativas planeadas y realizadas, que aseguren este vínculo. (9)

Cuando la concepción que se tiene ubica en un solo plano todo el contenido teórico, se va desplegando la temática en un plano donde no se ve ni se puede relacionar la aplicación práctica que todo contenido, hasta que llegue el final. De este modo, se disocia el sentido de todo contenido teórico, ante su razón de ser: la práctica.

Otra mirada, alterna, es cuando se tiene clara la noción de que las estrategias educativas deben entrañar momentos interrelacionados para que el alumno perciba cada contenido como respaldo de elementos de juicio para reflexionar y abordar la resolución de casos.

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- Bioética teórica y práctica.

Es necesario diferenciar que hay dos dimensiones de esta disciplina, como sabemos: su objeto de estudio y su objeto material, sin que signifique oposición al planteamiento previo. La noción de campo y espacio social (10) ayuda a esclarecer alguna posible confusión: uno es el propio de los bioeticistas dedicados al desarrollo de la investigación teórica que genera conocimiento y nutre el acervo que va fortaleciendo esta disciplina, desde varios puntos de diversas ciencias, sean naturales o humanidades, y que se encuentra en publicaciones periódicas o en libros