ENSAYO: LA REDACCIÓN EN EL MUNDO ACADÉMICO

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En este orden de ideas se puede citar o ejemplificar tal consideración según el escritor Daniel Cassany nos explica que “Existe una forma extremadamente fácil y divertida de aprender redacción: la lectura.” (1997).

Por el contrario el periodista y catedrático Gonzalo Martin Vivaldi afirma que “La redacción va desde la claridad para comunicar nuestras ideas hasta la buena impresión que causará nuestro trabajo. Si la manejamos bien tenemos ya resuelto el principal problema de un escritor” (1915)

Como ya se aclarado, a mi juicio sostengo que no todos manejamos con total agilidad este tema, visto que la redacción es, sin duda, de lo primero que tenemos que ocuparnos.

Es como los cimientos de todo lo demás: si esto falla, probablemente todo se irá abajo. Aunque muchos escritores jóvenes se empeñen en decir lo contrario. La redacción tiene que ver con casi todo es algo que se supone hemos estado aprendiendo desde la escuela primaria: es expresarnos por escrito.

Entonces ¿por qué escribir bien? De acuerdo con el uso correcto de la lengua de las reglas gramaticales, permiten que el que lee, no tenga duda de lo que se quiso expresar, aunque haya pasado algún tiempo y los giros idiomáticos o zonales hayan cambiado. ¿Sólo para quien escriba un libro? No; también vendrá bien para redactar una carta (o e-mail) en la que pretendemos hacernos comprender, un documento, una guía de uso, una tesis, un curriculum. Según se ha visto que por lo general, si la gente habla bien, ¿por qué no redacta bien? Hay varios motivos: uno, porque el lenguaje oral y el lenguaje escrito son distintos porque, a la hora de pasar las ideas al papel, hay una especie de barrera psicológica que se pone arruinarnos las cosas.

Después de lo anterior expuesto, la mejor forma de poder desarrollar una buena redacción es no solo la práctica, sino también tener una buena lectura constante, aprender disfrutando de la literatura, los periódicos o bien simplemente instruyéndonos mediante a la gran variedad de libros de texto que nos permiten formarnos en cuanto a un estilo de redacción particular.

Para concluir, después de las consideraciones anteriores con respecto a tener una buena redacción, debemos tener una buena ortografía, conocimiento, vocabulario, el buen uso de los signos de puntuación, coherencia y recordar que el secreto radica en educar la mente.

Referencias:

- Teoría y práctica de la composición y del estilo / por Gonzalo Martín Vivaldi.

- Cassany, Daniel. “Enfoques didácticos para la enseñanza de la expresión escrita”. Comunicación, lenguaje y educación. 63-80