IMPLICACIONES ÉTICAS EN EL EJERCICIO DE LA CIUDADANÍA

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La ciudadanía inclusiva permite que todos los grupos sociales participen sin dejar grupos marginados o minorías como gente en pobreza extrema o minorías. Este tipo de ciudadanía no resolverá los problemas sino el concienciarnos de los derechos y las obligaciones que tenemos.

Si no sabemos qué derechos tenemos y qué obligaciones no podemos colaborar con el desarrollo político del país. Pero la ciudadanía inclusiva no solo se refiere al punto de vista político sino también a la accesibilidad en las ciudades. Que las ciudades y los pueblos sean accesibles para todo tipo de persona, por ejemplo poner rampas y sitios más accesibles para personas en silla de ruedas o señalizaciones en braille para personas ciegas. Para colaborar con la ciudadanía inclusiva debemos empezar por nuestras acciones, por cómo nos desenvolvemos en la sociedad. Si somos padres debemos educar a nuestros hijos para que sean respetuosos y tolerantes con su medio. Nos tenemos que informar de lo que pasa en nuestro país en política para poder tomar decisiones.

La educación es muy importante porque un pueblo sin educación no puede participar de manera justa y limpia en el desarrollo del país. Si conocemos personas que estén excluidas de la sociedad o marginadas debemos incluirlas para poder hacer posible una ciudadanía inclusiva. Podemos ayudar a los más pobres y hacer que las personas de otras culturas se adapten o hacer que las personas que conocemos con discapacidad o algún problema para adaptarse esté más cómodas y sean parte de la ciudadanía inclusiva.

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Los núcleos de contenido para educación primaria son básicamente tres: individuos relaciones interpersonales, la vida en la comunidad y vivir en sociedad. En educación secundaria son cinco: contenidos comunes, relaciones interpersonales participación, deberes y derechos ciudadanos, la sociedad democrática del siglo XXI y ciudadanía en un mundo global.

La ciudadanía y lo que esta conlleva puede definirse como el reconocimiento de los derechos individuales, políticos y sociales, sin embargo abarca, no solo el reconocimiento de estos derechos, sino también se hace necesario tener en cuenta los derechos culturales, ya que si hablamos de ciudadanía como el reconocimiento de derechos y deberes, se requiere indispensablemente una justicia que los haga valederos y efectivos. Desde esta óptica, ciudadanía y justicia están estrechamente ligadas y es un tema que debe ser analizado por cada uno de los miembros de la sociedad, ya que se ha visto irrumpida la justicia y por ende los derechos individuales, políticos y sociales.

Una concepción de ciudadanía, en la cual el sujeto es un ser individual reconocido en su comunidad, capaz de desarrollar su autonomía y responsabilidad, requiere que se reconozcan sus necesidades, con el fin de suplirlas para que sus capacidades de sujeto autónomo puedan ser desarrolladas. Por esta razón, la formación ciudadana se debe visualizar como una estrategia para poder alcanzar procesos de justicia social, ligándola directamente al Estado, siendo capaz de reconocer deberes y derechos ciudadanos, con criterios de equidad social, que hagan posible mejorar las condiciones y calidad de vida de la población, con oportunidades en términos de acceso y distribución de recursos.

Con el objetivo de lograr una evolución en cuanto a justicia social, tal como menciona el artículo, se deben “adoptar practicas institucionales que generen en la población una nueva forma de pensar, actuar y sentir”, sin embargo para lograr una transformación de pensamiento y ejercer adecuada y responsablemente nuestro rol dentro de la comunidad a la cual pertenecemos, es necesario implementar procesos educativos que preparen y formen al sujeto tanto individual como colectivamente.

Es de suma importancia, tener en cuenta que el ser un ciudadano competente y capaz, productivo para la sociedad, exige desarrollar cambios y mejoras, en nuestro aspecto actitudinal y comporta mental, además de habilidades y destrezas que hagan posible el respeto por el otro.

Dichas cualidades no de adquieren de un día para otro, por lo que se pretende promover procesos formativos, permanentes, desde los primeros años de vida desde los diferentes campos en los cuales se desenvuelve y socializa el ser humano, como son la familia, la escuela, la comunidad etc. Esto con el propósito de que el pensar y actuar de forma colectiva se conviertan en acciones básicas del diario vivir y de esta manera lograr que la justicia social deje de ser sólo un ideal y se convierta en una realidad.

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CONCLUSIONES

Ante un tema de tanta relevancia pedagógica social como la formación para una ciudadanía inclusiva resulta de una materia que se imparte solo en determinados cursos. Es necesario que juntamente con ella se fomente la participación de cada profesor desde su área escolar globalmente considerado y en colaboración con las familias y la comunidad.

Orientaciones y normas de carácter multinacional como las propuestas por la ONU y la UNESCO respecto a una ciudadanía inclusiva se han proyectado en los sistemas educativos de los numerosos países

En Colombia la ciudadanía inclusiva nos permite reconocemos nuestros derechos y nuestros deberes como ciudadanos donde todos somos iguales

La normativa legal en nuestro país tanto A nivel estatal como autonómico se sitúa en línea con las orientaciones internaciones para la promoción de una ciudadanía inclusiva.

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BIBLIOGRAFIA

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Arango, R (2005). El concepto de los Derechos sociales fundamentales. Bogotá: Legis.

Rawls, John. Teoría de la Justicia. Mexica: Fondo de Cultura Económica. P.23 (1997)

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