Impuesto al valor agregado, conocido como IVA

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Aunque el IVA no grave directamente los artículos de primera necesidad, si incide en su encarecimiento al gravar otros bienes y servicios relacionados como el combustible y los servicios públicos. La población afectada puede tratar de compensar este aumento en sus gastos reduciendo el ahorro o incumpliendo el pago de deudas, todo lo cual tiene un impacto negativo en la economía en general, además de otro efecto nocivo como es la estimulación de la evasión fiscal. Según el economista José Roberto Acosta, también habría una mayor evasión tributaria: “El costo final de los bienes para el consumidor hace que en muchos comerciantes, que ya tienen muy generalizada la evasión del IVA, se estimule muchísimo más el no pagar el impuesto”, explicó. Eso quiere decir que ya que los pequeños comerciantes pueden tratar de incrementar sus ventas ofreciendo sus productos o servicios a un menor costo y evadiendo el pago del impuesto.

En conclusión el impuesto al valor agregado también conocido como IVA tiene un impacto negativo en la economía, ya que grava al consumidor cuando deberían aplicar dicho impuesto más bien a las importaciones y hacer exención a quienes exportan y generan riqueza en el país.

En vista de lo expuesto, podemos concluir que el impacto del IVA en la economía es bastante negativo. En primer lugar, desestimula el consumo, principal soporte de una economía de mercado. Una economía como la estadounidense no contempla un impuesto como el IVA, existe un Sales Tax (impuesto a las ventas) que es muy diferente del IVA, ya que no se aplica a productos específicos sino al valor total de la compra, por ejemplo el costo total de un mercado familiar, y usualmente sólo representa el 7% y en ningún caso es más del 9,75%. Gracias a dicha política, el consumo interno difícilmente decae y ha permitido a un país como Colombia recuperarse de las crisis.

En segundo lugar, encarece el costo de vida, un efecto particularmente traumático para los sectores menos favorecidos que ven limitada su capacidad de compra. Al ser mayoría, esto repercute en menores ventas o pérdidas para el sector productivo del país. Aunque no podemos achacar al IVA todos los problemas de la economía del país, si podemos concluir que éste potencia algunos como la evasión fiscal. En un país como el nuestro, en el que el estado es percibido como ineficiente y corrupto, la existencia de impuestos como el IVA, que encarecen el costo de la llamada canasta familiar, estimulan la existencia de una economía informal que ofrece menores precios pero que no tributa.

Daniela rojas Pereira