La eficacia del gobierno en la lucha contra la inseguridad
Enviado por Jillian • 3 de Septiembre de 2018 • 1.200 Palabras (5 Páginas) • 304 Visitas
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Desafortunadamente, el hecho de que la gente esté consciente de la impunidad que ocurre en un lugar no hará que ésta disminuya, quienes han intentado hacer un cambio o exigir la productividad de las autoridades fueron víctimas de agresión física y psicológica, fueron amenazados y para qué hacernos ciegos, muchos han muerto por querer justicia para el pueblo y los medios de comunicación sustentados por el gobierno no informan sobre la preocupante cantidad de casos en que las personas que buscan una mejora para su comunidad son víctimas tanto de la delincuencia como del gobierno, porque es bien sabido que estos dos elementos desde hace mucho tiempo tienen alianzas que le brindan beneficios a ambas partes, dejando en un plano invisible a millones de personas que se ven afectadas por la criminalidad.
La gente está en una encrucijada, por un lado quieren actuar porque les da coraje la corrupción que hay en el país y por otro, tienen miedo, sí, miedo y ya no sólo de los delincuentes de la calle, sino también de esos que portan uniformes y placas como si fueran permisos para hacer y deshacer a su antojo; es como si esos objetos les dieran el poder de cometer cualquier aberración contra el pueblo y salir impunes.
Estamos en un punto sin retorno, en el cual nos provoca más temor denunciar un delito porque ya no sabes si los que reciban tu acusación trabajan con las personas que te han agredido, esto último tiene como consecuencia que muchos crímenes no sean delatados y de esta manera, las autoridades se lavan las manos excusándose con que la gente no les avisa sobre lo que ocurre y ellos no pueden adivinar.
No hay una sola respuesta para terminar con los problemas más graves en la política del país y esto no acabará en poco tiempo ni de forma pacífica. Hay un número considerable de personas que afirman que el gobierno y la delincuencia organizada es un mismo cuerpo y no están equivocados, no del todo. Ya no se trata solamente de los policías o los guardias que vemos en las calles, la problemática ha llegado a tal magnitud que estas personas sólo cumplen órdenes de mandatarios más poderosos que tienen acuerdos con el crimen organizado.
Lo invito a reflexionar: si ya no podemos ponernos en manos de las autoridades para que la injusticia se pague, entonces ¿En quién habremos de confiar? La respuesta más conocida: en nadie. Opción b: en nosotros mismos. Pregúntele a aquellos que perdieron la vida en protestas o campañas contra la criminalidad, que dieron todo en peleas callejeras o quisieron defender una causa con sus vidas porque se cansaron de que nadie escuchara cuando pedían ayuda. Pregúnteles a los fantasmas que rondan en cada pueblo si valió la pena fallecer, si no les duele ver que su tierra sigue en las mismas o peores condiciones en las que la dejaron.
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