MAESTRIA EN ESTUDIOS CULTURALES TRABAJO DE GRADO II
Enviado por Jillian • 25 de Noviembre de 2018 • 10.108 Palabras (41 Páginas) • 408 Visitas
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AREAS SUBPROYECTOS
CIENCIAS NATURALES Bioseguridad Alimentaria con Participación Comunitaria
Salud
CIENCIAS SOCIALES Vivienda y Entorno
Derechos Humanos
HUMANIDADES Comunicaciones
MATEMATICAS Educación Especial
Estadística
ARTISTICA Cultura
EDUCACION FISICA Deportes
SISTEMAS Educación Superior
Yo, estaría vinculado al Subproyecto de Comunicación. Si aceptaba, me llamarían en la tarde para empezar al día siguiente.
A la pregunta por la aceptación del cargo, después de meses buscando trabajo la respuesta era obvia: "sí". No porque me maravillara el discurso, tanto como porque la vaina era urgente.
Al otro día, muy a las 6:00 de la mañana estaba desembarcando de una buseta en la Candelaria, la Nueva, la de Ciudad Bolívar. Allí me encontré con un grupo de los maestros que había conocido el día anterior, obviamente del colegio. Me dispuse a tratarlos con seriedad, no fueran a llevarse una mala impresión. Como iba de saco y corbata, me resultaba fácil la imagen espectral. Así, llegué al colegio, me presentaron a directivos, administrativos, profesores, me hicieron la ronda por los salones, me llamó la coordinadora, me asignó la dirección de grupo de 803, me mostró dónde estaba el horario para que lo copiara y, a la carga.
Comenzaron las clases, los talleres; ése día era jueves, de manera que al día siguiente habría reunión de docentes.
En esa reunión el ambiente era diferente a otras reuniones de profesores. Tomaduras de pelo, cuadernos, informes, en fin. Llegó el momento de discusión pedagógica y empiezan a hablar del "proyecto", eso que yo no había entendido dos días antes.
“El proyecto” fue el rótulo con el que el profesor de Filosofía, Evaristo Bernate Castellanos, inmigrante llegado de Icononzo a Bogotá, denominó la experiencia. Hacia 1973, un grupo de personas liderados por el padre Fabio Perezzone, subió al sector Potosí del barrio Jerusalén, con la idea de implementar un centro de salud para la comunidad.
Como “lo que se recibe, se recibe según el modo de ser del recipiente”, al llegar al lote, propiedad del doctor Carlos **, el grupo de estudiantes se percató de la presencia de un elevadísimo número de niños corriendo por el lugar, decidieron cambiar la naturaleza del proyecto y establecer un colegio.
Al principio, funcionó en dos casetas prefabricadas, donde se atendían todos los grados de la educación básica primaria. Los niños, cuentan, debían llevar un cuaderno, un lápiz, un ladrillo y un palo. El ladrillo para sentarse, el palo para pegarle a los ratones.
Poco a poco se fue consolidando. El carácter social y comunitario hizo que durante mucho tiempo los docentes trabajaran gratuitamente, porque si se hubiera hecho compromiso de pagarle algo a alguien, no habría habido cómo. Hacia 1996 el colegio entró en convenio con la Secretaría de Educación, se construyeron aulas, oficinas y se contrataron maestros para todos los grados de preescolar, primaria y secundaria, adicionalmente se abrieron dos cursos para Educación Especial, inicial y avanzado, respectivamente.
A ese marco llegué a trabajar hacia el 2005. Y allí fue donde vine a conocer a Paulo Freire.
I PARTE: PEDAGOGIA
Paulo Freire es maestro por vocación, por llamado.
Su labor docente fue a la vez autodidacta e innovadora. Será precisamente por haber permanecido alejado de las Facultades de Educación de las Universidades que pudo plantearse el problema pedagógico en los términos que realmente son pertinentes: ¿cómo hacer que una persona aprenda a leer y escribir el mundo desde la realidad que, aunque no tenga esos conocimientos, narra?
La oralidad, el diálogo son producciones discursivas en las que las personas intercambian conocimiento, aun cuando no se percaten de ello. Sin embargo, desde una perspectiva socrática, si se le pregunta a alguien por la manera empírica de resolver los problemas que el mundo plantea, la respuesta va a rayar en la obviedad: preguntando. Es en el diálogo sincero que se construye comunidad, conocimiento y saberes alternativos. Es desde el diálogo que cada persona empieza sus procesos de formación y de transformación de las realidades que lo circundan.
Es allí donde se sitúa el maestro, para Freire, en un lugar de diálogo y construcción sociales, desde el intercambio honesto de experiencias y conocimientos.
Freire hace un giro de sentido al tratar de ver siempre la pedagogía y específicamente la labor del maestro como profesional de una comunidad a la que se debe responsablemente.
Ese profesional tiene una serie de compromisos para esa comunidad en cuyo seno ha estudiado. La primera parte del mismo es ver la comunidad como un todo del que él forma parte y al que, al analizarlo, podría contribuir.
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1 CAPITULO: VISION POLITICA DE LA EDUCACION
La profesión docente en Colombia, pasa por una serie de ambigüedades, precisamente derivadas del manejo que la esfera política, que hacen de esta labor, un ejercicio profesional contradictorio.
Por un lado, encontramos que en las universidades, los requisitos de ingreso para las Licenciaturas, son bastante más laxos que los de otras disciplinas de estudio; llegando, en las universidades privadas, a ser carreras cuyos costos son mucho menores, comparados con las demás. Eso lleva a pensar enseguida, que esa es parte de la estrategia publicitaria para atraer estudiantes al ejercicio de la docencia, pero no aparece claro el compromiso profundo con ese llamado a hacer algo bien y con agrado. Cuando con el paso de los años, la persona se ha convertido en profesional de una disciplina por la que nunca se ha sentido atraído pasa lo obvio: otras cosas llaman más la atención, se hacen más significativas y terminan por ser las que en último término definan la experiencia vital del individuo.
Pero la gente no puede vivir de quimeras y cada persona debe
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