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Madre a los15

Enviado por   •  25 de Octubre de 2018  •  3.198 Palabras (13 Páginas)  •  215 Visitas

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MARCADA POR LA TRADICION DE LA FAMILIA III

Al llegar a la casa del concejal, Leonardo Mendoza, golpeando mi padre como si fuese que iba a echar la puerta, el señor salió desesperado con una cara de que no entendía nada de lo que ocurría, al salir, mi padre fue encima de él, llevándose todo por delante y solamente preguntado por su hijo, él le respondió, ¿qué ocurre con mi hijo?, ¿qué hizo?, mi padre le respondió que ese poco hombre abuzó de su hija, que dé la cara, pero Alexis no se encontraba en la casa, el padre muy sorprendido de lo que mi papa decía, decidió echarnos de su casa. Salimos de la casa de Leonardo, de inmediato nos dirigimos a la comisaria “ N°12”, a denunciar lo que habia pasado, porque mi padre dijo que eso que me hizo no se iba a quedar así, al llegar a la comisaria, ya tomando las declaraciones mía y de mi padre me tuve que someter a una series de estudios que me haría un médico de derechos humanos. Terminando los mismos y saliendo en ellos que efectivamente había sido violada, y del cual puede que este embarazada, mi papá ni bien escuchó eso entró en desmayo, yo me sentí tan mal, me puse a pensar que haría yo con un hijo, si apenas tengo 14 años. Luego de varios minutos mi padre recuperó el conocimiento, y exigió a los agentes policiales que busquen al hijo del concejal, pero los policías al saber de quién se trataba no hicieron nada al respecto, no tomaron cartas en el asunto, taparon todo, claro la plata puede más. Sin encontrarnos con alguna respuesta alguna me dirigí a mi casa con él, armamos nuestros bolsos y decidimos marcharnos del pueblo, ya que mi padre ni mi madre soportarían el qué dirán, la vergüenza enorme que sentía e impotencia porque el desgraciado que me hizo esto se quedara sin pagar e incluso puede seguir arruinando la vida de muchas adolecentes como yo. Nos fuimos del pueblo, sin despedirnos de nadie, ni siquiera tuve la oportunidad de despedirme de mi mejor amiga Guada, la que me ayudó a tomar la mejor decisión de mi vida, de hablar con la verdad y de nunca quedarnos calladas frente a las injusticia que ocurre muchas veces y las mayorías son contra las mujeres adolescentes como yo. Nos marchamos del pueblo con rumbo a otro lugar en donde nadie nos conociese, donde la mancha que me hicieron no lo conozca nadie.

Llegamos a un pueblo llamado “San Francisco”, un lugar muy lindo con gente que parecía muy encantadora, nos instalamos por lo pronto en una pensión sencilla hasta que mi padre consiguiese trabajo, y así podría comprar una casa, porque definitivamente ahí nos quedaríamos a vivir. Con el correr de los días y mi padre consiguió trabajo en una fábrica de cajas, no era mucho el sueldo pero para vivir alcanzaba y sobraba.

Un día me levanté muy descompuesta, con náuseas y vómitos, me encontraba muy mal nunca en mi vida me sentí así, mi madre al verme de inmediato me llevó al hospital del pueblo, y me atendió una doctora muy buena, me hizo un estudio en el cual dio como resultado lo que era de esperarse, si, lo que me había dicho el médico de la comisaria, que me encontraba embaraza de dos semanas y media, mi madre entró en pánico, sufrió un ataque de nervios, la presión le subió a mil, yo de solo imaginarme que tendría un hijo, me venía a la mente en que haría con él, como lo voy a cuidar, dar de comer, vestir y todas esas cosas que necesita un bebe.

Recuperando la noción mi madre, nos dirigimos a la pensión, sin cruzar ni una sola palabra en todo el camino, llegamos al mismo y mi mama me dice ¿Qué vamos a hacer con semejante noticia?, yo le respondí que tenía miedo de la reacción de mi papa, yo me imaginaba que me haría casar como ya dice la tradición de su familia que “para tener hijos primero hay que estar casados”. Al oír eso mi madre me dice que si, era lo más probable que me tuviera que casar aunque yo no quisiese, porque así ya está escrito en la tradición, de todos modos nos tomaremos unos días para contárselo a tu padre me dice ella misma.

REVELACION DE LA VERDAD IV

Luego de una semana, sin decir nada a mi padre de parte mía y muchos menos de mi mamá, una tarde mi padre llegó a casa con un joven llamado Pablo Ibáñez, un compañero de él en la fábrica el cual tenía 23 años, el mismo vendría a cenar con nosotros, porque en poco tiempo se hizo muy amigo de mi padre.

Al llegar a mi casa, lo veo, me parecía un buen joven, de buena familia, con una educación y valores increíbles por lo que veía, aunque ya cenando el amigo de mi padre hace una pregunta desagradable, fuera de lugar para mi gusto, le pregunto a papa, ¿Qué le paso a tu hija compañero? ¿Tiene una cara de tristeza? Como si algo le hubiese pasado, mi padre hizo una cara fea por un momento pero le contesto con mucha educación, “de seguro extraña a sus amigos y amigas de su pueblo donde se crio, debe de ser eso”, yo al terminar mi padre de hablar me retire muy enfadada de la mesa, me molesto mucho que un desconocido diga eso sin conocerme, me encerré en mi habitación en pensar una y mil veces en lo que me paso, de que porque a mí, ¿Por qué a mí me tuvo que pasar esto?, es mucho para una sola persona.

De repente escucho el ruido de a puerta, que es seguro que amigo de mi padre se había ido, lo despidieron rápido, de inmediato mi madre se acerca a mi pieza y me dice, ¿Rebe, te encuentras bien?, le respondí no, que como pretende que este bien, me dio mucha bronca que hable así una persona que no me conoce, que no sabe por lo que pase y tuve que soportar sin hacer nada, ahora ya pienso que cualquiera que me vea va a pensar lo mismo, que soy una joven amargada, pero ojo no saben lo que me ocurrió pero igual van a hablar sin saber, porque al que no le paso esto no se da la idea de lo doloroso y traumático que es, sin merecerte nada, porque ni una joven del mundo se merece vivir esto, pasar por eso, sentirse vacía, mal, triste todos los días, y con una irritación mal, al saber que el maldito que me hizo esto sigue en libertad, como si nada puede seguir haciendo lo mismo, arruinando las vidas de muchas jovencitas como yo, para mas el solo hecho de pensar que llevo en mi vientre una criatura inocente que nada tiene que ver me da escalofríos, no se lo que pueda sentir hacia esa persona cuando la vea nacer, al mismo momento que termine mi padre entra y pega el grito en el cielo diciendo ¿Qué? ¿ESTAS EMBARAZADA?, un silencio rodeo las cuatros paredes de mi habitación, nadie decía nada, y mi madre lleno de ira decía, CONTESTENME, no me quedo otro remedio que decirle que si, producto de la violación estoy embarazada, esperando un bebe del maldito que ni puedo nombrarlo, mi padre escucho eso, entro en desesperación, de que

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