¿Qué tipo de atención médica reciben las personas con discapacidad motriz en relación con su rehabilitación en el hospital Ixtlero de Matehuala S.L.P?
Enviado por Stella • 27 de Noviembre de 2018 • 3.346 Palabras (14 Páginas) • 452 Visitas
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El aumento de la expectativa de vida, los adelantos tecnológicos que permiten la supervivencia creciente de personas con enfermedades crónicas, por una parte, y la “epidemia” de accidentes de tránsito, violencia, etc., han generado un aumento de la población de personas con discapacidad a la que hay que proporcionar atención apropiada en rehabilitación. Ésta debe adecuarse a los diferentes niveles de atención: Primer nivel: Atención en Rehabilitación, incluyendo y priorizando la Prevención y Detección Precoz de la discapacidad dentro del Primer Nivel, mediante recursos de personal no especializado, utilizando tecnología apropiada, para alcanzar el 100% de cobertura.
Segundo Nivel: Atención en Rehabilitación dentro del Segundo Nivel, mediante recursos de personal especializado, y tecnología apropiada al nivel.
Tercer Nivel: Atención en Rehabilitación dentro del Tercer Nivel, recursos humanos y materiales con diversos grados de complejidad, dentro de instituciones, para atender la demanda de los distintos niveles, con necesidad de tecnología compleja. La organización e integración debe hacerse desde el Tercer Nivel, biomédico, hasta el Primer Nivel, de promoción de salud, prevención y tratamiento de las discapacidades y de promoción de la inclusión individual.
MARCO TEORICO:
El estudio de la discapacidad motriz, se ha remitido a fundamentos fisiológicos, donde el médico ha sido el juez en lo que se considera normal y anormal, y de estos postulados se ha ido fundamentado el cómo estudiar desde la salud la discapacidad. Sin embargo, para estudiar la discapacidad desde lo social, no sólo se debe estudiar significados, o representaciones sociales del otro que no tiene discapacidad, sino analizar el discurso desde el contexto moderno de las personas con discapacidad motriz, y por ello es pertinente retomar los conceptos que otorga la Teoría de la Estructuración de Giddens (1995, 2011), para entender el proceso de inclusión social de las personas con discapacidad, en cuanto a los recursos personales y sociales ejercidos para poder incluirse en la estructura social de la Universidad y las restricciones que tienen para poder lograr una inclusión social.
- Inclusión Social en la modernidad
Es necesario comprender y analizar la vida cotidiana que tienen las personas con discapacidad motriz adquirida en su contexto social, así también es pertinente ocuparla para analizar y conocer cuáles son los recursos que hacen uso ellos para su inclusión social, es decir, cómo se va formando un agente con discapacidad para tener autonomía en otras estructuras sociales, pasando de la familia, al contexto social y es aquí, donde emplean diversos recursos para su inclusión y posteriormente en un proceso de autonomía en otras estructuras sociales como lo es el trabajo.
En la cotidianidad, la persona con discapacidad motriz ejerce diferentes mecanismos para poder integrarse en un primer momento a la sociedad, para poder identificar cuáles son los recursos que él considera pertinentes para poder continuar en estas rutinas y no ser excluido de estos contextos. “Las convenciones sociales producidas y reproducidas en nuestras actividades de cada día están controladas reflejamente por el agente como parte de su «salir adelante»” (Giddens, 1995: 51).
Este salir adelante, es lo que le permite comenzar a establecer parámetros en su conducta para poder relacionarse con los demás. A través de la rutina las personas con discapacidad motriz forjan conductas, las cuales se sustentan en las intuiciones del ser humano, o meras rutinas que son herramientas para la socialización. “Los actores no sólo registran de continuo el fluir de sus actividades y esperan que otros, por su parte, hagan lo mismo; también registran por rutina aspectos sociales y físicos de los contextos en los que se mueven.”(Giddens, 2003: 43), tales como saludar, acceder a un espacio, responder a un llamado, el ser cordial, es decir practicar las normas sociales que imperan para que una persona pueda tener una socialización más efectiva en cuanto a las relaciones sociales, y que estas le permitan a cualquier persona conseguir un fin en particular, que requiera el apoyo de otras personas.
Al respecto Carballeda (2002: 21) afirma que “la intervención en lo social se presenta como una vía de ingreso a la modernidad dirigida a aquellos que cada época construye como portadores de problemas que pueden disolver al todo social”. Es entonces que a partir de la conciencia discursiva, entendiéndola como un proceso narrativo de las personas con discapacidad motriz, se conocerán aquellas percepciones de los obstáculos sociales que tienen en su proceso de inclusión social, para así construir una intervención en lo social donde ellos sean los protagonistas de la construcción de referentes epistemológicos, para la comprensión discursiva de lo qué es la discapacidad motriz en un proceso de inclusión social.
- La importancia de la cotidianidad en la construcción del discurso
Cuando las personas con discapacidad se movilizan por diferentes estructuras sociales, las cuales las podemos entender como los diferentes modos de vida que existen, y las simbólicamente más representativas para la sociedad, tales como la familia, las instituciones de asistencia social y de salud, jurídicas, económicas, políticas, entre otras no menos importantes, es entonces que a través de esta estructuras el agente con discapacidad va forjándose una memoria, “denota simplemente lo pasado: experiencias pasadas cuyas huellas de alguna manera el organismo conserva. Entonces una acción ocurre en la espacialidad del presente, y se inspira en recuerdos del pasado cada vez que se lo necesita o desea” (Giddens, 2003: 81).
Que servirá para reinterpretar el marco social en el que está inmerso el agente con discapacidad motriz, para reconocer cuáles serán las pautas pertinentes para poder integrarse a una estructura con normas previamente establecidas y así generar los respetivos códigos de comunicación y articular el preciso discurso para poder hacer función de lo que pide cierta estructura. Así también la persona con discapacidad hace uso de esta memoria, para saber cuáles son las estrategias y recursos pertinentes aprendidos en su familia, a utilizar en el espacio físico correspondiente para una adecuada inclusión.
En este sentido, como señala Cohen, “los aspectos físicos de los entornos sociales tienen un papel prominente en la provisión de las condiciones necesarias para la reproducción de actividades institucionales. Giddens acepta
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