Resumen cultura y personalidad

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A su vez el caudal de experiencia común será mucho mayor en los miembros de una misma sociedad que de diferentes sociedades; aunque existen ciertas clases de experiencias comunes a toda la humanidad.

Los miembros de nuestra especie parece que tienen un poder de diferenciación e individualización mayor que el de cualquier otra.

Rasgos comunes de las sociedades humanas:

- Es la sociedad la que ha llegado a ser en nuestra especie la unidad importante en la lucha por la existencia y no el individuo.

Todos los seres humanos se hallan inextricablemente ligados al grupo a que pertenecen.

- Tienen duración mucho mayor que la vida del individuo. El problema como individuo no es organizar una nueva sociedad sino ajustarse a los patrones de un grupo viviente, que mucho antes de hacer el llego a implantarse.

- Las sociedades son unidades funcionales, actuantes. A pesar de ser obra de los individuos, funcionan como conjuntos. Los intereses de cada uno de los miembros que la componente están subordinados a los del grupo entero.

Pertenecer a una sociedad significa hasta cierto punto el sacrificio de la libertad personal, por ligeras que sean las restricciones

- En todas las sociedades, las actividades necesarias para la supervivencia del conjunto están divididas y repartidas entre sus miembros. La división formal de las actividades es la que le da estructura, organización y cohesión. De una simple masa amorfa de individuos que constituyen la sociedad la transforma en un organismo. Cada paso que dan en la diferenciación de las funciones hace depender más de la totalidad a los individuos que la ejecutan.

La existencia de este sistema de organización es la que hace posible que persista a través del tiempo la sociedad.

No solo tienen que contar con miembros sino que también con especialistas, con gente que sea capaz de hacer ciertas cosas superlativamente bien mientras la elaboración de las otras deja a cargo de los demás.

Proceso de socialización → aprender lo que tiene que hacer para otras personas y saber lo que de ellas está destinado a esperar.

Las experiencias de laboratorio o el sentido común nos llevan a que la esencia del éxito en el aprendizaje consiste en la recompensa o el castigo a que conduzca. La conducta que conduce a un resultado apetecible se aprende con mucha más rapidez y facilidad que la que conduce a problemáticas. El éxito de la preparación del individuo para ocupar un sitio en la sociedad depende de la uniformidad de la conducta de los miembros de la sociedad.

Patrones culturales → común acuerdo de la sociedad de cómo deben conducirse los hombres. Sin ellos no es posible que ninguna sociedad funcione o sobreviva.

Cultura → la forma de vivir de una sociedad. Comprende innumerables detalles de conducta, pero todos presentan ciertos factores comunes… casi toda gente de una sociedad responde de la misma forma ante una situación dada.

La cultura en su conjunto no es más que un agregado más o menos organizado de dichos patrones.

La cultura como un todo, suministra a los miembros de una sociedad la guía indispensable para todos los momentos de la vida. Sin ella, ni los miembros ni la sociedad misma podrían funciona de manera eficaz.

La existencia de patrones le proporciona esa seguridad porque tiene como fundamento la aprobación social y representan el poder que tiene la sociedad de presionar a los que no se acomodan a ellos.

Si la existencia de los patrones culturales es necesaria en toda sociedad, igualmente lo es para su perpetuación. Las sociedades se perpetuán enseñando a los individuos de cada generación las pautas culturales referentes a la situación que es de esperar que tengan en la sociedad. Sin la cultura no podría haber sistema social alguno de tipo humano, ni la posibilidad de ajustar a él los nuevos miembros del grupo.

Por muy cuidadosamente que el individuo haya sido preparado y por satisfactorias que hayan sido las condiciones que lo rodean, nunca deja de ser un organismo diferente con sus propias necesidades y capacitado para pensar, sentir y actuar con independencia. Además, conserva un grado considerable de individualidad, ya que su integración dentro de la sociedad y la cultura solo llega hasta las respuestas que ha aprendido y todavía queda una buena parte del individuo en libertad. No hay dos personas que sean absolutamente semejantes.

En efecto, el individuo desempeña un doble papel en relación con la sociedad. Cuanto más perfecto sea su condicionamiento e integración consiguiente a la estructura social, más eficaz será su contribución para el funcionamiento uniforme del conjunto y más seguras sus recompensas. Sin embargo las sociedades tienen que existir y funcionar en un mundo que continuamente está cambiando. La aptitud de nuestra especia para ajustarse a las nuevas condiciones e idear respuestas siempre más eficaces obedece precisamente al residuo de individualidad que en cada uno de nosotros sobrevive a pesar de la influencia decisiva de la sociedad y la cultura. Como simple unidad en el organismo social, el individuo perpetua el estado y como individuo contribuye a alterarlo cuando hay necesidad.

El doble papel que desempeña el hombre servirá de clave para muchos de los problemas de la conducta humana. Para funcionar con éxito como unidad de la sociedad el individuo tiene que ajustarse a las pautas culturales. Gran parte de estas pautas tienden al mantenimiento de la sociedad mas que ha satisfacer las necesidades individuales. Estas tienen que implantarse como pautas de respuestas habituales por parte de los miembros, lo cual es posible a la extraordinaria capacidad del hombre para absorber la enseñanza. Todo ser humano recibe de sus mayores una instrucción deliberada, con propósitos definidos, y en esta forma se van transmitiendo de generación en generación las complejas pautas de conducta. El incentivo del individuo para ajustarse a estas pautas radica en la satisfacción que proporcionan a sus necesidades personales especialmente la de lograr una respuesta favorable por parte de los demás. El individuo aprende las pautas como totalidades, abarcan tanto las necesidades de la vida social como las suyas.

A través de la instrucción e imitación, el individuo desarrolla hábitos que lo llevan a desempeñar su papel social.

Lo que hace posible la existencia

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