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El Malestar en la cultura y las teorías de la personalidad

Enviado por   •  13 de Diciembre de 2017  •  2.386 Palabras (10 Páginas)  •  451 Visitas

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El ambiente o en este caso la Cultura inmersa en la sociedad es la que manipula al ser humano, más sin en cambio, de alguna manera lo mantiene en equilibrio, desde la perspectiva humanista nuestro alrededor este equilibrio se presenta en toda la vida, por lo cual es indispensable el autoestima, ya que la necesidad siempre estará presente, naturalmente tenemos necesidades físicas, de seguridad, amor, estima, emocional e incluso social por lo que nos es difícil desprendernos de esta y por ende de sus normas y reglas.

Desde luego el sufrimiento se causa en cualquier momento, estando presente desde que tenemos uso de la razón, ese es el poder de la naturaleza, como bien sabemos o al menos de mi parte no he tenido el conocimiento de alguna persona que sea eterna, y así es la vida, las personas tenemos presente una inminente caducidad. Y si a lo ya mencionado le sumamos la incapacidad de regular las relaciones sociales, ya que existe la duda de saber si las demás personas en realidad procurarán nuestro bienestar. Los sujetos presentan una hostilidad dirigida a la cultura.

Tomemos la perspectiva existencialista para comprender la personalidad y la relación de ésta con la personalidad, todo sujeto responde a la vida con lo que se le plantea, es entonces que para para autotrascender el individuo se encuentra en la sociedad para amar y servir, tal vez de ahí viene el famoso “el que no vive para servir no sirve para vivir. En la cultura todos sacrifican algo esas serían las limitaciones que se nos implantan enfrentadas con las potencialidades que en conjunto toman una decisión. Lo anterior es en parte de las teorías de la personalidad existencialistas, en donde también se buscan metas utilizando la voluntad.

Retomando el tema del sacrificio que realizamos en la cultura, se encuentran principalmente los instintos, sublimándolos o buscando otro medio para encontrar el placer, en ocasiones esto no es posible naciendo la frustración. Si nos inclinamos en la percepción cognitiva, se puede determinar la personalidad de las personas desde la percepción de eventos y la interpretación de los mismos, en este caso la cultura. Presentando un reflejo organizado el cual desarrollara la estructura cognitiva de la personalidad.

Si nos remontamos al origen de la cultura, para analizar cómo es que se fue desarrollando, ¿Por qué el hombre opto por la creación de la cultura si le limita tanto? ¿En qué aspecto se interesó para desarrollar tales restricciones que le perjudican? Imaginemos que nos situamos solo frente a los problemas de la naturaleza, ¿Qué pasara? Es evidente que por un momento experimentemos tranquilidad y sentirnos libres de sacrificios, pero es cuestión de tiempo para darnos cuenta que nos encontramos sin aparente ayuda para realizar nuestras tareas, es ahí donde se nos presentaran las nuevas dificultades, y claro, así fue desde los tiempos remotos del hombre en donde uno solo le era difícil combatir los problemas que se le presentaban para su existencia.

Sobre la base de las consideraciones anteriores el hombre descubrió que con la alianza se proporcionaba la fuerza para enfrentar las dificultades, pero esto implicaba algo más, y eso fueron las restricciones las cuales eran fundamentales para resguardar el orden social, implicando de esta manera el ocultar el impulso sexual, transformando este por el amor hacia la misma humanidad. Fue aquí donde se presenció un enfrentamiento de este amor contra la cultura. Por su parte la cultura con sus restricciones amenaza al amor, este último oponiéndose a los intereses de la cultura.

Tal vez nos resulte inquietante como se relacione el malestar en la cultura con la personalidad, lo cierto es que dentro de ésta última existe un factor importante a tomar en cuenta, este es el medio. La cultura se relaciona directamente con algunas teorías de la personalidad, como ya algunas de estas nos lo han manejado, algunos autores argumentan la existencia de dos instintos, el instinto de vida y el instinto de muerte, se dice que es necesario mantener a estos dos en un balance ya que ambos son necesarios. Por su parte el instinto de vida, según las teoría de la personalidad de Freud, el instinto de vida nos mantiene en el bien, mientras que el instinto de muerte nos mantiene con agresividad, tal vez es necesario hacer la pregunta de ¿Por qué necesitamos la agresividad? ¿No sería mejor solo poseer el instinto de vida para llegar al bienestar?

Dentro de las cuestiones anteriores, resulta necesario mirarlo desde esta perspectiva, la agresividad nos brinda protección, esta agresividad es dirigida hacia la sociedad misma que a su vez la redirige hacia el mismo, inculcándoles la moral, la cual, refleja el miedo a la autoridad del sujeto; y la culpabilidad que nos da por la posibilidad de un castigo. De la forma anterior el sujeto estará formando su conciencia moral.

Sí lo miramos desde el punto de vista de las teorías constructivistas, encontramos que el ser humano principal o quizás únicamente construye su personalidad apoyándose de sus relaciones interpersonales, en donde claro, ya va inculcada la cultura, constituyendo de esta forma la personalidad, quizá por medio de los procesos psicológicos que anticipan acontecimientos. Desde luego se sabe que estas teorías muestran al hombre en una constante evolución el cual presenta una lucha entre su Yo y el Yo ideal, este último me atrevo a pensar que lleva influyéndolo la sociedad.

Dentro de la sociedad se puede tomar el atrevimiento a afirmar que no existen dos personas con personalidad igual, siempre existe la posibilidad de que los múltiples factores que influyen en ella, molden de manera distinta aunque estas personas posean un temperamento muy semejante.

Lo que estarían compartiendo las personas sería el proceso de cultura, tal vez ya se esté dando a la interpretación que cultura es igual la pérdida de la felicidad. Más que eso, la cultura vigila al sujeto, esta vigilancia el sujeto la siente cierto sentimiento de culpa por su tendencia agresiva, es esta razón la que le pone a pensar en la necesidad del castigo.

Nuestros impulsos se encuentran encaminados a la satisfacción, pero existe una barrera determinada por la sociedad que nos niega a hacerlo tal cual, como consecuencia crea la agresión encaminada al Superyó, es ahí donde se origina su sentimiento de culpa.

Como bien hemos visto, a lo largo del desarrollo de todo sujeto va dependiendo de la cultura, la cual controla sus impulsos para subsistir en colaboración con la sociedad. Factores importantes para entender nuestra personalidad y parte de lo que la compone, sería justo adentrarnos más en este tema para poder comprobarlo, pero nos encontraríamos en un gran dilema

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