Sobre el proceso de trabajo: aumento de la cantidad de trabajo, disminución de errores, reducción de pérdidas, optimización del tiempo.

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Amarre en el estilo de vida: las personas, que tienen este tipo de amarre, no renunciarían a mantener el equilibrio personal, familiar y laboral; estarían dispuestos a renunciar a un ascenso o a no cambiar de residencia, con el fin de no estar lejos de su familia.

Amarre técnico funcional: no renunciarían a la posibilidad de aplicar sus habilidades en un área, de tal manera que prefieren la especialización, antes que el desarrollo horizontal o multihabilidades.

Amarre gerencial-general: no renunciarían a crecer en la escala para coordinar a otros; la persona disfruta del liderazgo, busca los ascensos, y altos niveles en las compañías.

Amarre a la autonomía: no renunciarían a definir su propio trabajo, por lo que optan por el autoempleo, el trabajo por proyectos, y disfrutan la libertad de su tiempo.

Amarre a la seguridad y estabilidad: prefieren trabajar en organizaciones que les garanticen el trabajo a largo plazo, las prestaciones y la jubilación.

Otros aspectos, que puedes considerar en tu plan de vida y carrera, son el estado civil, la residencia, los aspectos culturales, recreativos y sociales. ¿Qué deseas para el futuro?, ¿qué te gustaría hacer?

Un aspecto, que debes considerar, es que no hay un plan de vida y carrera ideal, universal, aplicable a todas las personas; lo que existen son pautas, modelos para que, de manera consciente, tomes decisiones y configures tu plan, el cual debes mantener en continua revisión y ajuste de objetivos y de acciones, considerando los posibles cambios que se presentan en tu vida.

El Plan de Desarrollo Profesional es un conjunto de actividades que ha planeado el Centro de Empleabilidad y que cada periodo irás realizando, con el fin de ofrecerte herramientas que te permitirán prepararte para el mercado laboral desde tu ingreso en la universidad hasta el día de tu graduación (Enseñanza e Investigación Superior, A.C., 2012).

Como parte del Plan de Desarrollo Profesional se ha establecido un perfil de competencias y habilidades que deben cubrir todos sus egresados. Las competencias y habilidades que forman parte de dicho perfil son las siguientes:

Habilidad para liderar grupos

Eficiencia en su comunicación oral y escrita

Compromiso ético

Capacidad para identificar y resolver problemas

Inteligencia emocional

Capacidad de aplicar los conocimientos

Capacidad para trabajar en equipo

Pensamiento estratégico y toma de decisiones

Orientación al logro

Capacidad de aprender y actualizarse

Explicación del tema

14.1 Inteligencia emocional en el ámbito personal y profesional

Tal vez, te sigas preguntando ¿por qué es importante no solo conocer, sino desarrollar la inteligencia emocional? A continuación, encontrarás la respuesta, pero antes debes saber que Goleman (1996) sostiene que la inteligencia emocional (IE) puede aprenderse y desarrollarse, y esta puede influir favorablemente en el coeficiente intelectual.

Para ampliar tu comprensión acerca de la IE, te presentamos la manera en que Olvera, Domínguez y Cruz (2002) la definieron, ellos sostienen que la IE es la capacidad de un individuo para ejecutar y depurar habilidades, como:

- Observar y evaluar sus emociones y las de otros

- Regular sus emociones

- Ser capaz de expresarlas oportunamente

- Poseer un estilo de afrontamiento adaptativo

- Mantener elevada la motivación

- Mantenerse perseverante en el logro de metas

A partir de la definición, puedes identificar las ventajas de ser una persona y un trabajador con IE, y a través de ellas obtener beneficios, como ser más productivo, más estable emocionalmente, saber afrontar y solucionar adecuadamente los conflictos laborales, automotivarte y, por lo tanto, tener más satisfacción laboral. Goleman (1996) sostiene que los trabajadores estrellas utilizan la IE para manejar sus relaciones interpersonales, y así beneficiar el ambiente laboral.

En el caso de los jefes o mandos intermedios, que tienen personal bajo su responsabilidad, también es importante el desarrollo de la IE, pues -como afirman Olvera, Domínguez y Cruz (2002)- a diferencia de los jefes agresivos o coléricos, el ejecutivo con IE no pierde el equilibrio ante situaciones difíciles, conserva la serenidad, su confianza y la templanza; no obstante, esto es aplicable a cualquier trabajador, independientemente de su nivel en la organización.

Las habilidades para un manejo adecuado de la IE son indispensables, en el entorno laboral que ya hemos caracterizado como competitivo, complejo y demandante, en el que las personas están sometidas a la presión social, económica, entre otros factores; esto puede generar mayores índices de estrés, y a partir de ello generar problemáticas en su salud, lo cual viste en el tema 10.

En síntesis, una persona y un trabajador con IE no solo es más atractivo como candidato a un puesto, además es una persona más sana, plena y con mayor capacidad de intervenir adecuadamente en su entorno, para crear, para transformarlo y para disfrutar su vida en todos los ámbitos en que se desenvuelve. Pero ¿cómo desarrollar la IE? En el siguiente subtema, lo conocerás.

14.2 Técnicas para incrementar la inteligencia emocional

Una primera recomendación -que hacen Olvera, Domínguez y Cruz (2002)- es que una persona que tiene la habilidad de autobservarse e identificar sus emociones, posee mayor facilidad para regularlas; esto refuerza las ideas que has conocido desde el tema 1, en el que se te propuso la importancia de conocerte como persona, y saber tus rasgos y características, de esta manera las emociones y las reacciones, que genera tu organismo, ocupan también un lugar importante en el autoconocimiento.

Las áreas en que se puede desarrollar la IE, de acuerdo con Olvera, Domínguez y Cruz (2002):

Para el desarrollo del lenguaje emocional, estos mismos autores proponen imaginar una situación dolorosa. Por ejemplo: