Trabajo grupal de antropologia

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había diferencias entre el “hombre primitivo” y el “hombre civilizado” ni tampoco entre “el hombre blanco” y “el hombre negro”, por el contrario existe una conexión cercana entre personalidad y cultura, común a todas las especies. La tolerancia fue el factor central de sus enseñanzas, inclusive puede ser visto como un pionero en los derechos civiles afroamericanos, ya que abogó a favor del matrimonio interracial, algo prohibido en esa época. Siempre mantuvo su interés por los problemas raciales y los derechos civiles.

El alcoholismo constituye un problema social ya que tiene un impacto negativo en las vidas de un segmento considerable de la población. Tiene gran repercusión social las que se ven reflejadas en las reiteradas y crecientes violencias hacia hijos y cónyuges, agresiones a vecinos y amigos, riñas, daños a la propiedad social, divorcios. Además de ser una conducta con implicaciones y repercusiones individuales.

Cabe agregar que existen factores sociales que inciden en el predominio del alcoholismo como problema social como son: un medio social favorable, al consumo y adquisición de las bebidas alcohólicas, evasión a los problemas que afectan al individuo y tradiciones socioculturales favorables al consumo.

Historia del concepto alcoholismo

El origen del Alcoholismo comienza con la elaboración de estos, los cuales se conformas de los cereales fermentados, el jugo de frutas y la miel, que se han utilizado durante miles de años para fabricar alcohol (alcohol etílico o etanol).

Las bebidas fermentadas existen desde de la civilización egipcia, y existe evidencia de una bebida alcohólica primitiva en China alrededor del año 7000 a. de C. En la India, una bebida alcohólica llamada sura, destilada del arroz, fue utilizada entre los años 3000 y 2000a. de C.

Los babilónicos adoraban a una diosa del vino tan antigua que data aproximadamente del año 2700 a. de C. En Grecia, una de las primeras bebidas alcohólicas que ganó popularidad fue el aguamiel, una bebida fermentada hecha de miel y agua. La literatura griega está llena de advertencias contra los excesos de la bebida.

Diferentes civilizaciones nativas americanas desarrollaron bebidas alcohólicas durante la época precolombina. Una variedad de bebidas fermentadas de la región de los Andes, en Sudamérica, se hacían a base de maíz, uvas o manzanas y se le dio el nombre de “chicha”.

En el siglo XVI, las bebidas alcohólicas (conocidas como “espíritus”) se utilizaban ampliamente con propósitos curativos. A principios del siglo XVIII, el parlamento inglés aprobó una ley que fomentaba el uso de cereales para la destilación de “espíritus”. Estas bebidas alcohólicas, sumamente baratas, inundaron el mercado y llegaron a su punto más alto a mediados del siglo XVIII. En el Reino Unido, el consumo de ginebra alcanzó los 68 millones de litros y el alcoholismo se generalizó.

Chile está dentro de los tres países con más alto consumo anual con unos 9,6 litros de alcohol puro, seguido por argentina con 9,3 litros per cápita y Venezuela con 8,9 litros de alcohol per cápita.

Y no preguntamos ¿a qué se debe este cambio de tendencia en el consumo de alcohol en el país?

Algo está cambiando en Latinoamérica, nunca hubo una fuerte cultura de consumo, pero el desarrollo económico y nuevos valores importados de la globalización están haciendo que el consumo excesivo y abrupto sea una tendencia, así como también ha sido un factor importante el crecimiento de la industria de productos alcohólicos.

El alcohol llega a todas partes, se han mejorado las cadenas de distribución, hay más establecimientos y oferta, la presión de la industria sabe ejercer sobre los gobiernos para que los precios del alcohol estén bajos y no haya regulaciones, siendo este un punto fuerte en el avance del alcoholismo dentro del país.

La primera consecuencia del aumento del alcoholismo se mide lamentablemente en vidas humanas, un catastro arrojo 300.000 muertes tan solo en el año 2012 y 80.000 no habrían fallecido si el efecto de las bebidas alcohólicas no hubiera estado presente en sus vidas.

Según la OMS, el consumo de alcohol contribuye con más de 200 enfermedades y lesiones, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer. También hace que las personas sean más susceptibles y menos adherentes al tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH y la tuberculosis, y es, además, el principal factor de riesgo de muerte en adolescentes.

La situación va en aumento y empeora año a año, a la luz de las cifras, los bebedores masculinos cuando sufren de episodios llegan a beber cuatro o cinco bebidas en al menos 30 días, pasaron de ser apenas un 18% a casi el 30% entre 2005 y 2010, en las mujeres el incremento no es menos preocupante, el porcentaje pasó de un 4,6% al 13%.

Reportaje titulado: El alcoholismo en la clase trabajadora chilena, ¿A quién les conviene?

Según este reportaje indica que los vicios golpean especialmente a los sectores mas precarizados y vulnerables, que sirven apara escapar, para enajenarse de la realidad, del cansancio diario y el desgaste de las arduas jornadas laborales. Hay estudios que demuestran que el consumo del alcohol en sectores productivos, mineros, pesqueros, transporte y de mayor porcentaje de cesantía, es debido al factor geográfico y social.

Con estas alarmantes cifras que revelan una realidad concreta que afecta principalmente a la clase obrera y sectores populares.

Es importante mencionar de este reportaje la cita que realiza Recabarren cuando menciona que “la parte más sana del proletariado es la única llamada a combatir los vicios, no a sablazos, a castigos y a multas, como lo hace la clase burguesa con sus leyes y sus autoridades, sino con el razonamiento, con el convencimiento de que siendo vicios que nos dañan debemos de extirparlos”. En este sentido el relativismo cultural se aplica desde la idea de que cualquier cultura debe