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Ensayo Liderazgo de Vargas Llosa

Enviado por   •  22 de Agosto de 2019  •  Ensayo  •  2.155 Palabras (9 Páginas)  •  891 Visitas

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La ética en los líderes políticos. Caso: Mario Vargas Llosa.

Stefanie Ponce Orellana

Vargas Llosa llevaba tiempo como el favorito entre los candidatos respaldado por el Frente Democrático (FREDEMO), este partido impartía ideales de una economía liberal, reformas sociales, todos apoyados por los principales grupos con mayor poder económico y siendo asesorados por las mejores empresas de marketing a nivel mundial tenían todos los pronósticos de ganar; tanto fue así que según las encuestas de la época no existía comparación con otros partidos políticos como la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Izquierda Unida (IU) e Izquierda Socialista (IS) (Degregori & Grompone, 1991). Sin embargo en una serie de eventos sin precedentes, ocurrió algo que muchos peruanos y medios de comunicación tanto nacionales como internacionales no hubieran podido predecir, el entonces desconocido Ing. Alberto Fujimori, quien hasta hacía solo cuatro meses antes de las elecciones ni aparecía en las encuestas, derrotó inminentemente a Vargas Llosa (Campañá, 2010). Más allá de la estrategia que pudieron establecer sus rivales, se establece que el fracaso de Vargas Llosa fue debido a su confianza en la ética de su propuesta política y social, particularmente en la integridad en su comportamiento y utilización de ésta como estrategia para llegar al pueblo. “Etimológicamente, la palabra ética proviene de los términos griegos ethikós y éthos que significan carácter. Esto tiene una lógica práctica, puesto que los comportamientos de las personas y organizaciones son reflejo de la integridad de su carácter” (Rodríguez Córdoba, Castaño Vélez, Osorio Gómez, Zuluaga Arcila, & Duque Uribe, 2006). Este suceso marcaría la historia política del Perú.

Para las elecciones de 1990, el Perú se encontraba en crisis económica y era agobiada socialmente por el terrorismo y la hiperinflación. La población necesitaba una mejora inmediata que permita al país salir de la recesión y de la economía bajo violencia que solo llevó al país a sumergirlo a la pobreza. El mal manejo de los líderes de años 80s, provocó dicha violencia, influenciaron en el comportamiento de las personas que los llevó al uso de la fuerza para la solución de conflictos (Gonzáles de Olarte, 1991), hecho que dilató el terrorismo y por lo tanto la pobreza. El rasgo común de los líderes hasta entonces era por un lado la falta de integridad entre sus propuestas y su actuar y por otro lado la parte emocional por la indiscutible falta de carisma para “poder acreditarse por medio de éxitos que proporcionen beneficios a sus seguidores” (Molero, 1995, p45).

Jose Mario Pedro Vargas Llosa nacido en la ciudad de Arequipa en 1936, es un reconocido literato que salto a la fama con su novela La ciudad y los perros en 1963. Los críticos de aquel entonces consideraron su literatura como progresista tomando como inspiración a una sociedad casi imposible de reformar por la corrupción e injusticia, luego la consideraron revolucionaria representando la realidad peruana e inspirada en la Revolución cubana (Kristal, 2001). Su vocación por la escritura comenzó durante su tiempo en el Colegio Militar Leoncio Prado.

Por otro lado, también se dedicó a la prensa escrita, aportaba su opinión a través de artículos publicados en periódicos populares peruanos presentando constantemente su punto de vista acerca de la coyuntura política, economía y social de Perú. Son estas propuestas que despiertan el interés de un grupo particular no alegado a él debido a sus obras literarias; es este grupo que lo reconoce como su nuevo líder por sus ideas revolucionarias, cuyos ideales sirvieron como inspiración para reaccionar antes los decretos infundados establecidos en aquellos años. Luego de la publicación de su artículo Hacia un Perú totalitario en el periódico El Comercio, en el que demuestra su desaprobación total a decisión de Alan García de nacionalizar la banca Peruana, Vargas Llosa comienza a brindar discursos públicos recordando a la población que el mal yacía en el interior del país, nuestro desarrollo dependía del aprovechamiento de los tratados de libre comercio y con ello la generación de nuevas riquezas (Campañá, 2010). La reacción de sus seguidores fue positiva naturalmente, el Perú necesitaba un cambio y que mejor con un líder que daba la esperanza de que el país podía llegar a ser prospero.

A pesar de sus constantes encuentros con la política desde joven formando parte del Partido Comunista Peruano y luego del Partido Demócrata Cristiano, su primera intención no fue la de formar parte de la política peruana, él ya era un reconocido escritor internacionalmente y a pesar de la recomendación de muchas personas allegadas a él de no lanzarse como candidato debido a la misma coyuntura de la época, el literato reconoció y comentó en múltiples ocasiones que su motivación se basaba en un sentido de cumplimiento político moral para/con su patria. Si tomamos en cuenta el significado de política como el esfuerzo por compartir poder o esforzarse para influir en la distribución del poder, ya sea entre estados o entre grupos dentro de un estado (Gerth & Mills, 1946) y la moral como la jerarquización de valores y analizados por le ética, se observa que el literato buscó influir a la gente para alcanzar un cambio, dejando de lado su status quo para tomar nuevos retos y para lograrlo comprendió que era capaz de mover masas a través de su experiencia como escritor y orador gracias a su credibilidad y transparencia reflejada a lo largo de su carrera.

Sin embargo, todo ello no fue suficiente. Los líderes políticos son líderes lejanos que funcionan bajo condiciones de muy poca información, por ello en muchas ocasiones la manipulación de sus acciones es clave para su reconocimiento, triunfo o caso contrario la derrota (Antonakis, 2006). Así es que el esfuerzo de Vargas Llosa de convertirse en el próximo presidente utilizando su franqueza y claridad lo convirtió en el líder de pocos. Un claro ejemplo se dio con su religión, siendo el Perú un país bastante católico, el optó por mantener su ideal agnóstica que no era bien vista por la población, a diferencia de su rival, Fujimori, que aprovecho su estado de candidato desconocido con perfil bajo para manipular sus ideales adecuándolo a lo que la población buscaba (Campañá, 2010), simpatizando inmediatamente y logrando mayor aceptación por aquellos menos informados.

El literato formaba parte de los grupos sociales con mayor poder adquisitivo y destacaba por sus altos reconocimientos académicos; a pesar de haber nacido en una familia de clase media, supo abrirse paso para alcanzar un nivel socio-económico alto, incluso estudio durante los años 50 en Madrid y vivió un corto tiempo en Paris. Muchos atribuyen su derrota a estos rasgos descalificando moralmente al candidato como persona (Ghersi, 1991). Por un lado sustentaron una supuesta falta de humildad pues la prensa lo calificó como una persona soberbia, a quien aparentemente le dificultaba simpatizar con todas las clases sociales; por otro lado se observa el poco parecido de sus rasgos y cualidades con el perfil de la mayoría de peruanos de aquellos años, es decir aquellos que no tuvieron la oportunidad de tener una buena educación ni de vivir en el extranjero, que eran en su mayoría iletrados, que residían en los pueblos más alejados y eran las principales víctimas de la creciente pobreza. La diferencia de clases sociales y su presentación como un personaje particular, probablemente dificultaba al pueblo poder reflejarse en él y por ende considerarlo su líder.

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