ACTIVIDAD NO. 4 Deberes y derechos de las personas y los ciudadanos

...

Los adultos gradualmente llegan a darse cuenta que no hay una única solución correcta para cada problema; sino que hay varias. Ellos se percatan de que la ”verdad”, a menudo varía de acuerdo con la situación y el punto de vista de la persona; para la mayoría de los adultos intermedios algunas habilidades cognoscitivas como el vocabulario y memoria verbal se incrementan de manera constante hasta la sexta década de la vida. Las personas en esta etapa de la vida se encuentran en su máximo rendimiento intelectual.

Con respecto al rendimiento intelectual, encontramos dos tipos de inteligencia en el adulto, la primera llamada inteligencia fluida alcanza su máximo nivel en la adultez temprana, mientras que la segunda llamada inteligencia cristalizada mejora en la edad media e incluso al final de la vida:

Inteligencia fluida: Es la capacidad de resolver problemas nuevos que requieren pocos conocimientos previos o ninguno. Comprende percibir relaciones, formar conceptos y hacer inferencias; inteligencia cristalizada: Capacidad de recordar y usar la información aprendida en la vida, como encontrar el sinónimo de una palabra. Se mide con pruebas de vocabulario, información general y respuestas a situaciones y disyuntivas sociales. Una forma de este conocimiento es el “conocimiento especializado o pericia”, en la mitad del camino de la edad adulta intermedia se produce el desempeño máximo en 4 habilidades intelectuales, como son: a. Razonamiento inductivo, b. Relaciones espaciales, c. Vocabulario, d. Memoria verbal

Al pasar por la edad media o entrar a la vejez, el cerebro experimenta deterioros en varias áreas, sobre todo en el caso de tareas que requieren un tiempo de reacción rápido o hacer malabares con múltiples ocupaciones, deterioro que es mayor en las tareas que implican elección de respuestas, tales como encender la luz y otro cuando se escucha un tono y habilidades motrices complejas que involucran muchos estímulos, respuestas y decisiones como conducir un vehículo, lo cual se debe en parte a que la capacidad para ignorar las distracciones disminuye gradualmente con la edad, lo que hace más difícil realizar muchas cosas al mismo tiempo.

Los cambios de aspecto son notables en los años de la mitad de la vida y hacia la quinta o sexta décadas la piel pierde tersura y suavidad, por el adelgazamiento de la capa de grasa que la recubre haciendo que las moléculas de colágeno se endurecen y las fibras de elastina se hacen quebradizas. El pelo se adelgaza porque se reduce el ritmo de sustitución y encanece porque baja la producción del pigmento melanina hasta el punto de caerse y también viene el aumenta de peso debido a la acumulación de grasa y pierde estatura porque se encogen los discos vertebrales.

La caída de las concentraciones de testosterona no significa por fuerza el fin de la actividad sexual, sin embargo, algunos hombres de edad media en adelante sufren disfunción eréctil (la mal llamada impotencia) que es una persistente incapacidad de tener o mantener una erección del pene suficiente para un desempeño sexual satisfactorio. Se calcula que 39% de los hombres de 40 años y 67% de los hombres de 70 años sufren disfunción eréctil, por lo menos ocasional (Lewis et al, 2006 citado en Papalia, D. & Wendkoss, S 1997)

El desempeño creativo depende de atributos personales y fuerzas ambientales; la creatividad no guarda una fuerte relación con la inteligencia; en las pruebas psicométricas de pensamiento divergente y en la producción creativa aparece un declive relacionado con la edad, pero las edades óptimas varían con la ocupación (Lachman, 2004 citado en Papalia, D. & Wendkoss, S 1997) teniendo en cuenta que las pérdidas de productividad con la edad son compensadas por las ganancias de calidad.

Como en la adultez temprana, la alimentación, el tabaquismo, el consumo de alcohol y de drogas, así como la actividad física, influyen en la salud en la edad media, y también después. En promedio, los estadounidenses que fuman, presentan sobrepeso, tienen hipertensión y altos niveles de azúcar en sangre pueden disminuir en cuatro años su expectativa de vida; quienes no fuman, hacen ejercicio, toman alcohol con moderación y comen muchas frutas y verduras corren cuatro veces menos riesgos de morir a la mitad de la vida y la vejez que las personas que no siguen estas conductas (Yan, 1995 citado en Papalia, D. & Wendkoss, S 1997)

En realidad, no sólo viven más, sino que tienen menos periodos de discapacidad al final de la vida. Los hombres y mujeres de edad media que dejan de fumar reducen su riesgo de enfermedad cardiaca y apoplejía (Stamler, Dyer, Shekelle, Neaton y Stamler; Wannamethee, Shaper, 1995 citado en Papalia, D. & Wendkoss, S 1997). Por desgracia, sólo alrededor de la tercera parte de los adultos estadounidenses siguen las recomendaciones de salud y es particularmente improbable que obedezcan las directrices sugeridas para la dieta.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Papalia, D., Felman, R., Martorell, G., (2012). “Desarrollo físico y cognoscitivo en la adultez media”. (Ed.), Mc Graw Hill (pp. 418-440), México, D.F.