Diario de viaje PAOLO MANTEGAZZA

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También en el perfil del político se identifica la alteridad y la comparación con su experiencia europea:, la figura del político local aparece la caracteriza

como audaz y pasional, carente de cultura ,atribuida a ser una sociedad reciente, en oposición a la madurez , cultura y seriedad que asigna a la política del viejo continente:

“La opinión pública, tan exigente y caprichosa entre nosotros, no exige del hombre que se propone gobernar a sus semejantes, nada más que ingenio o audacia. No le pide la nobleza del apellido, ni el decoroso adorno de los cabellos blancos, ni la omnipotencia de un sabio y digno silencio; tanto menos, pues, le exige la fatigosa carrera de los cargos públicos. […]

El sudamericano tiene una riquísima urdimbre de lo político, y no le falta sino lo que puede adquirir con más facilidad: la cultura. De aquí deriva todas sus

virtudes y todos sus defectos. Siempre fecundo, a menudo elocuente, posee todos los recursos de la audacia, y las pasiones que en política valen en nuestros tiempos escasos de luces más que la razón, son en él prontas, irresistibles, fogosísimas. (Mantegazza,1916: 36).

Incluso en la descripción de la mujer porteña, aparece la otredad con una mirada eurocéntrica comparándola tanto física como moralmente

“El cuerpo de la porteña es hermoso aun cuando el rostro el vulgar. Entre la turba infinita de las mujeres, el cuerpo de la argentina tiene una actitud noble y audaz. Menos plástica que la holandesa, pero menos vaporosa que la francesa, tiene piel cálida y morena, carnes de bronce, que la edad respeta y solo la muerte destruye. […] La porteña aparenta muchas más pasiones de las

que tiene; ama mucho menos que la italiana; es menos inconstante y maleable que la francesa; no tiene la sólida cultura ni la religiosidad de la inglesa, pero es más mujer que todas.”(Mantegazza, 1916: 39-40).

CORRELACION CON LA TEORIA DADA

Relacionando la obra con los temas vistos, estamos en presencia del asombro del autor, por la forma de vida sudamericana, estableciendo comparación con su experiencia europea: en palabras de Krotz:

“... el asombro se relaciona con y se explicita en la categoría de la alteridad. La alteridad (…) es constitutiva para el trabajo antropológico. Su uso, su reconocimiento, su comprensión implican siempre un conocimiento de lo propio, ante cuyo horizonte solamente lo otro puede ser concebido como otro” (Krotz s/f:5)

Utilizan una práctica antropológica, el trabajo de campo. Y en sus estudios tienen en cuenta los procesos históricos para realizar su análisis. A pesar que declara objetividad, precisión y fidelidad fotográfica, sus análisis están cargados de juicios valorativos, propios de la Antropología clásica evolucionista Aparecen las diferencias entre sociedades “primitivas” o “inferiores” las americanas y sociedad “superior” o “civilizada”, la europea. . Se ubica en una superioridad desde donde enuncia y valora. Y estos juicios valorativos alcanzan la totalidad de las costumbres locales y, establece relaciones de cercanía y distancia entre el europeo con las figuras del “otro”, desde un evidente racismo justificado por la ciencia. La máxima distancia con el otro la establece con el gaucho y el indio, que habitan el espacio más aislado de la influencia de la civilización europea.

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