Conciencia e Imagen. Características de la imagen
Enviado por Rebecca • 1 de Enero de 2019 • 2.171 Palabras (9 Páginas) • 368 Visitas
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La relación entre imaginación y libertad.
La conciencia, para formar una imagen, debe estar en libertad. Debe poder negar la realidad para materializar un objeto irreal. Es entonces que mediante la conciencia imaginante puede tomar forma y huir hacía lo imaginario.
La imaginación es una función vital de la conciencia, ya que, sin la ella, la conciencia no sabría cómo escapar de la realidad preestablecida de las cosas.
La idea de la libertad es encantadora pero este encanto conlleva un sacrificio. Ser libre es renunciar o cuestionar todo orden establecido, significa el responsabilizarse por los actos morales de uno mismo, decidir qué es el bien y qué es el mal. Pero son los demás aquellos que nos dicen cómo ocupar nuestra libertad. Si no la ejercemos, es como un órgano que se atrofia y deja de ser útil.
De la misma manera podemos imaginar un hombre que renuncie a entrenar su imaginación. ¿Eso estaría mal o bien? Depende de lo que queramos: un hombre privado de la imaginación no se comportaría diferentemente del animal que caza solo cuando tiene hambre y que duerme solo cuando tiene sueño. La existencia sin imaginación es inhumanidad.
El problema que posee la libertad, así como también la imaginación, se encuentra en un conflicto de situación particular al cual nos sentimos atados y, en consecuencia, un rechazo o una huida a este. Allí es donde nos encontramos con la distinción entre el bien y el mal de lo imaginario.
La imaginación es un instrumento que nos separa de la realidad, la imaginación no se encuentra con la realidad. Las imágenes que formamos representan siempre un objeto ausente, así que la imaginación concierne a algo irreal.
Es peculiar que una imagen pueda ser juzgada como buena o mala, siendo, tratándose de algo irreal. Estamos condenados a la libertad, pero esta anticipa la moral. Nuestra libertad nos forma como seres humanos y la imaginación que constituye la libertad anticipa el bien y el mal.
Análisis
Esta teoría sartriana sobre la imagen se ve reflejada en el filme August Rush. La película trata sobre Evan, un niño que va en busca de unos padres que nunca conoció (ambos músicos) y que posee el mismo talento que ellos. Aquí, vemos cómo la conciencia imaginante del mismo protagonista se apodera de la realidad, haciendo partícipe (tanto al protagonista como al espectador) de la percepción de este ante el mundo, mostrado por su habilidad de tomar sonidos de la realidad ajenos entre sí y encontrar lo bello en esta.
En el protagonista podemos observar el cómo se le presenta la idea del desprendimiento que existe entre el objeto y la imagen. Mientras que para él resulta una habilidad nata, para una persona común resulta imposible poder encontrar la belleza en objetos tan cotidianos.
En un momento de la película Evan se encuentra con el antagonista, Maxwell “Wizard” Wallace, un hombre que descubre el talento del niño y le ofrece un mundo de libertinaje (cambiando su nombre, olvidando su objetivo inicial, etc.) y con la falsa promesa de ayudarle a encontrar a sus padres, aunque más adelante podemos ver la maldad de la que Sartre habla sobre la libertad, esas consecuencias a las que uno tiene que atenerse.
El protagonista, al percatarse del riesgo que es vivir evitando la realidad, retoma la búsqueda de sus padres, hallándolos, lo que demuestra esa materialización a la realidad de un pensamiento irreal. La fantasía parece siempre más tentadora que la realidad, pero es por medio de la realidad que podemos concretar las ideas de nuestro imaginario.
Como mencioné anteriormente, el mundo excede nuestra conciencia y la belleza está presente en el mundo, algo que se ve muy presente durante toda la película, ya que, como he venido diciendo, el protagonista posee la habilidad/talento de poder percibir música en cualquier lugar, proveniente de cualquier objeto común.
Conclusiones
La identificación de la imagen con algo compone el contraste entre dos ámbitos enteramente humanos: realidad e irrealidad. No es impreciso pensar que cada uno de nosotros vive en un ámbito personal y en un ámbito público. El hombre siempre vive una situación real pero, a su vez, puede separarse de ella y suspenderla. El hombre no siempre vive la realidad, a menudo imagina o sueña, y con esto busca huir o tomar distancia de la realidad.
Hemos visto las dificultades de una radical separación entre realidad e irrealidad.
“El hombre se presenta como un ser que hace surgir y desplegarse la Nada en el mundo, en tanto que, con ese fin, se afecta a sí mismo de no-ser”. Es entonces, dentro del nivel de la conciencia donde surge lo la imaginación, pero la conciencia crea imágenes a partir de su experiencia sensorial. Lo irreal es generado, entonces, a partir de la realidad.
Mediante la obra artística, lo imaginario se materializa y ante el público, pero de una manera que sólo la imaginación del espectador puede sacarlo de la materia física. No sólo con el arte lo irreal toma forma física en el mundo y si no que repercute en las acciones humanas.
La libertad es la manifestación de nuestra imaginación. Sartre le atribuye cierto carácter de maldad y, en efecto, la libertad es dolor y sufrimiento, la libertad es vacía e inútil si no compromete, y entonces cesa de ser una libertad absoluta, nos obliga a tomar una postura de responsabilidad, porque ser libres significa que no hay algún pretexto, y que cualquier acción cumplida surge de una libre elección. El no elegir, siendo también acto de libertad, es otra manera de vivir y conlleva, por ende, otra responsabilidad.
De igual manera, la libertad es seductora y creativa. La irrealidad nos empuja hacia la libertad y crea siempre un conflicto ante una situación real.
Desde el punto de vista de Sartre, la imaginación no depende de la experiencia ni del bien ni del mal, porque esta anticipa o suspende la realidad de los hechos y no ve relacionada con la acción. Con la imaginación nos quedamos en un mundo hecho de posibilidades tanto vacías cuanto inofensivas. A diferencia de la imagen, la cual se ve atada con la acción; en otras palabras, querer darle una realidad a nuestras imágenes irreales, es posible juzgar.
La verdadera libertad es la imaginación al servicio de un fin, de un objetivo que le dé sentido.
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