Musica informe

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En el desarrollo de las secuencias de trabajo, las actividades se organizan a partir de propuestas lúdicas, ya que cuando el niño actúa en una situación de juego, se está apropiando de ciertos saberes, de conocimiento sobre la realidad.(Harf)

Dar clase con esa impronta nos pone en sintonía con los niños desde el primer momento. Es hablar en su mismo código, disfrutar con su capacidad de asombro, con el sentido del humor y la espontaneidad.

Sabemos que los niños aprenden mejor si el docente planifica actividades y experiencia divertidas. Una actividad así planteada necesitará un maestro/a que enseñe a jugar el juego. Seremos un jugador más a la hora de presentar la propuesta, los alumnos se apropiarán del juego y la variarán. Se estará relacionando las experiencias placenteras con los contenidos. El aula se convierte en un ámbito cálido para aprender, ya que hay un clima de juego, sorpresa y emoción.

El jardín de infantes y el jardín maternal se han de constituir en un espacio, tanto físico como mental, tanto individual como grupal, que el docente habilita para que los niños se expresen, descubran, se comuniquen, construyan; en síntesis, para que aprendan mediante el juego propio de la infancia. (Harf y otros)

Continuando con la mención de los múltiples beneficios que la expresión musical ofrece, es importante destacar que el niño desde que nace posee un increíble genio musical. Ya antes de venir al mundo mantiene una estrecha relación con la música. Después de pasar nueve meses escuchando el latido del corazón materno, el bebe ha aprendido mucho acerca del ritmo, por eso cuando nace, ya tiene conocimientos de tono, melodía y otros rudimentos musicales.

A medida que el niño va creciendo, se irá alfabetizando en expresión musical, por ejemplo la exploración sonora es un recurso que nos permite trabajar con el sonido de un modo idóneo y acorde con la edad evolutiva de los pequeños. No se ciñen a la ejecución de un ritmo pulsado, son capaces de tocar en un grupo, de hacer una instrumentación, de captar el clima sonoro que requiere cada canción, según la letra, el carácter y la dinámica.

Los niños se aproximan al sonido probando y descubriendo sus características. Serán conscientes de que los cambios en los modos de acción que seleccionen, modificarán los sonidos que exploran, obteniendo resultados muy variados.

Los sonidos habrán adquirido un sentido para ellos.

En una primera toma de contacto con un material sonoro, la intención inicial de nuestros alumnos será la exploración y manipulación, el juego y la búsqueda de sonidos. Luego, se podrá escuchar la resultante sonora grupal.

Delalande sostiene:

Producir sonidos es al principio encadenar gestos. En efecto, hay que conseguir que la atención se desplace del movimiento

de la mano hasta el resultado sonoro.

Estimular con consignas orientadas a lograr la calidad sonora ayudará a obtener mayor riqueza musical.

El sonido constituye la materia prima de la música.

La creación surgirá de la curiosidad que generan los sonidos y sus combinaciones y de la organización temporal de éstos, llegaremos al ritmo y a la ejecución musical conjunta.

Se podrá trabajar con el ritmo libre, donde los niños se encontrarán con un ámbito lúdico, sin ajustarse a acentuaciones periódicas, apropiado a su edad.

En la sala de cuatro y cinco años se propondrá ostinatos rítmicos simples, para trabajar el ritmo pulsado. Para ello, utilizaremos algunos parámetros: Intensidad (fuerte – débil), altura (grave – agudo), duración (largo – corto), timbre (permite diferenciar las voces y sonidos).

Los sonidos ayudan al niño a convivir con sus compañeros, a establecer una comunicación armoniosa. Además a esta edad la música y los ritmos les encantan, le dan seguridad emocional, pues las canciones les enseñan a compartir experiencias y conocimientos con otros niños.

El canto forma parte de la cultura. Es un patrimonio que se transmite de padres a hijos, que nos enriquece y nos hace sentir parte de una comunidad. Está unido a la afectividad, las emociones, las evocaciones.

El nivel inicial nos invita a realizar un recorrido por este camino que comienza en la sala de dos años y concluye en la de cinco.

Las canciones tradicionales aquellas que en general forman parte del contexto familiar de los niños serán un punto de partida interesante para que el vinculo con nuestros alumnos se fortalezca y se afiance.

Veremos cómo, poco a poco, las canciones que en un comienzo son aprendidas por simplificación( cantar dolo finales o juntar el comienzo de una estrofa con el final).Comienzan a ser reconocidas y cantadas propiciando un clima cordial y de confianza mutua . La actividad coral será rica y participativa.

Cantar implica un largo proceso. Evitando las rutinas y las repeticiones sin sentido, es preciso enseñarles que todo aprendizaje requiere participación activa, atención, esfuerzo y constancia. La música es un arte que requiere tiempo y trabajo.

Escucharse así mismo y escuchar a los demás serán un objetivo que abarcará todo el nivel inicial.

La manera y el tiempo que cada niño necesite para aprender una canción serán diferentes. Es cuestión de rasgos de personalidad.

La voz es el instrumento con el que nacemos para exteriorizar lo que sentimos y de la unión entre la voz y la música surgirá la canción.

Para planificar la enseñanza de una canción dentro de una secuencia didáctica, es importante el repertorio que sea elegido acorde con la edad evolutiva de los niños. Ésta debe promover a la calidad educativa.

Deberán brindar alternativas musicales diferentes a los que se presentan en los medios de comunicación, de poca elaboración. Favorecer otro tipo de escucha, acercándoles el acervo folclórico, canciones populares infantiles, latinoamericanas y universales. Además presentar algún elemento en donde lo novedoso pueda integrarse a lo que resulta conocido nos permitirá evitar situaciones rutinarias. Por ejemplo: incorporación de muñecos, instrumentos, juegos, etc.

Las canciones que se les presenten a niños de tres años deben ser portadora de un mensaje claro de fácil comprensión y pronunciación, caracterizado