SER SUJETO EN EL ÁGORA.

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Desde otra mirada, encontramos al sujeto – ciudadano. El sujeto como ciudadano, emerge de la búsqueda de un orden social y regulador que satisfaga las necesidades de afiliación, pero al mismo tiempo de poder, en la relación con los demás como colectivo. Esta dimensión ciudadana – política del sujeto adquiere matices distintivos en la época en la cual transcurre la película Ágora, dado que se caracteriza por luchas constantes por el territorio, por ideologías de conquista y expansión, representados en el ansia de poder del Imperio Romano que llevó sus banderas hasta remotos lugares de tres continentes diferentes.

El sujeto ciudadano requiere protección, seguridad, estabilidad, entre otros; por lo que tiende a realizar acciones que mantengan el status quo, que representa lo más cómodo y accesible. De esta manera, se evidencia la tensión entre lo individual y lo social, la necesidad de un Estado o forma de gobierno que normativice las relaciones interpersonales y la ansiedad de realizar los propios deseos e intereses personales. Esto se puede observar en el conflicto inherente al contexto en el cual una ciudad representativa por su cultura y sus avances académicos (creación de bibliotecas, universidades y escuelas de pensamiento) afronta la llegada del cristianismo y el cambio de paradigma religioso, exponiendo a sus ciudadanos a una nueva encrucijada entre la “facilidad” de creer, uniéndose a la creciente ola de cristianismo y el reto de mantener sus costumbres, que seguramente son las de sus padres y antepasados y le han otorgado significado y sentido a su cotidianidad hasta el momento.

Ahora bien, cuando he hablado de estas “encrucijadas” del sujeto, puede parecer que él o ella tienen libre albedrío para decidir un camino u otro, pero no es así. La presión social y el fenómeno de masa suele orientar la toma de decisiones del sujeto. Así que, finalmente, es posible que ni siquiera decida y solamente se deje llevar por el rumbo que tome la masa. Esto es particularmente visible en la película, cuando se crean estas hordas de personas movilizadas por creencias aparentemente irracionales para cometer actos de violencia. Ya Le Bon (1895) planteaba que la credulidad, la sugestibilidad y la impulsividad constituían factores característicos de la actuación de las masas.

De acuerdo con lo anterior, y como puede suceder en diversos contextos histórico – culturales, el sujeto que se construye en Ágora es un sujeto en conflicto. El sujeto emerge de las decisiones y las posiciones que toma cada cual frente a las encrucijadas que le propone el grupo social y que van desde los principios e ideales personales e individuales, hasta las representaciones, símbolos sociales y actitudes hacia la autoridad y el sistema de organización social y político de la ciudad.

Bibliografía

- Gonzalez, F. (2012). Subjetividad y su significado para el estudio de los procesos políticos: sujeto sociedad y política. Subjetividades políticas desafíos y debates latinoamericanos. Bogotá: CLACSO, Universidad Distrital Francisco de José de Caldas.

- Le Bon, G. (1895). Psicología de las masas.

- Morin, E. (1994). La noción de sujeto. Schnitman d. nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Buenos Aires: Paidós.

- Touraine, A., & Pons, H. (1996). ¿ Podremos vivir juntos?. Buenos Aires: Fondo de cultura económica.

- Zemelman Merino, H. (2010). Sujeto y subjetividad: la problemática de las alternativas como construcción posible. Polis (Santiago), 9(27), 355-366.

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