Problemas modernos del siglo XXI.

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¿Y por qué? Falta de divulgación de ésta información, más que nada; aunque sea una ayuda pequeña (como ya hemos aclarado anteriormente lo del PIB), la gente no la aprovecha porque desconoce ésta información.

¿Qué otra causa estará influenciando la carencia de tecnología en nuestro país? Consulté una tesis desarrollada por José Silva, tituló su tesis como “La Formación en Tecnología Educativa de los Alumnos de Educación Primaria de la Escuela Normal Profr. “Serafín Peña”. Una propuesta para su enseñanza”. Su documento trata acerca de cómo se están educando a los docentes que, en un futuro, serán los profesores que educarán a las nuevas generaciones y realizó una investigación de manera directa en dicha escuela formativa, he aquí un breve resumen de los resultados.

30% de los estudiantes no hacen uso de tecnologías de información. 90% de todos los encuestados afirman que el mayor reto es la preparación constante para su uso. Un 100% absoluto de los encuestados definen el Internet como “ventanas que se abren y se cierran”.

Las cifras son alarmantes; las personas que están por educar a los niños de futuras generaciones no están ni si quiera bien educados en éste ámbito. Y así ha sido desde antes; así ha sido desde siempre. Éste es otro motivo por el cual el país carece de tecnología, al no ser educados porque nuestros maestros no lo fueron, entonces no haremos un uso adecuado de ellas. Presentaré la siguiente cita propia del autor como conclusión de su investigación.

“Una preocupación constante al estar en contacto con profesores es la escasa

atención que se da al uso de las tecnologías en la resolución de problemáticas de su

futura vida docente. Es increíblemente cierto que en plena era digital, la gran mayoría de los maestros basan su trabajando con gis y pizarrón como herramientas básicas e inamovibles de las prácticas educativas, pudiendo en la actualidad echar mano de valiosas herramientas que inciden en la resolución de problemáticas de su práctica docente (Silva, 2004).”

Lo único que puede ocasionar lo anterior no es nada más y nada menos que una generación juvenil desinteresada en hacer uso del apoyo que tienen, una generación desinteresada en estimular su creatividad y esforzarse para hacer su aportación al desarrollo tecnológico. Ernesto Ramírez desarrolló un libro de estilo educativo llamado “Ciencia, tecnología, sociedad y valores”. Su fin es educar a los jóvenes sobre la tecnología y la investigación en el sentido moral precisamente por el mismo motivo, porque es necesario generar interés en ellos para que así indaguen, propongan y desarrollen sus propios proyectos de investigación.

En resumen, el estancamiento tecnológico en México es grave, y las causas ya han sido presentadas. Son de muchos tipos, desde falta de presupuesto a causa de una mala administración económica, hasta la falta de fomentación de un uso adecuado y responsable.

Las causas explicadas en el segundo subtema son claramente un impedimento por el cual no alcanzamos lo planteado en el primer subtema. En teoría, debería haber un desarrollo tecnológico, sólo en teoría. Es por eso, que se convierte en un serio problema, al no ser como debería ser.

Ya en base a lo tratado en éste segundo subtema, realizaré un comentario al respecto. Es triste que las cosas deban ser de una manera y que la realidad sea una totalmente distintas.

Desconcierta que tantos factores negativos colaboren para uno mayor, y que eso suponga un atraso de grandes dimensiones en comparación con otros países que no tienen esos problemas, o si los tienen, saben cómo controlarlos o mantenerlos al margen.

Conclusiones:

Es de suma importancia cómo un país toma en cuenta aspectos que podrían determinar la situación del país, como la tecnología. Recuerdo bien que, cuando estaba en la primaria (una pública), nosotros no teníamos recursos tecnológicos. A lo mucho que podíamos aspirar con respecto a “tecnología” era a una clase de computación una vez cada dos semanas, ¿Cuáles eran los detalles? Primero, las computadoras eran esas clásicas viejísimas en las que se usaban los disquetes, cuando ya había modelos más nuevos; eran muy lentísimas, así que no la usabas mucho por lo mismo que tardaba 15 minutos en encender. Otra cosa, nuestras actividades de cómputo consistían en resolver crucigramas con palabras sencillas en inglés como “cat”, “house”, “tree”, etc.

Mi educación tecnológica desde pequeña no fue buena, fue pésima, y no culpo a la escuela ni a los maestros, sino al sistema que está ya tan establecido y enraizado que nos resulta normal que hoy en día esas computadoras sigan usándose para “enseñar a hacer uso de tecnología” a los niños; y eso si es que las escuelas tienen esos equipos, porque a veces ni si quiera adquieren un pizarrón, sillas y/o mesas.

Hay muchos motivos responsables de que México se considere un país tercermundista y el problema de la tecnología es uno de ellos. Como conclusión personal, lo que puedo decir es que tal vez no sea el problema de mayor gravedad en el país, pero es uno en el que debe actuarse ya. Se requiere hacer algo al respecto con la administración económica, no es posible que se desvíe el dinero y al final sea una muy pequeña la cantidad de soporte para actividades tan importantes como éstas.

De igual manera fomentar (en serio) el uso de tecnologías; si los recursos incrementan, se puede destinar cierta cantidad para tener un equipo básico en una escuela; de igual manera, capacitar a los profesores para que realmente enseñen a hacer uso y aprovechar el equipo. De ésta manera, las generaciones crecerán con los conocimientos mínimos para que no sean catalogados como ignorantes en el ámbito; ya es decisión de cada uno de las generaciones si está interesado en éstos temas y quiere seguir involucrado, pero éstos cambios harían una gran diferencia en cuanto a las próximas estadísticas del INEGI.

México necesita un cambio para bien en el sentido tecnológico; el problema ha sido definido, las estadísticas descritas, incluso pequeñas propuestas para el cambio han sido mencionadas. No queda más que actuar.

Fuentes.

- Bazdresch, C. y Meza, L., (2010). La tecnología y la innovación como motores del crecimiento de México. México D.F., México: Fondo de Cultura Económica.

- Sagasti, F., (2011). Ciencia, tecnología, innovación: Políticas para América