Recuerdo muy bien ese día era un martes tan común como cualquier otro.
Enviado por Rimma • 23 de Abril de 2018 • 1.077 Palabras (5 Páginas) • 316 Visitas
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Los jueves teníamos una hora libre después del receso, y a esa hora aprovechaba y me iba con mi tía, ese jueves, si ese jueves 13 de abril, cuando regresé al salón, me senté, como de costumbre, siempre tarde, mis demás compañeros estaban ya en clase, cuando mire en el regazo de mi butaca, había una nota entre mi libreta que decía “Hola”- Javier. Sonreí y rápidamente le escribí en seguida “Hola ;)” y se lo entregue por un costado, a escondidas. Sentía cómo mis dedos temblaban de la emoción. Después de un rato me envión otro que decía “Te espero en la salida”.
En el transcurso de las clases sentía un nudo en el estómago pues, iba hablar con él, los nervios estuvieron presentes, dándome vueltas por la cabeza, preguntas tipo “qué le voy a decir” “Y si se aburre” “Y si no le gusto”. Distraída y perdida en mis pensamientos no paraba de hacer dibujos en mi cuaderno de corazones y estrellitas, Me parecía tan extremo, cómo una persona de un día para otro puede hacerte cambiar, o inspirarte a hacer cosas que jamás tendrías planeadas. Cuando terminaron las clases, se puso de pies y volviéndose hacia mí, estiro su mano y me dio una rosa, me sonrojé. No sabía qué decir, y el continuó diciendo;[pic 6]
- ¿Quieres ir a caminar un rato a la plaza?
Asentí con la cabeza y me puse de pie, caminamos un rato y por fin pude decir,
- Así que te gusta leer,
- Sí. Me dijo, mirándome con una sonrisa, ¿a ti también no? Me preguntó
- Si, me gustan los de terror.
- ¿En serio? Igual a mí
Llegamos a la plaza y nos sentamos en una banca, conversamos sobre el universo, libros, escuela, política. Cuando me levanté para irme a mi casa, me tomó de la mano y me acercó a él, me dijo que tenía tiempo planeando esto, no sabía cómo acercarse a mí, pude observar su nerviosismo, sus manos temblaba, y sus mejillas estaban rojas, cuando me voltio a ver sonreí y después me besó. Cuando llegue a casa, estaba feliz, Y al abrir la red social, miré un mensaje de él, platicamos hasta las tres de la mañana. Y todos los días buscábamos el momento para estar hablando, por mensaje, papelitos, o en la salida. Recuerdo cómo comenzó todo, desde el primer día en que lo vi. La prepa a partir de esa etapa fue lo mejor, interactuaba y convivía con los demás. Después de dos años aún seguimos juntos, compartiendo silencios, experiencias… Sobre todo amor y comunicación, que sin querer queriendo, sin andarnos buscando nos encontramos.
[pic 7]
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