ACTIVIDAD PETROLERA EN LA SONDA DE CAMPECHE Y PENÍNSULA DE ATASTA

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Esta situación se plantea desde 1988, como menciona Urteaga, quien señala los últimos cuarenta años los Estados que se han apropiado de grandes extensiones del espacio marítimo. Concretamente, la aplicación de la regla de las 200 millas de zona económica exclusiva supone la anexión de aproximadamente un 35% del lecho oceánico y de los recursos de las aguas suprayacentes. En términos generales, casi se ha duplicado la superficie del globo sometida a control y jurisdicción estatal.

La explotación de los recursos oceánicos tiene una dimensión geopolítica por las mismas razones que la tiene la explotación de casi cualquier punto terrestre. Porque son recurso limitados, y en algunos casos muy limitados, porque la distribución geográfica es muy desigual.

Lo diferente a otros recursos naturales es que el espacio marítimo no ha tenido tradicionalmente un estatuto jurídico definido; y esto refuerza comprensiblemente la conflictividad en su uso y apropiación. Una conflictividad por otra parte lógica, si tenemos en cuenta que el desarrollo tecnológico ha hecho accesible nuevos recursos marinos, y ha modificado drásticamente las modalidades de su explotación; y que, durante las últimas décadas ha crecido la conciencia del carácter limitado de muchas riquezas naturales y de su valor estratégico por parte de los Estados-nación.

En el contexto internacional, el Golfo de México es una de las tres zonas marítimas que cuenta con mayores yacimientos de hidrocarburo y gas y representa lo que han dado en llamar la nueva geografía petrolera del Golfo de México (Delgado, 2004).

Con la reestructuración económica y política mundial, en la cual está inserta México desde los años 80, ha cobrado mayor interés por parte de los Estados Unidos de Norteamérica, tanto de sus sectores económicos como de sus regiones, particularmente este interés se ha centrado hacia el sur-sureste de la República Mexicana por su potencial en riquezas naturales, básicamente, en aspectos como los recursos petroleros así como en el megaproyecto del Istmo de Tehuantepec localizados en el sur-sureste (Sandoval, 1997:158), entre otros subespacios regionales.

Así, en el caso específico del petróleo, éste ha sido uno de los temas que desde los años setenta los intereses norteamericanos consideran que las reservas mexicanas son esenciales para su propia seguridad nacional y por lo tanto están obligados proteger las instalaciones de Petróleos Mexicanos (PEMEX) tanto de los conflictos internacionales como de los conflictos internos (Ibidem,158), quedando inserto México dentro de los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica. De ahí que su política sea de ir presionando a México para la privatización del sector petrolero sujeto a las condiciones del pago del préstamo de EEUU a México en la crisis económica de mediados de los años 90 en el pasado siglo XX (Ibidem, 158)

Esta política del Estado norteamericano demuestra la estrategia geopolítica basada no en las fuerzas del mercado y de la libre competencia como propugnan sino en la intervención que tiene en muchos Estados con recursos petroleros en sus territorios y a favor de los grandes petroleras transnacionales conocidas como las “Siete hermanas”: Exxon, Texaco, British Petroleum, Mobil, Gula, Royal Dutch-Shell y Standard Oil, quienes desde 1928 empezaron a repartirse y a dominar el mercado petrolero de los cuales cinco de ellas son transnacionales estadounidenses (Meyer, 2005:21)

Por su ubicación geográfica, se sitúa en un espacio marítimo territorial que comparte límites y fronteras con otros países del continente americano como Estados Unidos de Norteamérica y Cuba, y a decir de los estudios de la geografía, el Golfo de México, como región fisiográfica tiene frontera al Este con la República Mexicana con un litoral de 3 mil 200 kilómetros que bordea las entidades federativas de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Con los Estados Unidos de Norteamérica tiene una extensión litoral de 2 mil 934 kilómetros y abarca cinco estados, a saber, Florida, Alabama, Missisipi, Louisiana y Texas y con la República de Cuba se encuentra entre los 21°8´52” latitud norte y 84°57’54” y 82° 21´35” longitud oeste (Day: 2004).

Esta ubicación geográfica convierte al Golfo de México - desde la perspectiva geopolítica - en una zona estratégica de interés no solo nacional sino también internacional para los países - Cuba, México y Estados Unidos de Norteamérica - por el gran potencial pesquero y petrolero que poseen ya que históricamente existe una continua tensión política de éste último país, - el de mayor desarrollo económico, tecnológico y militar a nivel mundial (Chías, 2006) - hacia ambas naciones por la ocupación de los territorios y de sus recursos naturales, quienes coincidentemente poseen dentro de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) ricos yacimientos petroleros y que hoy en día son espacios marítimos-territoriales claves para el desarrollo energético industrial principalmente de los países de la región norte del continente americano.

En ese marco, existen proyectos regionales, de corte macro-regional con iniciativas nacionales e internacionales que se vinculan a los esquemas sobre los cuales se plantean políticas geoestratégicas sobre el Golfo de México relacionada a la explotación de sus recursos naturales, dado que se encuentra inmerso en la zona sureste de México, sobre el cual se han definido diversos proyectos regionales relacionados con el desarrollo como es el Plan Puebla Panamá (PPP)

Este macro-plan, se subdivide a su vez en otros planes como los siguientes: Plan energético para las Américas, Corredor Biológico Mesoamericano, Sistema Eléctrico Integrado de América, Marcha hacia el Sur, Plan Sur y Plan Nuevos Horizontes.

En lo que respecta a los energéticos, la eléctrica y los hidrocarburos, son los recursos que mayormente interesan a la economía norteamericana por encontrarse en territorios mexicanos y centroamericanos dado que le garantizan energías baratas para el futuro norteamericano así como el control expansionista de los mercados a nivel mundial entre países del Atlántico y la cuenca del Pacífico.

II. El proceso de apropiación y reconfiguración territorial de la actividad petrolera en la zona marítima petrolera Sonda de Campeche y Península de Atasta.

2.1. La Sonda de Campeche en el escenario petrolero geopolítico internacional

La Sonda de Campeche es una de las siete provincias fisiográficas del Golfo de México que se localiza en la parte sur del Golfo de México, entre dos provincias geológico-sedimentarias: