ANTIBIOGRAMA Y ACCIÓN DE AGENTES FÍSICOS Y QUÍMICOS EN LOS MICROORGANISMOS
Enviado por Stella • 1 de Enero de 2018 • 3.814 Palabras (16 Páginas) • 589 Visitas
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El cloro es el desinfectante habitual del agua municipal y de las piscinas, y se emplea también en las industrias lácteas y alimentarias. Puede aplicarse como cloro gas, hipoclorito sódico o hipoclorito cálcico, todos ellos producen ácido hipocloroso (HC1O) y, luego, oxígeno atómico. El resultado es la oxidación de materiales celulares y la destrucción de bacterias vegetativas y hongos, aunque no de esporas.
La destrucción de casi todos los microorganismos se produce en 30 minutos. La materia orgánica interfiere con la acción del cloro al reaccionar éste, por ello, se añade un exceso de cloro para asegurar la destrucción microbiana. Sin embargo, hay que tener en cuenta un problema potencial, y es que el cloro reacciona con la materia orgánica formando trihalometanos, compuestos cancerígenos, por lo que deben ser determinados periódicamente en el agua de bebida. En algunas ocasiones se ha empleado el ozono como alternativa al cloro en Europa y Canadá.
El cloro es también un excelente desinfectante para uso individual porque es eficaz, barato y fácil de manejar. Se pueden desinfectar pequeñas cantidades de agua potable con pastillas de halazona. Este producto (ácido dicloroamidobenzoico parasulfona) libera lentamente cloro cuando se añade al agua y la desinfecta en aproximadamente media hora. Las utilizan con frecuencia los excursionistas que no tienen acceso a agua potable no contaminada.
Las soluciones de cloro son muy eficaces para desinfectar laboratorios y hogares. Una combinación excelente de desinfectante y detergente puede prepararse a partir de una dilución 1/100 de lejía de uso doméstico (10 mL de lejía/L) y una suficiente cantidad de detergente no iónico (7.8 mL/L, para obtener una concentración de detergente del 0.8 %).
Esta mezcla elimina tanto la suciedad como las bacterias.
Metales pesados
Durante muchos años, los iones de metales pesados, como mercurio, plata, arsénico, cinc y cobre se han empleado como germicidas, aunque muchos metales pesados son más bacteriostáticos que bactericidas. Recientemente, se han sustituido por otros menos tóxicos y con un mayor poder germicida, aunque algunos de los tradicionales siguen utilizándose, como la plata. Una solución del 1 % de nitrato de plata se aplica a menudo en los ojos de los niños para prevenir gonorrea oftálmica (en muchos hospitales, se utiliza en su lugar eritromicina porque es eficaz frente a los géneros Chlamydia y Neisseria). La sulfadiazina de plata se emplea en quemaduras. El sulfato de cobre es un algicida potente muy utilizado en lagos y piscinas.
Los metales pesados se combinan con las proteínas, a menudo con sus grupos sulfhidrilos, inactivándolas. También pueden precipitar las proteínas celulares.
Compuestos de amonio cuaternario
Los detergentes [latín deterger, limpiar] son moléculas orgánicas que actúan como agentes humectantes y emulsionantes porque poseen tanto extremos hidrófilos polares como hidrófobos no polares. Debido a su naturaleza anfipática, los detergentes son capaces de solubilizar residuos que son insolubles en agua, por lo que se les considera agentes limpiadores muy eficaces. Son diferentes a los jabones, que se derivan de las grasas.
Aunque los detergentes aniónicos tienen algunas propiedades antimicrobianas, sólo los catiónicos son desinfectantes eficaces. Los más comunes son los compuestos de amonio cuaternario, caracterizados por poseer nitrógeno cuaternario cargado positivamente y una cadena alifática hidrófoba larga.
Estos productos alteran las membranas microbianas y pueden también desnaturalizar las proteínas.
Los detergentes catiónicos como el cloruro de benzalconio y el cloruro de cetilpiridineo destruyen la mayoría de las bacterias, pero no a M. tuberculosis ni las endosporas. Presentan las ventajas de ser estables, no tóxicos, suaves, pero se inactivan por el agua dura y el jabón. Los detergentes catiónicos se emplean a menudo como desinfectantes de utensilios de alimentación y pequeños instrumentos, y son antisépticos cutáneos. Hay varias marcas comerciales: Zephiran contiene cloruro de benzalconio, y Ceepryn, cloruro de cetilpiridineo.
Aldehídos
Los dos aldehídos más utilizados, el formaldehído y el glutaraldehído, son moléculas muy reactivas que se combinan con ácidos nucleicos y proteínas, inactivándolos, probablemente al formar puentes cruzados y mediante alquilación.
Son esporicidas y pueden emplearse como esterilizantes químicos. El formaldehído se disuelve normalmente en agua o alcohol, antes de su uso. Una solución tamponada al 2 % de glutaraldehído es un desinfectante eficaz.
Es menos irritante que el formaldehído y se utiliza para desinfectar material en hospitales y laboratorios. El glutaraldehído desinfecta normalmente objetos en 10 minutos, pero requiere hasta 12 horas para destruir todas las esporas.
Gases esterilizantes
Muchos objetos termosensibles, como placas de Petri y jeringas desechables, piezas de las máquinas pulmón-corazón, suturas y catéteres se esterilizan actualmente con el gas óxido de etileno (Figura 7.7). El óxido de etileno (OE) es tanto microbicida como esporicida; destruye los microorganismos al combinarse con las proteínas celulares. Es particularmente eficaz como agente esterilizante porque penetra rápidamente a través de materiales embalados, incluso envolturas de plástico.
La esterilización se lleva a cabo en un esterilizador especial de óxido de etileno, que recuerda bastante a un autoclave, que controla la concentración del OE, la temperatura y la humedad. Como el OE puro es explosivo, se suministra normalmente en una concentración entre el 10 y el 20 % mezclado con CO2 o diclorodifluorometano. La concentración de óxido de etileno, la humedad y la temperatura influyen sobre la velocidad de esterilización. Un objeto limpio puede esterilizarse si se trata de 5 a 8 horas a 38 °C, o de 3 a 4 horas a 54 °C, cuando la humedad relativa se mantiene entre el 40 y el 50 % y la concentración de OE es de 700 mg/L. Es necesario airear extensamente los materiales esterilizados para eliminar el OE residual porque es muy tóxico. Betapropiolactona (BPL) se emplea a veces como gas esterilizante. En forma líquida se ha empleado para esterilizar vacunas y sueros. La BPL se degrada hasta una forma inactiva después de varias horas y, por ello, no es tan difícil de eliminar como el OE. También destruye los microorganismos más rápidamente que el óxido
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