Alimentos en la industria

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La carrera de Laboratorista Químico esta conformada por cinco módulos, estructurados estratégicamente; los Módulos Profesionales se desarrollan del segundo hasta el sexto semestre, y al conjuntar los demás módulos, como lo mencionamos en la introducción, se desarrollan y/o refuerzan competencias genéricas, disciplinares y profesionales enfocadas a un lograr un desarrollo integral del joven estudiante.

Cada módulo profesional, representa un área de oportunidad para la elaboración de material didáctico y manuales de prácticas de laboratorio.

El módulo IV “Realiza análisis fisicoquímico a muestras de agua, alimentos y bebidas”, requiere de especial atención en cuanto al manejo de la normatividad vigente y acorde a la Reforma Integral de Educación Media Superior y representa un excelente reto para el docente, que adecuará contenidos, conocimientos, normatividad y talento para elaborar este material y hacerlo atractivo para el alumno que cursa el 5° semestre de la carrera.

De acuerdo al Plan Nacional de Desarrollo y a los lineamientos de la RIEMS (SEP, 2009), bajo un esquema de educación por competencias, la finalidad del manual, será el rescate de conocimientos previos, memorización y jerarquización, identificación, aplicación y uso responsable.

Mediante un trabajo por medio de grupos colaborativos, en donde los estudiantes se expresen, comuniquen, reforzando y corrigiendo sus conocimientos, en una primera etapa, con acompañamiento de sus compañeros de equipo, y una segunda, bajo una retroalimentación guiada por el docente, generando una interacción docente-grupo, estableciéndose el perfil del docente como mediador de un aprendizaje significativo. Así mismo la evaluación de resultados por ellos mismos.

El docente intervendrá en cada momento, con el propósito de guiar a los alumnos, como facilitador del aprendizaje.

Con la elaboración del manual, se intenta lograr un elevado ejercicio cognitivo, con resultados medibles y aplicables en la asignatura a cursar, mediante un plan estructurado en etapas que vayan estimulando y desarrollando las competencias marcadas, construyendo los conceptos, símbolos, colores, datos relevantes, compartiendo actividades en grupos colaborativos, evaluado cada actividad realizada, retroalimentando información, logrando una alineación constructiva, iniciando con la planeación didáctica del contenido temático a dominar, aplicándola, corrigiéndola, hasta llegar al aprendiza significativo, “aprendizaje constructivista”, marcado en la RIEMS (SEP, 2009).

En esa idea, el empleo de recursos didácticos, como material de apoyo en el desarrollo, y aplicación, dentro del proceso educativo es de vital importancia, pues permite, rescatar conocimientos anteriores, estructurarlos, aplicarlos, mediar el contenido con el aprendizaje esperado en los estudiantes, y evitar la simple memorización de los contenidos, favoreciendo el aprendizaje significativo.

Por lo que, el manual, tiene como finalidad el aprendizaje de diversos contenidos en forma declarativa, procedimental y actitudinal. Dentro del conocimiento declarativo trabajar en el aprendizaje conceptual; en el procedimental llegar a una meta establecida, realizar las acciones secuenciadas, revisar que vaya habiendo una evolución, que de acuerdo a Valls (1993) en referencia a este tipo de aprendizaje:

“La apropiación de datos relevantes, respecto a tareas y sus condiciones. Actuación o ejecución del procedimiento. Automatización del procedimiento. Perfeccionamiento indefinido del procedimiento”.

El aprendizaje de los procedimientos utiliza de acuerdo a Frida Diaz-Barriga Arceo (2001) las siguientes dimensiones

“1.- Una etapa inicial insegura, lenta hasta la ejecución rápida experta.

2.- realizada con un alto nivel consciente hasta la ejecución con bajo nivel de atención consciente y una realización automática.

3.- De una ejecución con esfuerzo, desordenada y sujeta al tanteo por ensayo error, hasta una ejecución articulada, ordenada y regida por representaciones simbólicas.”

También de acuerdo a los autores se debe incluir repetición ejercitada reflexiva, observación crítica, imitación de modelos apropiados, retroalimentación oportuna, pertinente y profunda; establecimiento del sentido de tareas, mediante la evocación de conocimientos y experiencias previas; verbalización mientras se aprende, Actividad intensa del alumno y fomento de la metacognición: conocimiento, control y análisis de los propios comportamientos.

Un material didáctico, como estrategia de enseñanza, es una serie de mecanismos y procedimientos implementados por el docente, con el fin de lograr el aprendizaje significativo en sus alumnos. El docente le proporcionara a la estrategia un toque personal, gracias a su experiencia, bajo un enfoque por competencias, utilizando un lenguaje claro, con ideas precisas, tratando de sensibilizar y empatar con el alumno, invitándolo a realizar actividades que permitan al docente-alumno una comunión. El primero, desempeñando su trabajo frente a grupo con gusto, de una forma más eficaz y eficiente; además de, invitar a los estudiantes, quienes son los actores principales en el proceso enseñanza –aprendizaje; a adquirir de una manera divertida el conocimiento, buscando promover una verdadera educación basada en competencias.

El aprendizaje significativo, entonces, es el “mecanismo humano por excelencia para adquirir y almacenar, la vasta cantidad de ideas e información, representadas por cualquier campo de conocimiento” (Clelia, 2008).

¿Qué hacer entonces para desatar tan ansiado mecanismo?, considero que una parte vital es la motivación del grupo. El docente debe tener en cuenta, que el “despertar la curiosidad intelectual, empleando materiales que atraigan la atención de los alumnos, y elaborar tareas apropiadas al nivel de capacidad de cada alumno” (Clelia, 2008). En síntesis, el docente deberá ayudar a los estudiantes a ubicarse, imponerse metas realistas y a evaluar o supervisar la coevalución de sus progresos, realizando retroalimentación informativa acerca del grado de acercamiento a esa meta que el alumno desea alcanzar.

Con respecto al aprendizaje de contenidos actitudinales-valorales, “el saber ser” ha estado presente y se ha tratado de incluir de acuerdo a los autores:

“Las actitudes son experiencias subjetivas (cognitivo-afectivas) que implican juicios evaluativos, expresados en forma verbal o no verbal, que son relativamente