Bioética en enferm.
Enviado por mondoro • 1 de Noviembre de 2017 • 949 Palabras (4 Páginas) • 550 Visitas
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Cuando se descubrían malformaciones graves no se decía que el feto era el enfermo si no la familia. Los padres a veces optaban por no salvar al bebé y creían que la solución a esta situación era el dejar morir al bebé. En algunos países se jerarquiza al bebé, así diciendo que este tiene derechos como una persona, y al feto o embrión en solo un “órgano” más de la madre.
Otro problema ético es el recurso de procreación artificial, pero sin embargo el de la clonación es el que ha detonado más en casi todos los países en las últimas décadas.
Estas situaciones han creado gran controversia y a veces polémicas en los países con gobiernos liberales y democráticos. Por un lado se cree que con la práctica de esta, se rompen tabús y que se está atentando en contra de algo sagrado y por el otro los debates en cuanto a los métodos anticonceptivos y el aborto era la expresión de reivindicaciones femeninas la condición de las mujeres en una sociedad democrática y laica.
El dolor y la muerte
Los desarrollos de la medicina en los últimos años han desembocado en la prolongación de la vida (artificial para muchos enfermos.
A estos se les hace respirar con un aparato eléctrico y se estimula el corazón. La preocupación por el dolor va llenando un espacio cada vez mayor en la ética médica. Hasta el punto que algunos piensan que la lucha contra el dolor, en un futuro, vendrá a desplazar a la lucha contra la muerte, como el primer objetivo de la medicina. En cualquier caso, el dolor también se ha convertido en objeto directo de terapias específicas a través de la aparición de “clínicas del dolor”.
Un problema grave dentro de un tratado de bioética es ciertamente el del aborto. Consciente y voluntariamente lo hemos eludido y silenciado en este ensayo. Las razones son varias. En primer lugar, porque el tema del aborto en los últimos años ha sufrido una disminución en la literatura ético-médico-jurídica debido a que ha sido despenalizado en casi todos los países occidentales. En segundo lugar, porque difícilmente podríamos añadir algo novedoso y de peso a lo mucho ya dicho en torno a este tópico, sea para defender su eventual despenalización, sea para estigmatizarlo como inmoral.
En tercer lugar porque parece un hecho evidente que la mayoría de la sociedad costarricense está muy conforme con la normativa legal, moral y religiosa actuales que rechazan de plano el aborto. Aunque sea de forma indirecta sin duda se puede relacionar con el problema de aborto.
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