Caso Clinicos UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS CENTRALES“ROMULO GALLEGOS”
Enviado por Albert • 1 de Enero de 2019 • 1.562 Palabras (7 Páginas) • 548 Visitas
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Un paciente afectado de pielonefritis, presentará los siguientes signos y síntomas:
- Malestar general, inapetencia y anorexia;
- Fiebre mayor de 39 °C (102 °F) y que dura más de dos días;
- Escalofríos;
- Dolor del costado o de espalda uni- o bilateral, a veces también abdominal;
- Náuseas y vómitos;
- Dolor al orinar; no necesariamente lo debe tener y cuando lo tiene es ardor
- Polaquiuria y disuria, con orina turbia y de fuerte olor;
- Hematuria
Etiología
El mecanismo más frecuente por el que se produce la pielonefritis aguda es el ascenso de microorganismos procedentes de la flora fecal a través de los uréteres, que son los conductos que comunican los riñones con la vejiga. Con menor frecuencia, se produce por propagación hematógena, es decir, a través de la sangre. Entre los gérmenes que tienden a invadir la vía urinaria por este método destacan Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Salmonella sppy Mycobacterium tuberculosis.
Los microorganismos que con mayor frecuencia producen pielonefritis son las enterobacterias como Escherichia coli, Klebsiella y Proteus, siendo E. Coli la causa más frecuente de pielonefritis en pacientes sin enfermedades urológicas conocidas (produce más del 80% de los casos).
Por otro lado, en pacientes con factores de riesgo (manipulación reciente de la vía urinaria, portadores de sondas vesicales, que han recibido tratamiento con antibióticos recientemente, o que han adquirido la infección en el hospital) son más frecuentes los gérmenes resistentes a los antibióticos convencionales.
Complicaciones
La mayoría de los casos de pielonefritis se resuelven sin complicaciones después del tratamiento. A veces el tratamiento puede resultar largo y agresivo. En cualquier caso, el objetivo es evitar complicaciones como:5
- Recurrencia de la pielonefritis aguda, provocando una pielonefritis crónica;
- Sepsis o infección diseminada por todo el cuerpo;
- Insuficiencia renal o incapacidad del riñón para fabricar orina por el daño severo al parénquima renal.
Factores de riesgo
- Anatomía femenina. Las mujeres tienen un mayor riesgo de infección en los riñones que los hombres. La uretra femenina es considerablemente más corta que en los hombres, con lo que las bacterias pueden llegar a la vejiga de manera más fácil. Por si fuera poco, el hecho de que la uretra esté cercana a la vagina y el ano hace que sea más fácil que las bacterias entren en la vejiga. Una vez en la vejiga, una infección puede llegar a los riñones.
- Embarazo. El embarazo asimismo puede hacer presión sobre la uretra y poner bajo riesgo de pielonefritis.
- Actividad sexual. El sexo o bien tener una nueva pareja sexual puede acrecentar el peligro.
- Antecedentes familiares. Hay un mayor peligro si tiene familiares próximos con infecciones urinarias usuales.
- Obstrucción en el tracto urinario. Cualquier cosa que impida el flujo de orina o reduzca la capacidad de vaciar absolutamente la vejiga, como una piedra en el riñón, anomalías estructurales en sus vías urinarias o bien, en los hombres, agrandamiento de la próstata, puede acrecentar el peligro de infección en los riñones.
- Sistema inmunológico debilitado. Las enfermedades que afectan el sistema inmune, como la diabetes y el VIH (SIDA), aumentan el peligro de inflamación de los riñones. Ciertos fármacos, como los que se toman para prevenir el rechazo de órganos trasplantados, tienen un efecto afín.
- Daño a los nervios de la vejiga. El daño a la médula espinal puede bloquear la sensación de una infección de la vejiga, con lo que podría extenderse hasta los riñones.
- Empleo prolongado de un catéter urinario. Los catéteres en la vejiga se emplean para drenar la orina. Es posible poner un catéter urinario a lo largo de y tras algunos procedimientos quirúrgicos y pruebas diagnósticas.
- Reflujo vesicoureteral. Es una condición que hace pequeñas cantidades del flujo de orina fluya en la dirección contraria (desde la vejiga a los uréteres). Aquellos con con reflujo vesicoureteral pueden contraer infecciones urinarias usuales en la niñez y tienen un mayor peligro cuando son adultos.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son la remisión de la infección y la reducción de los síntomas agudos, que, generalmente, persisten incluso más de 48 horas después del inicio del tratamiento. Para ello se debe utilizar:
- Antibióticos selectivos para controlar la infección bacteriana. Si la infección es grave y el riesgo de complicaciones es alto, los antibióticos se suministrarán vía intravenosa. Puede que se necesite estar con antibiótico durante un largo período de tiempo. Es necesario realizar un antibiograma del urocultivo para administrar los antibióticos más efectivos contra las bacterias sin llegar a concentraciones nefrotóxicas.
- Analgésicos y antitérmicos, para controlar el dolor, la fiebre y el malestar.
- Líquidos intravenosos (sueros) en los primeros días de tratamiento, para hidratar lo mejor posible y acelerar la llegada de los antibióticos al riñón.
Por otra parte, el tratamiento de cualquier complicación debe ser rápido y completo. Puede incluir hospitalización con cuidados intensivos, medicación para mejorar el estado cardiovascular, u otros tratamientos. El tratamiento suele conllevar cultivos de orina para asegurar que la bacteria ha sido eliminada por completo
Recomendaciones
El rápido y completo tratamiento de las cistitis y el resto de infecciones urinarias en general, especialmente si son crónicas o recurrentes, podría prevenir el desarrollo de muchos casos de pielonefritis.
Asimismo, el tratamiento previo de las situaciones que aumentan el riesgo, como el reflujo vesico-ureteral o la uropatía obstructiva, previenen esta situación. En algunos casos de cistitis a repetición, se intenta usar de manera profiláctica el uso de antibióticos para evitar las reinfecciones. En las embarazadas,
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