Cesare Beccaría plasmados en su obra “ De los delitos y las penas ”

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delitos graves.

En esta línea dice que si dos delitos distintos están castigados de igual manera, se cometerá el que mayor beneficio dé al quien lo comete independientemente de la gravedad del propio delito.

Y, por último, en el Capítulo VII se refiere a la propia sociedad como uno de los mayores perjudicados cuando se perpetra un delito.

Aparece el término “ utilidad común ” expresado como el equilibrio entre las pasiones humanas y los intereses de la sociedad. Este término conformaría la base de la justicia humana.

APARTADO II: REFLEXIÓN PERSONAL

Después de meditar largo rato sobre los pensamientos de Cesare Beccaría plasmados en su obra “ De los delitos y las penas ” sólo puedo decir que me posiciono totalmente a favor de la inmensa mayoría de sus postulados.

No hay que perder la cuenta de que escribe este tratado en plena mitad del siglo XVIII, sentando las bases de lo que hoy consideramos como normal. A saber:

- separación de poderes

- proporcionalidad entre delitos y penas

- abolición de la pena de muerte y la tortura ( aunque aún hay países donde esto sigue

produciéndose de forma legal. Piénsese en USA )

- adaptar las leyes a los cambios que experimente la sociedad

- que las leyes estén por escrito, en lenguaje comprensible

- igualdad en el cumplimiento del ordenamiento jurídico, independientemente de la

clase social a la que se pertenezca

Además se interesa también por las causas que originan que un individuo cometa un delito. Y este es un punto de partida muy importante para tratar de prevenir los ilícitos penales.

La idea que tiene Cesare del castigo como algo necesario a la hora de penar acciones que van en contra de la ley así como de ser una fórmula reeducadora para el individuo y ejemplarizante para la sociedad es algo con lo que también estoy totalmente de acuerdo. En mi opinión estos son varios de los principales apoyos sobre los que se construye la legislación penal.

Por contra es posible que Beccaría sea un poco rígido cuando dice que los jueces no deben de interpretar la ley sino que únicamente deben aplicarla literalmente. Probablemente en su época algunos magistrados hiciesen una interpretación muy parcial de las leyes según quién las hubiese infringido. Y muy posiblemente esto era lo que trataba de corregir Cesare.

Sin embargo, y con todos los cambios que va experimentando la sociedad ( además de hacerlo en intervalos de tiempo cada vez más pequeños ) en mi opinión sí que los jueces deben de tener cierta libertad interpretativa de las normas.

Además, y dado que existen métodos de control de/en el estamento judicial, cuando se aprecia que una sentencia dictaminada por un juez puede ser parcial, se puede recurrir a instancias superiores para que ratifiquen o rectifiquen el auto de ese juez.

Como final a este trabajo podría decirse que si Beccaría viese en qué han derivado sus postulados, en mi opinión, estaría razonablemente satisfecho. Los puntos principales que aparecen en su obra han sentado las bases de los ordenamientos jurídicos penales de numerosos