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Clases de nombres comunes

Enviado por   •  18 de Febrero de 2018  •  7.437 Palabras (30 Páginas)  •  446 Visitas

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Linguistique Générale et lánguistique Franfaise, Berna, A. Francke, 1965, 5 115.

Language, Nueva York, Holt, Rinehart 8c Winston, 1933, 5 12.13.

13 Gramática española, Barcelona, Ariel, 1975, 5 3.1.6.

perso» frente a «nombres de referente múltiple o individuado». De todos los términos usados para esta oposición, tal vez sean los que emplea Bello los que más llaman la atención. A. Bello utiliza en sentido etimológico el sustantivo individuo y se refiere a los sustantivos que designan ($ 123) «verdaderos individuos, esto es, cosas que no pueden dividirse sin dejar de ser lo que son, como árbol, mesa» y los opone a los nombres que designan, en sus palabras, «cosas dividuas», es decir, «cosas que pueden dividirse hasta el infinito, conservando siempre su naturaleza y su nombre», como agua, oro, plata.

Junto a las breves referencias que dedican al tema casi todos los gramáticos, no son muchos los estudios monográficos que existen sobre este punto en nuestra lengua ". Paradójicamente, parece que a los lógicos les interesa la cuestión mucho más que a los gramáticos. Así, existe una abundante bibliografía sobre esta oposición desde el punto de vista lógico" que supera con creces al menos en cantidad la que puede reunirse desde el punto de vista gramatical ". Como es esta última la perspectiva que aquí nos interesa, nos detendremos en las consecuencias formales de la distinción:

1) El primer efecto sintáctico de la oposición entre nombres continuos y discontinuos es el uso del artículo. Decimos Dame leche y no * Dame libro por el carácter continuo de leche frente al carácter discontinuo. de libro. Es extraordinariamente frecuente que los sustantivos discontinuos se recategoricen como continuos. En tal caso, la presencia o ausencia de artículo diferencia claramente significados: Quiero tomate frente a Quiero un tomate, Tienes un huevo en el plato frente a Tienes huevo en la corbata, Un pastel de manzana frente a Dos manzanas, Una mancha de tiza frente a Una tiza''.

2) Los sustantivos discontinuos admiten plural y numerales. Nos interesa señalar que, si bien la capacidad de los nombres continuos para recategorizarse como discontinuos se extiende a todos ellos, el problema estriba en determinar qué cam

11 Al importante S 94 de la gramática de Fernández Ramírez, añádase el libro citado de J. Ianucci, y J. J. Bergen, «The Semantics oí Spanish Count and Measure Entity Nouns», Language Sciences, 44, 1977, págs. 19.

" La «Bibliography oí recen' work on mas` tcrms», de Pcllctier (incluida en F. Pelletier (cd.). Mass Terms: Some Philosopbical Problems, Reidcl, 1979, págs. 245298) contiene sesenta y cinco títulos, la mayoría de orientación lógica. De los veinte artículos que componen el libro citado destacamos por su interés gramatical los de R. Ware («Soma Bits and Pieces» páginas 1529), R. Sharvy («The Indeterminacy oí Mass Predication» págs. 4761, y las observaciones que le hace F. Pelletier (págs. 5561), así como el artículo de este autor, «Non Singular Reference» (págs. 114). Está también dedicada al tema una parte del volumen editado por J. Hintikka, Approaches to Natural Language, Reidel, 1973. Destacamos la contribución de J. Moravcsik, «Mas` Terms in English» (págs. 263285), y los comentarios de C. Y. Cheng (páginas 286288) y de R. Montague, así como la réplica del propio Moravcsik (págs. 301308). Cfr., más recientemente, el volumen de A. ter Mculen, Substances, Quantities anJ Individual`: The Formal Semantics ot Mass Terms, Indiana University Linguistics Club, 1980.

1' Cfr. los trabajos de K. Allan, «Nouns and Countability», Language, 56, 3, ¡980 páginas 541567, y «Interpreting from Context», Lingua, 53, 1981, págs. 151173. I. Kaluia critica el puesto que ocupa el rasgo [ t contable) entre los rasgos chontskyanos de subcategorizaciún («The Feature 'Count' and Semantic Information», Studia Anglica Posnaniensia, 6, 1974, páginas 6171). Véanse, asimismo, J. D. McCawlcy, «Lexicography and the CountMass Distinc'ion*, Berkeley Linguistic Society, vol. 1, 1975, págs. 314321, y S. S. Mufwenc, «Nun Individuation and the CountMass Distinction», Chicago Linguistíc Sociely, vol. 17, 1981, páginas 221238.

bios de significado tienen lugar a través de dicha recategorización. Creemos que pueden establecerse al menos tres clases:

a) Unos sustantivos designan un objeto cuando se usan como discontinuos y una materia o sustancia si se usan como continuos. A este grupo pertenecen pan, hierro, pescado, algodón, vidrio, madera, cristal, jabón, papel, paja, uva, queso, tiza, ladrillo, cuerda, tela, corcho, jamón, cte. Así, un pan designa un determinado objeto con dimensiones físicas o bien un tipo, clase o marca de pan. Usamos el sintagma dos jamones para designar dos objetos determinados o dos clases de jamón.

Algunos sustantivos continuos que generalmente designan líquidos, pasar, a discontinuos y designan una medida acotada convencionalmente con fines prácticos. Así, una cerveza puede designar un tipo, marca o clase de cerveza y también un vaso, una jarra o una botella de dicho líquido (cf. un ca/é, un vino, cte.). Nótese que la pertenencia a esta clase no es enteramente libre, aunque pueda ser forzada con propósitos prácticos o estilísticos. No es frecuente que un agua signifique «un vaso de agua» ni un champán una copa de champán (cf. un coñac o un güisqui); un aceite no equivale a «una lata de aceite» sino a «una clase de aceite» y un petróleo no significa «un barril de petróleo».

b) Algunos sustantivos exigen un determinado nombre de medida para designar objetos. Con tal propósito decimos un terrón de azúcar y no un azúcar (cf. un azucarillo), una pastilla de turrón y no un turrón, una tarrina o pastilla de man. tequilla y no una mantequilla, una pastilla o tableta de chocolate y no un chocolate (cf. chocolatina), un grano de ca/é y no un ca/é, una botella de oxigeno y no un oxígeno. Algunos pueden prescindir excepcionalmente de este nombre de medida (un grano de anís, un grano de uva o un anís, una uva; una barra de tiza o una tiza; un trozo de papel o un papel, cte.), propiedad ésta que ciertos nombres (carbón, paja, jabón) aceptan con vacilación, como observó bien S. Fernández Ramírez (§ 94).

c) Unos sustantivos continuos, finalmente, han de ser sustituidos por discontinuos si queremos designar un objeto y no una clase, una materia o una sustancia. Así, diremoa con tal fin un cigarro y no un tabaco, varios billetes o monedas

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