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Claves de la organización escolar-Orden y normalidad mínima.

Enviado por   •  13 de Mayo de 2018  •  2.411 Palabras (10 Páginas)  •  318 Visitas

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Una organización dinámica, apropiada para esta época, se ordena en función de un plan de mejora, en función del cual la dirección escolar puede darle sentido a la selección de prioridades, metas y objetivos, a la aplicación de estrategias pedagógicas que aportan al cumplimiento de dicho plan. El plan es una primera respuesta a un escenario de confusión en el que los actores institucionales deben ganar certidumbre, en relación a unos determinados objetivos.

En síntesis, el sentido institucional, en términos de una escuela que se concibe como fuente de certidumbre para los estudiantes y como organización dinámica, implica la asunción de valores ligados al logro de mejoras en sus aprendizajes y se concreta en metas y objetivos cumplibles, conocidos por todos los actores (docentes, alumnos, familiares de alumnos), planteados a partir de un diagnóstico basado en evaluaciones de aprendizajes, información actualizada y demandas/necesidades genuinas de la comunidad.

Claridad versus confusión normativa

Como se dijo antes, para que la organización de una escuela sea comprendida y asumida por los maestros, los alumnos y sus familiares, sus normas tienen que ser claras y la dirección debe ofrecer certeza sobre su cumplimiento. El grado de cumplimiento de las normas refleja el mayor o menor valor que se asigna al tiempo en la escuela y aquí vuelve a manifestarse la cuestión del sentido, especialmente respecto del docente, actor clave en la generación y mantenimiento del orden escolar: ¿Qué hago aquí? ¿Para qué? ¿Cómo hacerlo en este marco organizativo, es decir, cuáles son los requisitos normativos para que los chicos puedan aprender y superar sus logros a lo largo del tiempo?

Que la dirección brinde o no respuestas a estos interrogantes define las posibilidades para que los chicos asistan y puedan aprender más. La distinción entre claridad y confusión normativa es una herramienta básica para la gestión del orden en la organización escolar.

Si bien es importante el modo en que se formulan las normas, su claridad no se define solamente a priori, sino que se debe confirmar en el mismo proceso de su aplicación. Para eso, la dirección de la escuela puede utilizar parámetros para elaborar indicadores de orden/desorden que pongan en evidencia la validez o la viabilidad de las normas postuladas. A modo de ejemplo, podemos mencionar:

- Frecuencia en la reiteración de situaciones en las que se manejan criterios contradictorios para interpretar o hacer cumplir normas.

- Frecuencia en la reiteración de situaciones en las que se plantea definición/indefinición de roles/ responsabilidades relativas al cumplimiento de funciones.

- ¿Cuántos roles o acuerdos institucionales se postulan, sin asignación de responsables de su realización o funcionamiento?

- Frecuencia del incumplimiento de acuerdos de la escuela con familiares de alumnos.

- Cantidad de familiares que manifiestan no estar informados de la trayectoria escolar de los niños o no conocer pautas de evaluación y funcionamiento de la escuela.

De este modo, queda en evidencia que el orden de la organización escolar requiere información precisa sobre el cumplimiento de normas. Al respecto, algunas cuestiones fundamentales son:

- Alumnos- índice de ausentismo ¿cuántas faltas mensuales lo definen?

- Alumnos- evolución de resultados de evaluación ¿en qué porcentaje hay progreso y en qué porcentaje disminución de resultados?

- Docentes- índice de ausentismo ¿cuántas faltas mensuales lo definen?

- Docentes/directivos- evaluación y observación de clases por directivos ¿qué porcentaje de visitas a clases con resultado satisfactorio?

- ¿Cuántas suspensiones de días de clase mensuales (por el motivo que sea)?

- ¿Cuántos problemas irresueltos generados por conflictos en el aula y en la escuela se producen diaria, semanal o mensualmente?

La escuela sola no puede: el sistema educativo y lo común

¿Cómo iniciar un proceso construcción de un orden escolar, en una época que demanda que la escuela se constituya como organización dinámica, capaz de aprender y cambiar mientras trabaja para mejorar los aprendizajes de los alumnos? ¿Cómo lograr que un funcionamiento de organizaciones escolares dinámicas –con planes de mejora aplicados efectivamente, adaptados al contexto social de cada escuela- se generalice en todo el sistema educativo? ¿Debe generalizarse el conjunto del orden o una parte de él, a partir del cual cada escuela definirá su propio proyecto?

El punto de partida para ordenar la escuela debe provenir de la iniciativa del equipo directivo y sus docentes, que son quienes tienen experiencia, información y una distribución de responsabilidades apropiadas para trazar objetivos y esquemas normativos que los alumnos y sus familias estén en condiciones de cumplir. Así, se pueden elaborar metas de mejora realistas, en cada escuela. Ellos reciben pautas generales centralizadas, a partir de las cuales construirán ese orden escolar.

A partir de este “arranque”, la inspección sigue de cerca la construcción de los nuevos esquemas de ordenamiento en las escuelas de su distrito, y construye herramientas para acompañar, comparar y sistematizar las diferentes propuestas y los resultados obtenidos. El rol de la inspección es fundamental para que la escuela pueda disponer de instancias externas de evaluación y de información y de este modo, al trascender la esfera de funcionamiento de cada escuela, puedan construirse las bases de una misma educación pública para todos los niños, en cualquier lugar de la provincia o del país, al menos una parte de ella. La norma debe facilitar el trabajo de todos, y debe dar al colectivo docente certezas que le permitan imponerlo.

La construcción de lo común en el sistema educativo empieza a esbozarse sobre la base de esta relación entre iniciativa de la escuela y rol de acompañamiento y evaluación de la inspección. Dicha relación debe institucionalizarse en el sistema a través del funcionamiento rutinario de equipos de inspectores y directores donde se elaboran esquemas de trabajo compartidos por todas las escuelas de cada distrito y donde a su vez se reciben los lineamientos de implementación de políticas educativas provinciales o nacionales.

Para abordar posibles modos

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