Como influye la actividad fisica en el aparato Digestivo.
Enviado por Rebecca • 22 de Enero de 2018 • 2.778 Palabras (12 Páginas) • 778 Visitas
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y factores relacionados con el sistema inmune. Además, este efecto es independiente de otros factores como la dieta o la composición corporal. Se sugiere que aquella actividad de mayor intensidad resulta más beneficiosa que aquella de menor intensidad.
• Enfermedad diverticular. Diferentes estudios indican una relación inversa entre actividad física y enfermedad diverticular, debido a que el ejercicio moderado puede acelerar el tránsito intestinal. Esta patología se ha mostrado en mayor medida en personas sedentarias. Además, la carrera es la actividad que mejor previene esta enfermedad. Los mecanismos que explican este hecho se basan en la mayor actividad del colon por vía hormonal, vascular y aspectos mecánicos, que conducen a una reducción del tránsito intestinal.
• Inflamación del intestino. Se han realizado diversos estudios en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa sin un acuerdo entre ellos. Aunque no ha quedado clara la eficacia, sí se ha demostrado que no tiene efectos negativos para estas patologías.
• Estreñimiento. Parece asociarse a la inactividad. No hay una evidencia clara de que el ejercicio pueda ser una terapia eficaz para el estreñimiento crónico. El efecto de la actividad física en el estreñimiento parece probable, pero tampoco hay evidencia científica concluyente. Los mecanismos que pueden favorecer esta patología están relacionados con la motilidad del colon, la disminución del flujo al intestino, el balanceo durante la carrera, la compresión del colon por la musculatura abdominal y el incremento en la ingesta de fibra como resultado del incremento del gasto energético.
• Colelitiasis. La actividad física tiene un efecto protector frente a la colelitiasis. Además se ha establecido una relación de dosis respuesta. No está clara la razón por la que la actividad física ayuda a reducir la formación de piedras en la vesícula, pero puede estar relacionado con la disminución de la secreción biliar de colesterol, la mejora de la vesícula biliar y la motilidad del colon, además de otros factores que incrementan el riesgo de cálculos biliares como la tolerancia a la glucosa, niveles de insulina sérica, triglicéridos, hormonas reguladoras de la vesícula biliar y niveles de HDL, que son favorablemente modificados por la actividad física.
• Síndrome de colon irritable. El efecto del ejercicio en esta patología no está claro, si bien en algún estudio ha aparecido una relación entre actividad física y menores síntomas asociados al colon irritable, y recomiendan el ejercicio como medida para mejorar esta enfermedad. En estudios recientes, se ha constatado que el ejercicio ligero o moderado puede ser beneficioso para pacientes con esta patología.
• Hemorragia gastrointestinal. En personas mayores, la actividad física se ha mostrado beneficiosa para reducir el riesgo de hemorragia severa GI. En otro tipo de poblaciones, los resultados no son concluyentes.
• Apetito. El ejercicio parece tener efectos a corto plazo en el control del apetito, por lo que podría mejorar el equilibrio energético a través de dos vías, incrementando el gasto energético y modulando la ingesta energética.
Por supuesto, un ejercicio mal realizado, de elevada intensidad, excesivo y en momentos poco oportunos, puede perjudicar el funcionamiento digestivo. No obstante, el ejercicio regular y constante tiene notables beneficios sobre el aparato digestivo y nos ayuda a prevenir molestias cotidianas y frecuentes.
Efectos Negativos: Todas las actividades que realizamos con nuestro cuerpo requieren un aporte extra de energía, lo que lleva consigo un aporte mayor de sangre en esa parte, pues es necesario que los músculos reciban el oxígeno suficiente para poder aprovechar al máximo la energía. Por eso la digestión es un proceso en el que la acumulación de sangre en estómago, intestinos, páncreas, hígado y demás órganos que componen el aparato digestivo aumenta. Por este motivo cuando comemos nos entra una sensación de relajación y somnolencia, que se parece a una situación de letargo, ya que la actividad del resto de partes del cuerpo disminuye.
El problema surge cuando a la vez que realizamos digestión llevamos a cabo otra actividad como por ejemplo correr o realizar cualquier tipo de ejercicio físico en el que el esfuerzo muscular sea elevado. Cuando ponemos a trabajar los músculos del cuerpo es necesario que éstos reciban la sangre necesaria para poder hacer frente a la actividad en cuestión. Sobre todo este aporte sanguíneo es mayor cuanto más grande sea el músculo, por eso a la hora de realizar actividades en las que las piernas están implicadas el requerimiento sanguíneo es mayor, y por ello debemos tener en cuenta la incompatibilidad que se produce con el proceso digestivo en ese momento.
Cuanta más cantidad de alimentos ingiramos a la hora de realizar actividades deportivas menos cantidad de sangre tendremos a nuestra disposición para poder hacer frente a ese ejercicio. Pero si forzamos a los músculos que interviene en ese ejercicio a seguir haciéndolo el resultado puede ser perjudicial para el organismo, ya que sufriremos un traspaso de sangre que dejará el aparato digestivo sin apenas riego y congelará el proceso digestivo provocando una serie de trastornos y malestar en nuestro organismo.
Este es alguno de los riegos que podemos sufrir al hacer deporte con el estómago lleno. Entre otros está el bajo rendimiento que obtendremos, ya que no nos encontraremos con la suficiente fuerza para afrontar el ejercicio como es debido. Por ello lo más recomendable es ingerir el alimento dos horas antes de realizar ejercicio, de modo que el proceso digestivo haya concluido y no interferir así en la cantidad de sangre que tenemos a nuestra disposición.
• Reflujo gastroesofágico. El ejercicio puede incrementar el reflujo, en función del tipo de ejercicio y la ingesta anterior de alimentos. Es un síntoma que presenta el 60% de los deportistas y ocurre con mayor frecuencia en ejercicio que durante el reposo. Está relacionado con el tipo de deporte, siendo más frecuente en ejercicios anaeróbicos. Las actividades con “rebote” como la carrera, producen más cantidad de episodios de reflujo y de mayor duración. Además, esto se incrementa si se ha ingerido comida previamente al ejercicio.
• Diarrea. La diarrea aguda provocada por el ejercicio puede considerarse fisiológica y no suele conducir a estados de deshidratación o pérdida del balance de electrolitos y tiende a revertir por si sola. Es uno de los síntomas más comúnmente relacionados con el ejercicio de larga duración y especialmente en la carrera y si bien no suele acarrear problemas de gravedad, puede limitar el rendimiento deportivo.
• Sangrado gastrointestinal.
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